13 de febrero de 1945: Batalla de Breslavia

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El asedio de Breslau fue uno de los episodios más épicos del Frente Oriental durante las últimas fases de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Este enclave de la Vieja Prusia que se ubicaba en el corazón de Silesia, fue sitiado en Febrero de 1945 por unas fuerzas muy superiores del Ejército Rojo, logrando su guarnición rechazar todos los asaltos de las divisiones soviéticas durante casi tres meses hasta que después de una resistencia espectacular, sus escasos supervivientes no tuvieron más remedio que rendirse cuando se enteraron del final de la contienda con la capitulación incondicional de Alemania.
Breslau, era una ciudad de Silesia de 625.000 habitantes que nunca había sido molestada durante la Segunda Guerra Mundial, ni siquiera por la aviación de los Aliados Occidentales que jamás la tuvieron a tiro en su radio de acción. Solamente a inicios de 1945, con la llegada de miles de refugiados alemanes de Polonia y Prusia Oriental que huían del Ejército Rojo y aumentaron el censo de la población en más de 1 millón, por fin los ciudadanos descubrieron la terrible verdad de que estaban a punto de ser invadidos por la Unión Soviética.
Como la situación geográfica de Brestau abría al Ejército Rojo las puertas directamente hacia el corazón de Alemania, Adolf Hitler catalogó a la ciudad con la denominación militar de «Fortaleza (Festung)». Así fue como el gobernador local «gauleiter» Karl Hanke del Partido Nacionalsocialista (NSDAP), se vio obligado a convertir su orgullosa metrópoli en una zona de guerra, decretando el 21 de Enero la evacuación de casi todos los civiles con la siguiente orden: «las mujeres y los niños, que abandonen la ciudad a pie en dirección a Opperau-Kanth». Acto seguido más de 700.000 ciudadanos dejaron atrás sus hogares bajo unas condiciones extremas que estuvieron acompañados de una tormenta de hielo, temperaturas gélidas de -20ºC y una capa de nieve de medio metro de espesor que costaron la muerto a más de 80.000. La mayoría de estos refugiados emprendieron la marcha caminando, salvo por la excepción de algunos afortunados que obtuvieron plaza en autobuses, camiones e incluso en trenes que los llevaron a Sajonia, Baviera, Berlín o los Sudetes en Checoslovaquia. Solo 116.000 civiles permanecieron en la urbe tras movilizados en diez batallones de construcción (baubataillonen) para erigir un anillo fortificado con trincheras, fortines y zanjas sobre un anillo circular de 15 kilómetros.


La vida de los más de 166.000 defensores de Breslau, contando tanto a civiles como a personal militar, comenzó a complicarse en cuanto la jornada del 24 de Enero escucharon las detonaciones de la artillería del Ejército Rojo que a una distancia de 35 kilómetros combatía en las localidades de Namslau y Oels. A pesar de todo y de estar el peligro tan cerca, la moral no decayó porque los servicios de agua, gas y electricidad siguieron funcionando, así como los 26 hospitales (10 en la superficie y 16 subterráneos), la terminal del Aeródromo de Gandau y las cadenas de montaje de las Factoría Linke-Hoffman y Markstadt, e incluso la fábrica de tabaco que producía 600.000 cigarrillos diarios. Nadie dudó ni por un momento de mantenerse firme, exceptuando al segundo alcalde Wolfang Spielhagen que tras difundir entre los ciudadanos estar a favor de rendir la plaza, fue detenido, ejecutado por traidor y su cuerpo arrojado al Río Oder.
Aproximadamente el Ejército Alemán reunió a 50.000 efectivos entre 35.000 soldados regulares y 15.000 milicianos que se equipaban con 100 piezas de artillería distribuidas en 32 baterías que variaban desde los 210 a 70 milímetros, así como en 7 tanques (un Panzer IV y seis Panzer II) y un equipo de demolición con 96 «minas andantes» teledirigidas Goliath. Al mando del general Johannes Krause, su organigrama fue el siguiente: la 609ª División de Infantería del general Siegfried Ruff, los cuatro Regimientos de Infantería «Mohr», «Wehr», «Saur» y «Hauf», el Regimiento SS de Granaderos «Besslein», el 599th Batallón de Defensa Regional, el Batallón Fortificado, además del 26º Regimiento Paracaidista del comandante Hebert Trotz (vendía por vía aérea con posterioridad) y diversas fuerzas paramilitares como dos batallones de las Juventudes Hitlerianas y veintiséis batallones de la Milicia Popular del «Volkssturm».


A diferencia de en otros enclaves de Europa Oriental, la entrada de las tropas del Ejército Rojo en Breslau fue pacífica porque no se produjeron represalias ni desórdenes. Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, entre 1945 y 1946, los escasos habitantes de la ciudad fueron expulsados y reubicados al este de Alemania, mientras que en la metrópoli las nuevas autoridades borraron todo vestigio de la cultura germana dinamitando la Universidad Leopoldina, el Museo de Breslau y las torres gemelas de la Catedral de Santa María Magdalena, además de entregarse la urbe a Polonia y ser poblada con 600.000 ciudadanos polacos que la rebautizaron con el nombre de Wroclaw.
Alemania sufrió 29.000 bajas entre 6.000 muertos y 23.000 heridos y 20.000 prisioneros, así como 4 tanques destruidos y 165 aviones derribados. La Unión Soviética sufrió 60.000 bajas entre 13.000 muertos y 47.000 heridos, más unos 125 tanques destruidos y unos 100 aviones derribados.
El sitio de Breslau constituyó una de las epopeyas finales del Frente Oriental en la Segunda Guerra Mundial. Gracias a la heroica resistencia de la guarnición de aquella ciudad de Silesia, un total de 3.200.000 refugiados alemanes pudieron escapar de caer en manos del Ejército Rojo y dirigirse a salvo hacia Europa Oriental, lo que convirtió a este asedio de 79 días en uno de los episodios más increíbles del Ejército alemán.


FUENTES:
https://www.facebook.com/photo?fbid=4769092656473128&set=gm.1345418055927260
Apocalipsis: la Segunda Guerra Mundial™


 














Pedro Pablo Romero Soriano PS

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