Caen, del paraíso al infierno. Los silencios de Normandía

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Los residentes de Colleville-sur-Mer comparten sidra y calva con un soldado estadounidense. Foto: Archivos Nacionales de EE.UU. (FGF Colourised)

Paisanos franceses y militares estadounidenses junto al cadáver de un soldado alemán muerto. La fotografía se tomó en la comuna de Colleville-sur-Mer por un fotógrafo de la 162ª o 165ª Signal Photo Company, poco después del 6 de junio de 1944

El desembarco de Normandía marcó un antes y un después simbolizado a nivel icónico por la liberación de París el 25 de agosto, pero toda victoria borra las sombras de su labranza, y este caso no se libra de la máxima, pues una guerra nunca es un camino de rosas y las espinas permanecen pese a la importancia de tantos triunfos y la explotación de su recuerdo para la posteridad.
Han tenido que pasar muchos años años para que la batalla de Normandía, y el infierno sufrido por la población civil francesa en el verano de 1944, empiece a salir del pozo de desmemoria en que la había dejado la narración oficial.
Durante el desembarco dos urbes quedaron como paradigma de la irracionalidad auspiciada por los poderosos. Caen y Le Havre cambiaron su suerte y debieron refundarse como consecuencia de tácticas carentes de cualquier consideración con la ciudadanía.
Los aliados habían previsto tomarla el mismo el mismo día "D" tanto por su cercanía con las costas donde irrumpieron centenares de miles de soldados como por su valor de encrucijada para desatascar el tapón y proseguir la ofensiva hacia Paris una vez sometido tan esencial nudo comunicativo.
A este contexto debe unirse el debate entre la comandancia aliada sobre el tipo de bombardeo a consumar. Por una parte, cabía la opción selectiva, consistente en centrar los raids hacia elementos estratégicos; la otra estribaba en lluvias totales e intensivas de obuses, como a la postre acaeció, con el resultado de seiscientas mil bombas sobre Caen y la pérdida de tres mil de sus habitantes, el 3,5% de su grueso demográfico, cifra menor hasta cierto punto y aliviada por el caos generado durante esas seis semanas, con infinitud de personas a la fuga, desesperadas en su restringida libertad a causa de la nula previsión de las autoridades a la hora de evacuar el perímetro urbano, error debido según varias fuentes a la imposibilidad de calcular la duración de los bombardeos magra excusa cuando el infierno sacudía cimientos medievales e instalaba un trauma colectivo aún presente en sus edificios más representativos y en la mente de los escasos supervivientes de ese mes y medio de incertidumbre en la superficie por el delirio emanado desde las alturas. Si se pretendía allanar el tormento sólo se logró llenarlo de escombros y complicar la travesía hasta límites insospechados desde una torpeza criminal, presuntuosa y superlativa. “La de Normandía ha sido una batalla olvidada, borrada. Hasta hace muy poco, ha sido en Francia casi un tema tabú”, “Es muy difícil asumir ser bombardeado por tus liberadores, es de una ambigüedad terrible”.
Durante la batalla de Normandía hubo 20.000 muertos entre la población civil sólo en el día perecieron 3.000, a los que cabe añadir los 15.000 que murieron en los bombardeos preparatorios durante los cinco meses previos al desembarco.
Ante la petición de Churchill de minimizar las bajas colaterales, Roosevelt le contestó: "Es lamentable que la operación implique pérdidas civiles, pero no tengo ninguna intención de imponer a la acción militar la más mínima restricción que pueda entorpecer el éxito de Overlord".
Las ciudades de Caen, Saint-Lô, Falaise, Lisieux, Argentan... fueron arrasadas por los aliados, para sorpresa y espanto de sus habitantes. Los supervivientes tuvieron aún que enfrentarse a la destrucción, al hambre, al frío... y a los abusos del invasor.
Al final Caen no se liberará hasta el 9 de julio y los Alemanes no serán expulsados hasta el 19 de julio. En este tiempo 40.000 ton. de bombas "amigas" fueron lanzadas sobre Caen dejando el núcleo urbano sin ni siquiera el trazado de las calles en una absoluta desolación de caos y muerte, la ciudad recibe hasta cinco oleadas de bombas aéreas obuses desde tierra como desde los navíos aliados. Apenas quedaban soldados alemanes en la ciudad, estaban fortificados en las afueras, así que nadie imaginaba lo que les iba a caer encima, ii si esto es su liberación, pueden volverse a su casa y dejarnos en paz!! le gritaba embargado ante tal destrucción un joven a Jean Marie Girault ex alcalde de la ciudad.
Caen paga caro el precio entre el 6 y 7 de junio, las bocas de los cañones aliados y los vientres abiertos de sus bombarderos acaban con la vida de 2.000 civiles además de provocar un éxodo de otras 20.000 almas que se lanzaron a las carreteras ante el horror que traían sus libertadores. Medio millar de personas seguirían padeciendo el fuego amigo hasta el 19 de Julio. Los ingleses ejecutaron impresionantes ofensivas, al precio de inmensas perdidas para ganar tan solo un puñado de kilómetros.



FUENTES:
https://www.facebook.com/photo/?fbid=340194494779384&set=a.131347705664065
Texto por:

Vientos de Guerra: Segunda Guerra Mundial


















 








Pedro Pablo Romero Soriano PS

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