Paracaidistas alemanes en Montecassino en 1944.La defensa de la Abadía de Montecassino estuvo encomendada a la 1ªDivisión Paracaidista alemana que ofreció una tenaz resistencia
Paracaidista alemán camuflado en Montecassino, Italia, 1943-1944
La Abadía de Montecassino destruida tras los bombardeos y la batalla en mayo de 1944. Formaba parte de la línea defensiva alemana Gustav. Fué bombardeada por la fuerza aérea estadounidense en febrero de 1944. Entre el 17 de enero al 18 de mayo de 1944, la colina fue atacada cuatro veces por las tropas aliadas. Estas acciones ocasionaron la muerte de 55.000 soldados aliados y 20.000 soldados alemanes
Cuatro intensas batallas libraron ambos contendientes. El primer intento (enero de 1944) vio como, a pesar del moderado éxito del Cuerpo Expedicionario Francés y del X Cuerpo Británico en el cruce de los ríos Rápido y Garigliano, el ataque principal estadounidense era detenido en torno a Montecassino. Posteriores intentos de continuar el ataque tampoco tuvieron éxito
En la Segunda Guerra Mundial, tras el desembarco aliado en la península itálica, los alemanes habían extendido una barrera defensiva denominada “línea Gustav”. Levantada en los montes Abruzos, sin embargo excluía la cumbre de Montecassino. El monasterio, en un risco elevado en medio de la planicie, hubiera sido un lugar excepcional para apoyar la citada línea defensiva
Tropas Paracaidistas Fallschirmjäger de la Luftwaffe siguen luchando entre las ruinas de la abadía de Montecassino, 10 de mayo de 1944
Sólo los baños de sangre de Verdún y Passchendaele, o lo peor de lo peor de la lucha durante la Segunda Guerra Mundial en el Frente Oriental, pueden compararse a Monte Cassino. Cassino, la mayor batalla terrestre en Europa, fue el más amargo y sangriento de los combates librados por los aliados occidentales contra la Wehrmacht alemana en cualquier frente de la Segunda Guerra Mundial. En el lado alemán, muchos creían que fue peor que Stalingrado. Cuatro batallas fueron necesarias para desalojar a los alemanes de Montecassino.
Se trataba de un enclave crucial porque dominaba la única ruta posible hacia Roma. La fuerte resistencia alemana así como las condiciones orográficas y climatológicas no se lo pusieron fácil a los aliados.
La batalla de Monte Cassino fue un hueso duro de roer para los Aliados, un paraíso para el defensor, los gritos y gemidos que se oían tras los cruentos combates helaban el corazón. Fue el símbolo de la resistencia alemana, pero también fue un símbolo de la miseria y del pavor.
Monte Cassino es una historia de incompetencia, orgullo desmedido e intrigas políticas, redimidos a un coste aterrador por la valentía, sacrificio y humanidad de los soldados de a pie.
Se decidió bombardear intensamente la zona: en los días 15, 17 y 18 de febrero, en una serie de terribles incursiones aéreas, fueron arrojadas toneladas y toneladas de bombas que devastaron completamente la montaña.
No solamente fue destruido parte del edificio, sino también muchos frescos y cuadros que adornaban las paredes, los muebles y ornamentos antiguos y preciosos. Afortunadamente fue salvado, porque se había tenido la precaución de alejarlo, el enorme tesoro constituido por los manuscritos y los libros.
Este patrimonio comprende 40.000 pergaminos (entre los cuales se encuentran los que datan del año 960 y contienen las primeras expresiones del idioma italiano); 2.000 códices (libros manuscritos); 252 incunables (libros publicados en los primeros tiempos de la imprenta) y unos 100.000 volúmenes, todos ellos de gran valor bibliográfico e histórico.
FUERZAS EN PRESENCIA. EJÉRCITO ALIADO
Mandos: Mariscal sir Harold Alexander, comandante supremo aliado en Italia; teniente general Mark Clark, comandante del V Ejército de EE.UU.; general Wladislaw Anders, jefe del II Cuerpo polaco; general Alphonse Juin, jefe del Cuerpo expedicionario francés.
Divisiones: 21
Combatientes: 250.000
Bajas: 54.000
FUERZAS EN PRESENCIA. EJÉRCITO ALEMÁN
Mandos: Mariscal de campo Albert Kesselring, general en jefe de las fuerzas alemanas en Italia, consiguió ralentizar el avance aliado por la Península italiana durante veinte meses; teniente general Frido von Senger und Etterlin, jefe del XIV Cuerpo panzer y responsable de la defensa de la Linea Gustav; para cubrir el flanco del Adriático estaba el X Ejército del general Heinrich Gottfried von Vietinghoff. Se crearon puntos fuertes, se enterraron torres de carros de combate, se plantaron campos de minas… Todo estaba dispuesto para la llegada del enemigo.
Divisiones: 10
Combatientes: alrededor de 120.000
Bajas: unas 16.000
Fin de la Batalla de Monte Cassino: 18 de mayo de 1944
El 18 de mayo de 1944, tras cuatro meses de asedio por tropas de casi una veintena de nacionalidades, la bandera polaca ondea sobre las ruinas del monasterio italiano. La batalla fue un modelo de la táctica defensiva alemana para retardar el avance enemigo. Poco después de la fallidos primeros ataques, el 22 de enero, los aliados desembarcaron en Anzio, en la retaguardia de la línea Gustav, con la intención de cortar las vías alemanas entre Cassino y Roma y avanzar hacia la capital. El desembarco cogió por sorpresa a los alemanes, pero contraatacaron y redujeron la cabeza de puente a una pequeña superficie poco más allá de las playas.
Ante los infructuosos ataques de la artillería y las fuerzas terrestres sobre Cassino y su abadía, el mando aliado siguiendo las teorías de los estrategas militares que creían que un empleo masivo de la aviación quebrantaba la capacidad de resistencia del enemigo- decidió bombardear el objetivo. El 15 de febrero, más de cien aviones B-17 americanos llevaron a cabo un intenso ataque aéreo que también alcanzó al monasterio. Se ha discutido mucho si los aliados conocían que los alemanes no ocupaban ni utilizaban para fines militares la abadía sí tenían trincheras en la colina, pero lo cierto es que la aviación y la artillería aliadas se ensañaron con el monasterio aun después de ver que no respondían al fuego.
La destrucción del recinto benedictino facilitó la resistencia alemana; la 1ª División de Paracaidistas aprovechó los escombros y las ruinas para construir excelentes defensas. De esta manera pudieron detener, sin recurrir al empleo de refuerzos, el progreso de los aliados durante tres meses más. En marzo, los aliados realizaron su segunda gran ofensiva; reanudaron sus ataques aéreos arrojando más de mil toneladas de bombas sobre el castigado monte. Después, la IV División india al mando del general Tuckner y la II neozelandesa de Freyberg intentaron durante días conquistar la abadía, siempre infructuosamente.
Los aliados iniciaron el último asalto el 11 de mayo. Fueron conquistando las colinas que flanqueaban Montecassino, que perdió su valor estratégico al quedar aislado ante el avance de británicos, americanos, franceses y polacos. En la noche del día 17 los paracaidistas alemanes abandonaron Montecassino la mitad de la división sería capturada durante la retirada hacia Roma. El día 18 de mayo las tropas polacas, diezmadas durante los últimos días de combate, se apoderaron de las ruinas del monasterio. Los británicos hicieron lo propio con la ciudad de Cassino. El coste de la victoria aliada fue muy elevado. Según el general Clark, el V Ejército estadounidense tuvo más de 40.000 bajas. Los británicos sufrieron casi 8.000 y los alemanes alrededor de 20.000 bajas.
El 18 de mayo de 1944, tras cuatro meses de asedio por tropas de casi una veintena de nacionalidades, la bandera polaca ondea sobre las ruinas del monasterio italiano. La batalla fue un modelo de la táctica defensiva alemana para retardar el avance enemigo. Poco después de la fallidos primeros ataques, el 22 de enero, los aliados desembarcaron en Anzio, en la retaguardia de la línea Gustav, con la intención de cortar las vías alemanas entre Cassino y Roma y avanzar hacia la capital. El desembarco cogió por sorpresa a los alemanes, pero contraatacaron y redujeron la cabeza de puente a una pequeña superficie poco más allá de las playas.
Ante los infructuosos ataques de la artillería y las fuerzas terrestres sobre Cassino y su abadía, el mando aliado siguiendo las teorías de los estrategas militares que creían que un empleo masivo de la aviación quebrantaba la capacidad de resistencia del enemigo- decidió bombardear el objetivo. El 15 de febrero, más de cien aviones B-17 americanos llevaron a cabo un intenso ataque aéreo que también alcanzó al monasterio. Se ha discutido mucho si los aliados conocían que los alemanes no ocupaban ni utilizaban para fines militares la abadía sí tenían trincheras en la colina, pero lo cierto es que la aviación y la artillería aliadas se ensañaron con el monasterio aun después de ver que no respondían al fuego.
La destrucción del recinto benedictino facilitó la resistencia alemana; la 1ª División de Paracaidistas aprovechó los escombros y las ruinas para construir excelentes defensas. De esta manera pudieron detener, sin recurrir al empleo de refuerzos, el progreso de los aliados durante tres meses más. En marzo, los aliados realizaron su segunda gran ofensiva; reanudaron sus ataques aéreos arrojando más de mil toneladas de bombas sobre el castigado monte. Después, la IV División india al mando del general Tuckner y la II neozelandesa de Freyberg intentaron durante días conquistar la abadía, siempre infructuosamente.
Los aliados iniciaron el último asalto el 11 de mayo. Fueron conquistando las colinas que flanqueaban Montecassino, que perdió su valor estratégico al quedar aislado ante el avance de británicos, americanos, franceses y polacos. En la noche del día 17 los paracaidistas alemanes abandonaron Montecassino la mitad de la división sería capturada durante la retirada hacia Roma. El día 18 de mayo las tropas polacas, diezmadas durante los últimos días de combate, se apoderaron de las ruinas del monasterio. Los británicos hicieron lo propio con la ciudad de Cassino. El coste de la victoria aliada fue muy elevado. Según el general Clark, el V Ejército estadounidense tuvo más de 40.000 bajas. Los británicos sufrieron casi 8.000 y los alemanes alrededor de 20.000 bajas.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
El 15 de febrero de 1944 convertiría Monte Cassino en noticia de portada en todo el mundo. No era ningún secreto lo que iba a ocurrir, y la prensa mundial se congregó para presenciarlo, en Newsweek, John Lardner lo llamó "el bombardeo más publicitado de la historia". Sólo fue una sorpresa para las tropas en primera línea. El bombardeo del Monasterio benedictino de Monte Cassino comenzó a las 9.45 horas del martes 15 de febrero. Fue una gigantesca demostración de fuerza. En la primera oleada, 142 Fortalezas Volantes de la 13 Fuerza Aérea Estratégica estacionadas en Foggia lanzaron un total de 253 toneladas de bombas de alto poder explosivo. Toda la montaña estaba en llamas, era una tea, un auténtico infierno, los olivos ardieron durante días. En una segunda oleada vinieron 47 bimotores Mitchell y 40 bimotores Marauder de la Mediterranean Air Force y descargaron otras 100 toneladas de bombas, "el peor bombardeo aéreo y artillero jamás dirigido contra un único edificio", lo tituló el New York Times. La basílica, con sus frescos, el magnífico coro y el maravilloso órgano, era ahora un montón de escombros. También la sacristía, con sus hermosos murales y relieves, había sido arrasada hasta los cimientos. Ni un sólo soldado alemán murió en el bombardeo. El Monasterio había quedado irreconocible. Que un tesoro de la civilización hubiera tenido que ser destruido resonó por todo el mundo como la culminación de la desgracia, la estupidez y la barbarie de la guerra.
FUENTES y Bibliografía:
Atkinson, Rick (2007). The Day of Battle: the War in Sicily and Italy, 1943-1944. New York: Henry Holt. ISBN 978-0-8050-6289-2.
Bloch, Herbert (1986), Monte Cassino in the Middle Ages, Rome
Christie, Neil (2006), From Constantine to Charlemagne: An Archaeology of Italy AD 300–800, Ashgate Publishing, ISBN 1-85928-421-3
Catholic Encyclopedia, 1908.
Hapgood, David; Richardson, David (2002) [1984]. Monte Cassino: The Story of the Most Controversial Battle of World War II (reprint ed.). Cambridge Mass.: Da Capo. ISBN 0-306-81121-9.
Michela Cigola, L’abbazia benedettina di Montecassino. La storia attraverso le testimonianze grafiche di rilievo e di progetto. Cassino, Ciolfi Editore, 2005. ISBN 88-86810-28-8
https://elrincondeschlosser.wordpress.com/2016/12/31/monte-cassino/
FUENTE:
https://www.facebook.com/photo/?fbid=359451799520320&set=a.131347705664065
Vientos de Guerra: Segunda Guerra Mundial
Pedro Pablo Romero Soriano PS