La Luftwaffe se mantuvo atacando a las tropas soviéticas a diario durante el resto del mes de diciembre de 1941; se atribuyó la destrucción de cuatro carros de combate y catorce vehículos de motor el 18 de diciembre, setenta y cinco vehículos a motor el 21 de diciembre, cuatro carros de combate y sesenta vehículos de motor el 22 de diciembre y dos tanques y cincuenta vehículos a motor la víspera de Navidad. Al peligro que suponía la VVS (Fuerza Aérea Soviética) se le hacía frente con ataques de destrucción de aeródromos. Por ejemplo, el aeródromo de Yeléts fue bombardeado el 23 de diciembre; el de Aleksin, el 23, el 24 y el 29.
Los alemanes aseguraron haber derribado 119 aeronaves soviéticas entre el 15 y el 30 de diciembre. Los pilotos de caza italianos del 22 Gruppo della Regia Aeronautica contribuyeron a ello derribando doce aviones soviéticos entre el 24 y el 26, frente a la pérdida de un solo Mc.200 Saetta. Durante el mismo periodo, se destruyeron 52 aeronaves alemanas y 46 resultaron gravemente dañadas en acciones transcurridas en el Frente Oriental.
En dos semanas, estos ataques desde el aire consiguieron restar vigor a la contraofensiva soviética. El 28 de diciembre, con el cielo despejado y la temperatura desplomada a -20°C, el Grupo de Ejércitos Centro informó que la situación en el frente se había restablecido tímidamente en la mayoría de sectores.
Pero los vientos de la Operación Tifón también habían amainado de forma definitiva. El día de Año Nuevo, ya se había conseguido el principal objetivo de la contraofensiva soviética: repeler la amenaza contra Moscú. La Operación Barbarroja había muerto.
FUENTE:
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(Vientos de Guerra: Segunda Guerra Mundial)
Pedro Pablo Romero Soriano PS