El 2° Ejército húngaro en el Frente del Don

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El 2° Ejército húngaro en el Frente del Don

Con los restos de los 3° y 4° Ejércitos rumanos en fuga, con el Destacamento de Ejército de Karl Hollidt y el 4° Ejército Panzer de Hermann Hoth batiéndose en retirada, y el 8° Ejército italiano destrozado sin posibilidad de reparación y con sus soldados supervivientes regados entre los ríos Don y Dónets, sólo quedaba una fuerza aliada del Eje todavía intacta en el frente del Don: el 2° Ejército húngaro de Gustav Jány y las tres divisiones del Cuerpo Alpini italiano (sobrevivientes de los estragos causados por la Operación Pequeño Saturno) que se alinearon junto a las tropas magyares. El STAVKA no tenía la intención de permitir tregua alguna. El alcance de “Pequeño Saturno” no terminaba con la ofensiva de Vatutin contra los italianos de Gariboldi; esa era la primera etapa, y ahora era el momento de la segunda fase. El plan era lanzar otra ofensiva.
Este sería el quinto ataque independiente a gran escala emprendido por el Ejército Rojo en solo dos meses, esta vez con el objetivo de aniquilar al 2° Ejército húngaro que contaba con 220.000 efectivos en sus flancos izquierdo y derecho, rodearlo en el Don y luego barrer hacia el norte y el sur para destruir a los 125.000 hombres del 2° Ejército alemán de von Salmuth y acabar con los remanentes de tropas italianas. Para Moscú, esta era la oportunidad de reducir el número de ejércitos alemanes y del eje aptos para el combate: los 2° y 6° Ejércitos alemanes, el 4° Ejército Panzer, los 3° y 4° Ejércitos rumanos, el 8° italiano y el 2° Ejército húngaro, con lo cual quedarían 9 ejércitos alemanes y ninguno de los aliados del Eje en condiciones de combatir en el Frente Oriental, al menos estas eran las expectativas soviéticas en la inmediatez.
Esta no fue una eventualidad prevista por los húngaros. El 7 de enero de 1943, el Jefe de Estado Mayor de Jány, el teniente general Gyula Kovács, envió un mensaje tranquilizador a Budapest informándoles que una ofensiva del Ejército Rojo se consideraba muy improbable. Teniendo en cuenta el estado general de las fuerzas húngaras, esto era más una ferviente esperanza, por darse ánimos que cualquier otra cosa más concreta. Esas fuerzas estaban casi al mismo estado que los otros tres ejércitos del Eje que ya habían sido destruidos y padecían de las mismas deficiencias: muy pocos hombres sosteniendo un frente extendido, estándares inadecuados de liderazgo y falta de equipo, especialmente cañones antitanques (incluso la 1ª División Blindada húngara comparativamente bien equipada tenía solo una compañía antitanque con cuatro cañones obsoletos de 50 mm y otros cuatro fusiles antitanque de 20 mm totalmente ineficaces). Las defensas de campo que habían preparado en el Don eran muy básicas, y consistían principalmente en trincheras revestidas de madera y trincheras con alambre de púas en algunos lugares. No había suficientes minas para elaborar defensas extensas en profundidad y, por supuesto, sin cañones para cubrirlas de todos modos, por lo que, en cambio, había bloques de minas colocados directamente frente a las posiciones principales, esperando que esto al menos les diera un mínimo de protección.
Muchos hombres padecían el frío con sus viejos uniformes de verano y se envolvían con lo que podían obtener, la ropa de invierno era insuficiente. Podían comprar, intercambiar o robar a los civiles locales o a los infortunados prisioneros soviéticos. Cubiertos con capas y capas de ropa inadecuada, se movían con cierta torpeza y con muchos soldados infestados de piojos. Por otro lado, la comida era inadecuada, baja en calorías. Los cuerpos de los soldados quemaron las reservas de grasa con el frío y se transformaron en pálidas sombras de lo que eran antes. El Ejército húngaro había reorganizado la infantería en dos regimientos llamados “divisiones ligeras”, que no habían ayudado. Es cierto que la reorganización había aumentado el número de formaciones disponibles, pero no había aumentado el número de hombres, por lo que cada uno de las nueve "nuevas" divisiones en el frente del Don eran más pequeñas que su predecesor. Lo que se necesitaba era una reserva fuerte, móvil, preferiblemente de tanques…

En la imagen un sargento y un soldado de primera clase (izquierda y derecha respectivamente) del Ejército húngaro, junto a un teniente segundo Bersaglieri de Ejército italiano, cubierto con el casco M33, tocado con las típicas plumas de urogallo en las operaciones en el sector del Dniéper, dónde coincidieron ambos contingentes durante la Operación Barbarroja

Con 25.000 combatientes y 160 carros de combate Toldi I

Y Ansaldo L5, el Cuerpo Móvil del General Béla von Miklos era la unidad más puntera del Ejército húngaro cuándo comenzó la Operación Barbarroja

Asignado al Decimoséptimo Ejército, sobre todo para misiones de segunda línea, participaron en el cierre de la bolsa de Umán y en la progresión hacia el sur por el cauce del río Bug hasta Pervomaisk y luego a Nikolayev, sobre el Mar Negro. Mientras se desarrollaba en estos acontecimientos se produjo un desencuentro entre el regente Miklos Horthy y su jefe de Estado Mayor, el mayor general Henrik Werth, ya que el primero quería retirar a sus tropas de la Unión Soviética mientras que el segundo pretendía reforzarlas. La cuestión se zanjo con el nombramiento de un nuevo jefe de Estado Mayor, el comandante general Ferenc Szombathelyi, muy pesimista ya por entonces con respecto a las posibilidades de victoria alemana en el este. Entretanto, las tropas húngaras se asociaron a las italianas, también asignadas al Decimoséptimo Ejército, para marchar hacia el este hasta Izium. En 1941 el Corpo di Spedizione Italiano in Russia (CSIR) desplegó 62.000 hombres, 220 piezas de artillería, 92 cañones contracarro, 5.500 vehículos y 83 aviones. Considerado una fuerza excelente por su comandante en jefe el generale di corpo d'armata Giovanni Messe, en realidad sus divisiones de infantería, la 9.ª Pasubio y la 52.ª Torino, apenas contaban con 10.000 efectivos cada una, muy por debajo de las cifras de sus equivalentes alemanas, qué rondaban los 17.000, y aunque en teoría estaban completamente motorizadas, tan solo había medios para trasladarlas de una en una. Algo mejor era la 3.ª División Móvil Amadeo Duca d'Aosta, que contaba con 60 carros de combate L3-33 (tercera imagen), inferiores, tanto en poder como el número a su contraparte húngara. Además contaban con tropas tan profesionales como el 3.er Regimiento Bersaglieri y el Regimiento de Caballería Savoia Milano. Además, el CSIR trajo consigo tres batallones de milicia pertenecientes a la 63.ª Legión Tagliamento, únicos y auténticos combatientes comunistas muy motivados.


FUENTES: 
https://www.facebook.com/photo/?fbid=317833247015509&set=pcb.317833347015499
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Vientos de Guerra: Segunda Guerra Mundial

FUENTES:
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Historia de la Segunda Guerra Mundial

Fuente: “Death on the Don – The Destruction of Germany´s Allies on the Eastern Front 1941 – 1944” de Jonathan Trigg (2013)
Pál Maléter





 











Pedro Pablo Romero Soriano PS

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