Iwo Jima

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“Estamos aquí para defender el suelo patrio hasta el límite de nuestras fuerzas. 
Nos debemos enteramente a esta misión. 
Cada uno de nuestros disparos debe causar la muerte de varios americanos. 
No permitiremos que el enemigo nos capture. 
Si nuestras posiciones se ven desbordadas, tomaremos granadas y nos lanzaremos con ellas bajo los tanques del invasor. 
Nadie debe morir sin haber acabado, al menos, con diez estadounidenses. 
Les acosaremos sin tregua con acciones de guerrilla hasta que el último de nosotros haya muerto”.
“Tenno Heika Banzai” ( 天皇陛下万歳 : “¡Larga vida al Emperador!”)
Arenga del general Tadamichi Kuribayashi a la guarnición japonesa de Iwo Jima en febrero de 1945.




Hablar de Kuribayashi es hablar de Iwo Jima y del último héroe del Imperio Japonés. 
Un gran militar que supo ganarse el respeto y la admiración de sus hombres a los que dirigió predicando con el ejemplo.
El 27 de mayo de 1944 fue nombrado comandante de la 109ª División del Ejército en las islas Bonin y dos semanas después recibió la orden del Primer Ministro Hideki Tojo de defender la isla de Iwo Jima. 
En vísperas de su partida le otorgaron el honor de entrevistarse personalmente con el Emperador.
Bajo su dirección los hombres de la 109ª Div. de infantería, se cubrirían de gloria durante la Batalla de Iwo Jima. 
Llevó al máximo grado y pericia profesional la durísima “política de la resistencia prolongada” con 21.000 hombres, entre soldados, marineros y oficiales, contra más de 70.000 estadounidenses formidablemente apoyados por mar y aire.
Kuribayashi, conocedor del poderío estadounidense basado en su superioridad industrial y de medios, en la descomunal potencia de fuego de artillería naval y el control aéreo, adaptó sus tácticas defensivas al terreno y al enemigo como pocos comandantes japoneses hicieron. 
Convirtió los 21 km² de piedra negra en un inmenso conjunto de túneles, trincheras, nichos y casamatas de hormigón casi inexpugnables. 
Una isla hecha un búnker de roca y de cemento. Su milimétrico estudio en la disposición de los cañones, morteros y demás armas pesadas provocó un indescriptible arco de fuego durante semanas.
Lo primero que hizo al aterrizar en la isla fue paralizar la construcción de fortificaciones en la primera línea de playa y trasladar toda la actividad a la construcción de túneles y fortificaciones tierra a dentro. 
Se recorrió a pie cada rincón de Iwo Jima y eligió con enorme acierto el emplazamiento de cada pieza de artillería. 
Supo adivinar con gran exactitud el área de desembarco de las tropas estadounidenses.
Su plan era relativamente simple y de notable eficiencia. En el Monte Suribachi y en el resto de la isla fortaleza, 21.000 japoneses permanecerían en su puesto en apoyo constante de una posición a otra y dispararían toda la munición que tuvieran hasta la muerte. 
Prohibió por completo las cargas banzai, que para él suponían un despilfarro de vidas y munición, aunque no el seppuku o suicidio honorable, cuando los hombres, condenados a una supervivencia más propia de cucarachas, se quedaran sin alimentos y sin munición. 
Sólo con lanzallamas y sellando los bunkers con explosivos, pudieron los yanquis someter aquella fanática resistencia, cuando los ataques aéreos y la artillería naval fracasaban.
En la citada batalla por aquel pedazo de tierra, de apenas 21 Km², los estadounidenses computarían más de 25.000 bajas: 7.000 muertos y 18.000 heridos.
De los 21.000 hombres al mando de Kuribayashi, apenas unos 216 serían hechos prisioneros.
Tras semejante carnicería los mandos yanquis empezaron a preguntarse cuánto tiempo y qué precio tendrían que pagar por someter al Japón.
La tenacidad y extraordinaria capacidad defensiva japonesa demostrada en Iwo Jima y luego en Okinawa ante fuerzas numérica y técnicamente superiores, sirvieron a los norteamericanos como justificación para la decisión del lanzamiento de la bomba atómica sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, con el argumento de que el desembarco en el archipiélago japonés habría acarreado un número aún mayor de víctimas, unos diez millones entre civiles y militares japoneses y cerca del millón de estadounidenses.


Bienvenidos al infierno

 





La Guerra en el Pacífico
Marines estadounidenses atacan posiciones japonesas cerca de la base de Suribachi en Iwo Jima, 19 de febrero de 1945.
El 23 de febrero de 1945, Joe Rosenthal inmortalizó a seis Marines de los Estados Unidos alzando la bandera estadounidense en el monte Suribachi, durante la batalla de Iwo Jima.
Ese día se levantaron dos banderas estadounidenses en la cima del monte Suribachi.
La fotografía que tomó Rosenthal era en realidad de la segunda bandera, bastante más grande que la primera y levantada por otros Marines.
No se trata de una imagen posada: Rosenthal vio la escena y, pensando que no tendría tiempo de tomar la fotografía, disparó sin siquiera mirar por el visor.
La foto llegó a ser muy popular y fue reimpresa muchas veces, su autor obtuvo el premio Pulitzer de fotografía.
Está considerada como la instantánea de guerra más importante de la historia y una de las más reproducidas del mundo.
De los seis hombres que aparecen en la imagen, tres cayeron en combate: Franklin Sousley, Harlon Block y Michael Strank.
La imagen fue utilizada por Felix de Weldon para esculpir el Memorial de Guerra del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, junto al Cementerio Nacional de Arlington, a las afueras de Washington, D.C.
Durante mucho tiempo se creyó que el médico de la US Navy John Bradley era uno de los seis hombres de la foto.
En 2016 dos aficionados por la historia compararon distintas fotos del momento y de los uniformes y equipos de los Marines, se desprendió que las prendas de Bradley (que surgen de fotos donde está claramente identificado) no se corresponde con la de los soldados de la famosa foto.
El sexto soldado era el Marine Harold Schultz. El Cuerpo de Marines reconoció el hecho.
Se desploma en parte la historia de “La bandera de nuestros padres”, película y libro basado precisamente en las experiencias de Bradley.
Autor: Fortis Leader

  Foto coloreada por Marina Amaral – Photo Colorization
 
Iwo Jima se convirtió, así, en un símbolo para los estadounidenses y en un desafío mayor para los marines que allí lucharon.
Esas fotografías, tomadas en blanco y negro, fueron finalmente “revividas” gracias a un joven de 19 años que les dio brillo y color.
Jared Enos, de North Kingstown, Rhode Island, fue el encargado de revitalizarlas y llenarlas de color.
El resultado es único y permite situarse al lado de los soldados que lucharon, sufrieron y vieron morir a sus amigos a su lado en una de las batallas más duras del Pacífico.




En el Pacífico, los Estados Unidos mantenían abierto, contra Japón, uno de los frentes más duros de la Segunda Guerra Mundial. Sería incluso el último que se cerraría. Las imágenes en blanco y negro graficaban las crónicas de todo el mundo y mostraban los horrores del conflicto.
Iwo Jima se convirtió, así, en un símbolo para los estadounidenses y en un desafío mayor para los marines que allí lucharon.
Esas fotografías, tomadas en blanco y negro, fueron finalmente “revividas” gracias a un joven de 19 años que les dio brillo y color. Jared Enos, de North Kingstown, Rhode Island, fue el encargado de revitalizarlas y llenarlas de color.
El resultado es único y permite situarse al lado de los soldados que lucharon, sufrieron y vieron morir a sus amigos a su lado en una de las batallas más duras del Pacífico.

El grupo del teniente Schrier posa para la cámara frente a su bandera en la cima del monte Suribachi. Todos los ojos se dirigieron a la cima de Hot Rocks y mientras los infantes de marina vitoreaban, los barcos en alta mar hacían sonar sus bocinas. (NARA-127-GW-112449) / (FGF Colourised)




 
FUENTES:

Fuente de textos y fotografías:www.infobae.com
https://www.facebook.com/liderfortis/photos/a.320961681809716/630955620810319/?type=3&theater
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=197743001430837&set=gm.10156561322550146&type=3&theater
Historia de la SGM (Salvat)
Así fue la SGM (Anessa)
La SGM (Time-Life)
Wikipedia
































Pedro Pablo Romero Soriano PS

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