Kapitän zur See, Otto Ernst Lindemann, comandante del acorazado Bismarck, en fotografía del 24 de agosto de 1940
Otto Ernst Lindemann (Altenkirchen, 28 de marzo de 1894 - Océano Atlántico Norte, 27 de mayo de 1941) fue un capitán de navío alemán, famoso por ser el primer y único comandante del malogrado acorazado Bismarck durante la Segunda Guerra Mundial.
Lindemann se unió a la Armada Imperial Alemana en 1913 y, después de su entrenamiento militar básico, sirvió en varios buques de guerra durante la Primera Guerra Mundial como oficial de telegrafía inalámbrica. Un año después del estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue nombrado comandante del acorazado Bismarck, en ese momento uno de los navíos de guerra más grande en servicio del mundo y el orgullo de la Kriegsmarine.
En mayo de 1941, Lindemann comandó el Bismarck durante la Operación Rheinübung. Bismarck y el crucero pesado Prinz Eugen formaron un grupo de trabajo bajo el mando del almirante Günther Lütjens a bordo del Bismarck. Las órdenes eran irrumpir en el Atlántico y atacar la navegación aliada. El primer enfrentamiento importante del grupo de trabajo fue la Batalla del Estrecho de Dinamarca que resultó en el hundimiento del HMS Hood.
Posteriormente, el Bismarck fue perseguido por los británicos para un enfrentamiento y se enfrentó a la batalla el 27 de mayo. Después de unos 100 minutos de lucha, siendo alcanzado por efectos combinados de proyectiles, torpedos y hundimiento deliberado, el Bismarck se hundió, llevándose a Ernst Lindemann, al almirante Günther Lütjens y a 2.200 marineros a las profundidades del Atlántico.
Burkard von Müllenheim-Rechberg afirma en su libro que vio al capitán Lindemann por última vez hacia las 08:00 en el puente de mando, poco antes de la batalla final.
Describe en ese momento a un hombre pesimista y retraído, cuando normalmente era inteligente, divertido y optimista. Von Müllenheim-Rechberg trató de hablar con él y fue ignorado, no sabe si por la fatiga del capitán o por sus desacuerdos con Lütjens.
El cuerpo de Ernst Lindemann jamás fue recuperado y se cree que murió junto a todo el estado mayor a las 09:02, cuando impactó en el puente un potente obús británico.
Jens Grützner sugiere que a lo mejor Lindemann no estaba en el puente de mando cuando este resultó destruido, sino en otra parte dando órdenes de abandonar la nave.
El superviviente Paul Hillen dice que vio un grupo de 20 o 30 personas en la proa del buque, entre los que había uno con una gorra blanca, reservada para el capitán.
Otro superviviente, Rudolf Römer, afirma que vio a Lindemann en proa, cerca de una de las torretas delanteras, intentando convencer a un mensajero de que abandonara el buque.
Según este relato, ambos se tomaron de la mano, se acercaron al torrotito o mástil de la bandera de tajamar y le hicieron un saludo militar.
Cuando el acorazado volcó el mensajero cayó al agua; pero Lindemann se aferró al mástil y continuó el saludo mientras su nave se hundía
Robert Ballard, que descubrió e inspeccionó el pecio del Bismarck en 1989, confirmó que el puente del acorazado recibió impactos de más de cincuenta proyectiles.
Lindemann recibió póstumamente la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro. La medalla fue entregada a su viuda, Hildegard, el 6 de enero de 1942.