Sin lugar a dudas si existió un país que si ganó con un conflicto armado como la Segunda Guerra Mundial ese fue Estados Unidos de Norteamérica. En 1939 era un país que vivía aún bajo los coletazos de la Gran Depresión de 1929 que a partir del 29 de octubre de 1929 (el martes negro) había volatilizado miles de millones de dólares provocando en EE.UU. en tres años la bancarrota de 5.000 bancos y enviando a la miseria a cientos de miles de personas, desapareciendo miles de fábricas (que crearon 3,25 millones de desempleados fabriles en 6 meses) lo que arrastró a la economía toda, provocando un desplome de los precios, cierre de grandes y pequeños negocios generalizado y la desaparición de docenas de miles de pequeñas explotaciones agrícolas que ya no podían pagar sus deudas por la caída del precio de los productos agrícolas.
En 1932 con el 57,4% de los votos llega al poder el presidente F.D. Roosevelt con la promesa de sacar el país de la crisis para lo que comienza el llamado New Deal un vigoroso programa destinado a combatir las consecuencias de la Gran Depresión con una serie de medidas de estímulo a la economía y las finanzas, ayudas y subvenciones para la industria y el agro, un gigantesco programa de inversión pública y medidas tendientes a acabar con el desempleo que en 1932 era del 33%.
Pero todo esto fue inútil ya que a partir de la primavera de 1937 el sistema demostró que estaba agotado y la Gran Recesión de 1937-38 provocó que el desempleo en EE.UU. saltara al 19%, la producción manufacturera sufrió una caída del 37% y la economía debió recibir otra gigantesca inyección de 8.750 millones de dólares en planes y ayudas para recuperarse lo que demostró que esta no se podía mantener sola al corto plazo.
A pesar de todos los esfuerzos del New Deal lo cierto es que a principios de 1939 la bolsa de valores de New York valía menos que la de Buenos Aires, pero es con el inicio de la guerra en Europa, que consumió la friolera de 30 billones de dólares (US$ 30.000.000.000.000) en armas, que la economía de EE.UU. comienza a moverse realmente ya que gigantescos contratos de armas son firmados sólo por Francia con empresas estadounidenses a partir de setiembre de 1939, solo Curtiss-Wrigth firma un contrato por 5.000 caza P-40, los cuales después de la capitulación son retomados por Gran Bretaña.
Es a partir de 1939 que cada año de la guerra el PBI de los EE.UU. creció alrededor de un 10% enviando al principio sus productos a Europa en la modalidad de comprar y llevárselo (Cash and Carry) convirtiéndose al final de la guerra en el poseedor de 2/3 de las reservas mundiales de oro y cuando ya sus aliados no poseyeron con que más pagarle les brindó préstamos, armas y productos en la modalidad de préstamo y arriendo (Leand Lease), préstamos que Rusia termino de pagar en la primera década de este siglo.
Esta guerra no sólo le permitió a EE.UU. convertir en economías subsidiarias a todas las de Europa (que no se quedaron sus rivales soviéticos) además que sacó de la ecuación económica global a rivales como Gran Bretaña, Francia, Alemania y Japón durante años mientras se reconvertían sus industrias de guerra y encima con préstamos que brindaba su banca, prestamos que se usaban a su vez para comprar maquinaria e insumos en EE.UU. lo que llevó a que en 1944 el desempleo en los EE.UU. fuera del 1% a pesar de los alrededor de 10 millones de trabajadores inmigrantes que llegaron de México y Centro América durante la guerra.
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Guerra Total. Grupo de estudio de historia política y militar.
Marcelo Ramon Garcia Albornoz