Julius Erasmus

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Julius Erasmus “Totengräber von Vossenack” (El “sepulturero de Vossenack”)



El Hauptmann Julius Erasmus combatió valerosamente en el bosque de Hürtgen (En alemán Schlacht im Hürtgenwald). Fue hecho prisionero por los estadounidenses y luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, a los pocos meses fue liberado y decide regresar a su casa, solo para notar que la calamidad de la guerra tocó a la puerta de su casa, su familia entera murió durante la Batalla en Aachen, perdió todas sus posesiones y lo que quedaba de su casa fue saqueado.
Desconsolado de tan terrible tragedia se mudó a una cabaña cerca del bosque de Hürtgen. A pesar de que la guerra había finalizado meses atrás, seguía viendo el horror de la guerra a su alrededor, arboles destruidos por la artillería, agujeros hechos por morteros, la muerte seguía a la vista, muchos combatientes del Ejército alemán yacían en las espesuras del bosque, en caminos, en agujeros, en zanjas al lado del camino, etc.
Luego de ver tan terrible paisaje Erasmus, por su cuenta decide dar una digna sepultura a los caídos, tratándolos de identificar para que estos pudieran descansar en paz, sin importar la nación de la que fuesen los caídos. Así fue como logra dar sepultura y marcar 120 cuerpos en las orillas del bosque. La comunidad cercana vio la tarea de Erasmus como valerosa y deciden ayudarlo proveyéndole un mapa militar y entregándole el terreno que era conocido como la Colina 470, una colina donde se libró uno de los combates más fieros de esta campaña.
Seguía 1945 y Erasmus continuaba con su noble tarea, poco a poco, se presentaron voluntarios en esta ardua tarea hasta conformar un ejército de voluntarios en una tarea dura y en un terreno peligroso, puesto que aún seguía minado, esta dura tarea cobró la vida de al menos 100 voluntarios a causa de las minas.
Para este entonces Julius Erasmus ya era conocido en toda Alemania, como “Totengräber von Vossenack” (El “sepulturero de Vossenack”). Un periódico de la época lo entrevistó y preguntó sobre el motivo que lo llevó a realizar tan noble tarea, él respondió: “Me molestaba mucho y no podía soportar que muchos combatientes yacieran olvidados y sin una sepultura digna”. Para el año 1952, el gobierno de Theodor Heuss, reconoció oficialmente el cementerio, como el Cementerio Militar Alemán de Vossenack, en donde se estima que Julius Erasmus dió sepultura y ayudó en la sepultura de 1.569 soldados caídos.
En la actualidad hay 2.221 soldados de cuatro naciones que están enterrados allí, se desconoce la identidad de 930 de estos soldados.
Erasmus falleció el 3 de setiembre de 1971 en Nideggen-Abenden cerca de las montañas Eifel (Renania del Norte-Westfalia).


Julius Erasmus regresó al bosque de Hürtgen poco después del final de la guerra en 1945, después de descubrir que habia perdido a su familia y su hogar debido a la guerra. Julius Erasmus se sorprendió al encontrar abandonados los cuerpos de tantos soldados caídos y decidió enterrarlos en el cementerio de Vossenack. Se hizo conocido como el "enterrador de Vossenack", incluso arriesgando su vida buscando camaradas caídos en el bosque plagado de minas. Cuando el cementerio público se llenó, la Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge (Comisión Alemana de Tumbas de Guerra) estableció en 1951 el actual cementerio militar de la batalla del Bosque de Hürtgen en la colina 470 y empleó a Erasmus. En la década de 1960, Erasmus dejó Vossenack y en 1971 murió casi olvidado. Había enterrado a 1.569 soldados alemanes

La guerra le había costado al fabricante textil de 60 años Julius Erasmus su hogar, su corazón y su familia en Aquisgrán. Durante la guerra, sirvió como Pionierhauptmann capitán del arma de ingenieros en el Ejército alemán y fue uno de los pocos en su batallón que sobrevivió a la guerra. Después se preguntaba constantemente por qué seguía vivo.
Unos meses después de la guerra, en el verano de 1945, regresó a los bosques de Vossenack. Las municiones sobrantes de la batalla estaban esparcidas por todas partes: fósforo de trampas explosivas ocultas, restos de bombas y minas y granadas debajo de la superficie. Era un lugar mortífero. Los restos en descomposición de innumerables soldados muertos aún yacían entre los árboles rotos. La vista era espantosa. Por su propia iniciativa, Erasmus comenzó a enterrar a los muertos en el borde del bosque, usando simples cruces de madera que él mismo hizo. Pronto se le unieron otros, incluido el pastor de la ciudad, Dr. Werner Eschweiler. Gracias a los esfuerzos del pastor, los soldados ahora pudieron ser enterrados en el cementerio municipal. Erasmus hizo lo que pudo para determinar la identidad de cada soldado.
Como si la batalla contra los signos de la guerra y la naturaleza no fuera suficiente, cientos de hectáreas de bosque en el bosque de Hürtgen fueron destruidas por incendios en los años posteriores a la guerra. Montones de municiones se incendiaron. El bosque ya destruido se convirtió en un desierto ennegrecido. Los muertos ardieron con el bosque, cientos de cuerpos fueron carbonizados, pero Erasmo y el pastor Eschweiler continuaron.
Julius Erasmus y su equipo trabajaron para enterrar a 1.569 soldados alemanes. El lugar de descanso final de los caídos no está al borde del bosque, sino en el actual cementerio militar de Vossenack. Erasmus se construyó una simple cabaña de troncos en el borde del cementerio. El 'padre de los muertos' mantuvo las tumbas durante años. Hasta el día de hoy, una piedra conmemorativa en el cementerio mantiene viva su memoria.

Cruz conmemorativa de Julio Erasmo en el cementerio de honor de Vossenack



FUENTES:
https://www.facebook.com/photo/?fbid=10159736143317290&set=gm.940641803243411
(Oscar Vispo)
https://www.facebook.com/photo?fbid=10227033233441122&set=pcb.4514242221963784
https://www.facebook.com/photo?fbid=445806416558038&set=pcb.1097308967404838
Crédito de la foto © Rureifel Tourism

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