Soldados del ROA en 1944
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Andréi Vlásov
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El comandante Ivan Denisovich Frolov (centro) con los oficiales del Ejército de Liberación Nacional Ruso (ROA) durante el levantamiento de Varsovia
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Reunión entre Vlásov y Goebbels
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Vlásov instruyendo a sus tropas
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Durante la Segunda Guerra Mundial fueron varios los cuerpos militares de diversos países que se integraron en la Wehrmacht o estuvieron junto a ella para combatir juntos contra la URSS.
Los españoles conocemos, fundamentalmente, la División Azul, pero hubo otros casos: finlandeses, rumanos, croatas, búlgaros… En general, todos con el denominador común de profesar un visceral anticomunismo. Pero uno de los más curiosos fue, sin duda, el ROA, siglas de Rússkaya Osvobodítelnaya Ármiya (Ejército Ruso de Liberación).
En realidad el ROA fue un contingente fantasma que durante mucho tiempo sólo existió de facto sobre el papel y cuyos miembros no constituyeron una unidad propia hasta el invierno de 1944, repartiéndose antes por multitud de batallones destinados al frente del Este ante la desconfianza del mando alemán.
El alma y raíz de aquel extraño ejército no-nato y disperso fue un general soviético llamado Andréi Vlásov, un ruso nacido en 1900 al que el estallido de la Revolución incitó a abandonar el seminario para entrar en el Ejército Rojo y desarrollar una fulgurante carrera militar.
Ser miembro del Partido Comunista, conseguir el cargo de asesor militar del chino Chiang-Kai-Sek (quien le concedió la Orden del Dragón Dorado) y protagonizar varias exitosas acciones durante la llamada Gran Guerra Patria (la librada por los soviéticos en su suelo contra la invasión alemana) le hicieron ganarse la confianza de Stalin y ser acreedor de la Orden de Lenin (una de las condecoraciones más importantes de su país, que era otorgada por el Soviet Supremo), pero su fracaso en la misión de romper el asedio de Leningrado, que terminó en una masacre, y su negativa a ser rescatado del embolsamiento en que había quedado atrapado supusieron el inicio de un giro radical en su vida.
Porque finalmente, tras un rocambolesco intento de huida, cayó en poder del enemigo y fue enviado a un campo de concentración para oficiales en Ucrania. Era el verano de 1942 y durante su encierro trabó relación con varios rusos blancos con los que acordó fundar un movimiento antirevolucionario, para lo cual envió un exhaustivo informe a los alemanes proponiendo cooperar.
Por supuesto, éstos no desaprovecharon la oportunidad y le enviaron a Berlín, ante Goebbels, para desarrollar el diseño de lo que debía ser el Movimiento de Liberación de Rusia. Así se empezó a gestar el ROA, el brazo armado que en conjunción con la Wehrmacht echaría a los bolcheviques del poder e instauraría un sistema democrático.
Por raro que parezca, Vlásov se lo tragó -quizá porque el plan incluía darle un puesto en el futuro gobierno provisional- y empezó a reclutar voluntarios entre los prisioneros de guerra rusos, mientras la Luftwaffe también arrojaba panfletos propagandísticos en las trincheras soviéticas animando a desertar y unirse.
Sin embargo, no llegó a reunirse una cantidad suficiente de efectivos, pues en un alarde de ingenuidad optimista se habían previsto más de millón y medio de hombres y los alistados, unos cientos de miles con mercenarios incluidos, no pudieron constituir el deseado ejército; en realidad, Hitler tampoco estaba dispuesto a concedérselo, así que simplemente fueron repartidos como auxiliares entre diversos cuerpos germanos con la única distinción de llevar un uniforme sin insignias y con un parche identificativo. Algunos llegaron a formar osteinheiten o pequeñas unidades de voluntarios, pero nada más y dedicadas a labores de seguridad en la retaguardia.
Es decir, Vlásov pensó que podría utilizar a los alemanes para sus fines pero el resultado fue a la inversa. De hecho, los soldados del ROA fueron retirados de su destino inicial en el Frente ruso para ser trasladados a otros sitios (algunos estuvieron en Normandía el Día D) cuando se supo que su jefe se desmarcaba de las brutales acciones de las SS, ayudando a varios judíos a escapar y tratando a los oficiales alemanes como si él fuera su anfitrión y ellos sus invitados, pareciendo totalmente convencido de la verosimilitud de su alianza.
Pero los mandos teutones no tenían demasiada confianza en los soldados del ROA y además éstos tampoco demostraron ser muy fiables, desertando o retirándose del campo de batalla proporcionalmente a los reveses sufridos a medida que pasaba el tiempo.
No obstante, dado que la guerra entraba en su fase final, ya claramente adversa para el III Reich y con necesidad de tropas, Himmler consiguió convencer al Führer para autorizar un ROA como tal. Así, los ciento trece batallones integrados por rusos y diseminados por Europa deberían juntarse para formar una decena de divisiones, aunque en la práctica sólo se pudieron constituir dos, mandadas por los generales Serguéi Bunyachenko y Mijaíl Meándrov, junto con otros cuerpos menores integrados por cosacos y rusos blancos. El conjunto pasó a ser conocido popularmente por los soviéticos como los vlasovtsy, el ejército de Vlásov, a pesar de que apenas llegó a entrar en combate y la única batalla que libraría contra el Ejército Rojo sería la del Óder, ya en abril de 1945, en la que fue vencido.
Para entonces, Vlásov había explicado sus objetivos políticos en un documento conocido como el Manifiesto de Praga, que leyó en esa ciudad el 14 de diciembre de 1944 ante el autonombrado Comité para la Liberación de los Pueblos de Rusia y en el que proponía una reconversión democrática en su país tras derrocar al bolchevismo. El texto incluía al final una diatriba contra las potencias occidentales aliadas de Stalin, única manera que el autor encontró para regatear a Hitler en su intención de que añadiera un párrafo antisemita. Pero la realidad de la marcha de la guerra era patente y ante la inminencia de la derrota, había que elegir ante quién rendirse; en su situación estaba claro que caer en manos soviéticas equivalía a morir, así que inició contactos con los Aliados occidentales.
Fruto de ese cambio de estrategia fue su participación en el levantamiento de Praga contra los alemanes, que tuvo lugar en mayo y en la que sus hombres cambiaron de bando uniéndose a los insurrectos, además de pasar información al Ejército Rojo para ayudarle a tomar la ciudad.
A continuación, los vlasovtsy huyeron en dirección al Oeste para entregarse a Patton. Muchos fueron capturados antes por los partisanos soviéticos; otros consiguieron establecer contacto con el Tercer Ejército estadounidense para descubrir, con horror, que se les negaba el asilo y eran entregados a Stalin. Éste había decretado ya la pena de muerte para ellos y no fueron pocos los que acabaron fusilados sumariamente en el mismo sitio donde les apresaron. Apenas un puñado logró refugiarse en Liechstentein y desde allí huir a Argentina.
Vlásov fue extraditado a Moscú y ahorcado el 2 de agosto de 1946 junto con once de sus oficiales. Miles de sus hombres pagaron su veleidad en el Gulag hasta que el 17 de septiembre de 1955, tras la muerte de Stalin, la URSS indultó a los cincuenta y cinco mil que aún vivían. Sin embargo, la imagen de Vlásov siguió y sigue siendo negativa: en 2001 hubo una propuesta para rehabilitarle y fue rechazada por no cumplir con los requisitos exigidos.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
Andrei Andreyevich Vlasov
La figura de un militar que nunca ha sido del agrado de los especialistas en la Segunda Guerra Mundial. Unos lo critican por unas cosas y otros por otras.
En 1938, fue enviado como asesor militar del dirigente nacionalista chino Chiang Kai-Shek, aquel que luchó contra el comunista Mao durante la guerra civil china, aunque, en esa época, luchaban juntos contra los japoneses.
Algunos dicen que en ese momento fue cuando empezó a desarrollarse su ideología política. Pues fue en China donde pudo contactar tanto con los nacionalistas como con los comunistas.
En 1940, siendo general de brigada, fue nombrado jefe de la 99 División de fusileros, que era considerada una de las peores unidades del Ejército Rojo, a la que dio un vuelco considerable.
Parece ser que, tras una inspección del mariscal Timoshenko, jefe del Ejército soviético, fue ascendido a general de división, gracias a la gran labor realizada con esa unidad.
Calificándola como la unidad mejor preparada del Ejército.
En 1941, cuando comenzó la invasión alemana de la URSS, Vlasov, tenía el mando del 4º Cuerpo de Ejército Mecanizado. Ya por entonces era teniente general.
Con su unidad, consiguió parar la ofensiva alemana y aguantar su posición durante una semana. También participó en la defensa de Kiev y consiguió que su unidad escapara al cerco germano.
Incluso, cuando participó en la defensa de Moscú, sus fuerzas consiguieron recuperar algunas localidades tomadas por el enemigo y fue objeto de merecidos elogios por parte del diario soviético Pravda, además de recibir varias condecoraciones.
Lo cierto es que se convirtió en un general muy popular. Stalin lo utilizó como un ejemplo de un alto mando surgido del proletariado.
En enero de 1942 fue enviado a Leningrado con la misión de intentar levantar el cerco alemán sobre esa ciudad.
Desgraciadamente, el resto de las divisiones soviéticas no pudieron seguirle y se vio rodeado. El Alto Mando soviético no le permitió retirarse, así que se estrechó el cerco y gran parte de sus tropas fueron aniquiladas por el enemigo.
Parece ser que las tropas de Vlasov estaban desesperadas. Tuvieron que comerse sus propios caballos y hasta cortezas de árboles.
Sus superiores le ofrecieron a nuestro personaje un avión para poder escapar.
Aquí hay diversidad de opiniones. Unos autores dicen que se negó a dejar a sus tropas abandonadas a su suerte. Mientras que otros afirman que se escondió en un granero y fue detenido tras una denuncia de un granjero.
Parece ser que fue apresado por las tropas del general alemán Lindemann, y tras su interrogatorio afirmó que, durante esos días que permaneció escondido, tuvo tiempo para meditar sobre la política de Stalin hacia su propio pueblo y se convirtió en anti-estalinista.
Durante su estancia en prisión, Vlasov, conoció al capitán Strik Strikfeldt, un alemán, que había combatido en el Ejército Blanco y que intentaba organizar una especie de movimiento anticomunista ruso para intentar echar del poder a Stalin.
Posteriormente, Vlásov y sus colegas, estuvieron haciendo preparativos para organizar el llamado Ejército de Liberación de Rusia, también conocido por sus siglas ROA.
A comienzos de 1943, redactó un folleto anticomunista, llamado la Proclamación de Smolensk, del cual se imprimieron miles de ejemplares, que fueron lanzados desde aviones alemanes sobre las líneas soviéticas a fin de incitar a los soldados soviéticos a la deserción.
Pero Hitler no confiaba lo suficiente en los rusos como para dejarlos luchar contra URSS.
Todo esto sólo cambió en septiembre de 1944, cuando el Ejército Rojo se acercaba a Alemania. En aquel momento los nazis estaban tan desesperados que estaban dispuestos a todo para conservar su imperio, al borde del colapso. El mismísimo Heinrich Himmler se reunió con Andréi Vlásov y aprobó la creación del Comité para la Liberación de los Pueblos de Rusia y sus Fuerzas Militares, que debía estar bajo el mando de Vlásov. Estas últimas estaban formadas por unos 50.000 efectivos.
Lucharon contra el Ejército Rojo durante sólo tres meses, desde febrero hasta abril de 1945. Como probablemente puede adivinar, no tuvieron mucho éxito. Alemania, ya estaba condenada. Después de su derrota, Vlásov y todos sus comandantes fueron capturados por los soviéticos y rápidamente juzgados, ejecutados y olvidados.
FUENTES y Bibliografía:
Russian Culture / El Día D. La batalla de Normandía (Anthony Beevor) Hitler’s Empire: Nazi Rule in Occupied Europe (Mark Mazower) / A Documentary History of Communism in Russia: From Lenin to Gorbachev (Robert V. Daniels) / Wikipedia.
Jurado, Carlos (1983). Foreign Volunteers of the Wehrmacht 1941-45. Osprey Publishing. p. 28. ISBN 0-85045-524-3.Bundesarchiv-Militärarchiv (BA-MA) RH20-2/558 „Entweichen von HiWi“, AOK 2 Ia 3385/43, 14.9.43.(„Bericht über die Meutereien in der Nacht vom 12. zum 13.9.43“, 16.9.43, RH20-2/558 „Bericht über die geplante Meuterei in der Nacht vom 19. zum 20.9.1943“, 23.9.43, RH20-2/558 Komm.d.rückw. Armee-gebiet 580 3666/43, 30.9.43, RH20-2/558 „Zuverlässigkeit der Ostverbänden“, Komm. Der Osttruppen z.b.v. 720 beim Aok 2 1042/43, 7.10.43).RH20-8/979 „Zuverlässigkeit landeseigener Verbände“, AOK 8 Ia 4844/3, 1.10.43 „Alle landeseigenen Verbände sind bei Feindberührung unzuverlässig. Hauptgrunde der Unzuverlässigkeit sind der Einsatz der Verbände im Osten“.Verlegung von Landeseigenen Verbänden“ AOK 2 Ia 989/43, 30.9.43.
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(Vientos de Guerra: Segunda Guerra Mundial)
https://elrincondeschlosser.wordpress.com/2017/01/10/-russkaya-osvoboditelnaya-armiya-r/
Pedro Pablo Romero Soriano PS