Visita al Certamen Internacional de Novela Histórica de Úbeda 2015

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Un año más como no podía ser de otra manera, se acudió a la llamada que llegaba de la monumental, hermosa y renacentista ciudad de Úbeda y de su sin par Certamen Internacional de Novela Histórica, de la escritura que activa el complejo hipotético y sustitutivo de nuestra memoria verbal.
Tocó eso sí, maldecir mientras se madrugaba, los que fuimos de la partida, iniciamos nuestra singladura por la tortuosa senda que nos llevaba hacia la subida zigzagueante de la sierra de Alcaraz, se avecinaba niebla densa, quitado eso, el tiempo era magnífico.
Fue preciso negociar bien las curvas, las últimas se hicieron eternas, después fuimos atravesando un espectacular océano de campos de olivos hasta llegar a nuestro destino, la pericia del conductor hizo que aparcáramos a la primera y cerquita de nuestro destino final.
Resoplé nuevamente al contemplar la Calle Real, el Palacio Vela de los Cobos y el maravilloso entorno de esta ciudad universal.
De vuelta al hermoso lugar, me asombró el espléndido pórtico renacentista de la iglesia del Salvador y creo que asusté sin pretenderlo, a unos cuántos lugareños ubetenses que quizás pensaron que los alemanes habían llegado por los cerros de Úbeda de manera imprevista y por sorpresa a invadirlos por unos días.
Volví a matar mitos peliculeros sobre el fusil Kar98 en las distendidas y animosas pláticas que hubo con los muchachos de otros grupos.
En las escaramuzas que tuvieron lugar, participé todo lo que mi maltrecho cuerpo me permitió y comprobé que los valientes mueren y los cobardes viven un día más.
Hablamos de las anécdotas que empiezan a surgir entre "eruditos de la Historia" y gente tan normal y corriente como los recreadores.
Fue un placer echar una mano a aquellos que intentan día a día traer una pequeña ventana de nuestra historia con la humildad y la paciencia del que quiere aprender y enseñar.
Fue una verdadera suerte y un gusto contar con la magistral colaboración de ilustres colegas de otras asociaciones ya bien curtidos en estas lides recreadoras de los que uno aprende por arrobas.
Me dió mucha, mucha envidia sana, ver como sigue creciendo la iniciativa de los ubetenses por convertir su historia en algo de lo que sentirse orgullosos.
Como suele pasar cuando uno está entre amigos nos costó mucho despedirnos entre promesas de próximos encuentros, y como siempre, lo mejor las batallitas que contamos en el viaje de vuelta.



































































La felicidad de cada uno no consiste en esto ni en aquello sino en conseguir y gozar cada uno de lo que le gusta. La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado.


















































Pedro Pablo Romero Soriano PS

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