La ametralladora MG-42

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Un joven artillero alemán con su ametralladora MG-42 (Calibre 7.92x57mm), apoyada en su hombro con su uniforme de invierno, también se ve su cinturón de infantería de cuero que está equipado con la caja de herramientas para su arma.
También lleva colgadas 2 cintas, una con vainas laqueadas y otras de latón. La ametralladora MG-42 demostró ser resistente a las temperaturas bajo cero.
Fotografía en algún lugar del Frente Oriental, invierno de 1943.
(FGF Colourised)

La ametralladora MG-42 ha conseguido pasar a la historia como un arma emblemática. Este icono del Ejército alemán destacó entre sus rivales por su altísima cadencia de fuego. Y es que la MG-42 era una auténtica segadora, una ametralladora capaz de devorar hasta ¡1.800 cartuchos por minuto!
Primero fue con la MG-34 y más tarde con la MG-42, dos ametralladoras que gracias a su eficacia sembraron el pánico entre las tropas aliadas.
Con la nueva MG-42 Alemania perseguía hacerse con una verdadera arma “de guerra": barata, rápida de fabricar y completamente fiable.
Así, en 1942 y de la mano de la compañía Metall und Lackierwarenfabrik Johannes Grossfuss AG nacía la primera unidad de la MG-42, una ametralladora que pronto recibiría varios apelativos. Entre los más conocidos se encuentran el de la “sierra circular", o el de la “segadora de Hitler".
Y es que, efectivamente, la MG-42 se comportaba como una auténtica segadora, una guadaña capaz de expulsar miles de balas en apenas un minuto y con una precisión increíble.
Fiable, robusta, eficaz, o potente son algunos de los adjetivos que definen a la perfección el funcionamiento de esta emblemática arma.
Su fiabilidad era tan alta que la MG-42 podía disparar incluso en las peores condiciones. Ni el barro, ni el polvo, ni la nieve eran impedimentos suficientes para interrumpir a esta vaciadora de cartuchos. Como muestra, sólo hay que fijarse en el buen rendimiento que esta ametralladora cosechó entre las unidades del Afrika Korps.
Sin embargo, paradójicamente, una de sus mayores virtudes fue también uno de sus peores inconvenientes. Y es que la elevada cadencia de fuego de la MG-42 normalmente se traducía en un excesivo consumo de munición. Tanto es así, que resultaba bastante habitual que los soldados que estaban próximos a una MG-42 llevaran cartuchos extra del 7,92mm para poder alimentar a la ametralladora en caso de que sus usuarios se quedaran sin munición.
Esta altísima cadencia de fuego (entre 1.200 y 1.800 disparos por minuto) también provocaba un calentamiento excesivo del cañón. Para solucionar este problema, la figura del cargador se encargaba de sustituir el cañón con bastante celeridad.
A pesar de ser una de las armas más poderosas y temidas de la Segunda Guerra Mundial, la MG-42 no pudo evitar la derrota de las tropas alemanas en el conflicto bélico más importante del pasado siglo XX. Sin embargo, esta derrota no supuso la desaparición definitiva de esta legendaria ametralladora, sino que simplemente significó un punto y aparte en su continua evolución. Así, a finales de la década de 1950 apareció el modelo MG-42/59, una versión renovada de la MG-42 original.

Soldados alemanes expectantes con una ametralladora MG-42, y otro en la torreta vigila con sus binoculares. Estos aprovecharon la cobertura de un tanque soviético T-34/76 destruido. Stalingrado, URSS/1942



FUENTES: https://www.facebook.com/photo?fbid=338321848299982&set=a.131347705664065

Vientos de Guerra: Segunda Guerra Mundial

https://www.armas.es/armas-militares/ametralladora-mg-42
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Facundo Colourised





























 





Pedro Pablo Romero Soriano PS

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