La Campaña Finlandesa

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Division de Caballeria finlandesa en Kannas, agosto de 1939

Finlandia se prepara para entrar en guerra con Rusia.
El ciclo de conversaciones diplomáticas entre los años 1937 y 1939 fue un fracaso, tanto por la parte soviética como por la finlandesa, en las que se denegaron peticiones y demandas territoriales (que para algunos sectores del gobierno finés eran incluso aceptables, y preferibles a un conflicto armado) que terminaron abruptamente.
Algunos territorios de Finlandia, como el istmo de Carelia, el promontorio de Hanko y algunas islas, fueron objeto de una primera negociación en Moscú en octubre de 1939 entre una delegación finlandesa encabezada por el embajador en Estocolmo, Paasikivi, y el ministro de Asuntos Exteriores soviético, Molotov, junto con Stalin.
La URSS, a cambio de trasladar la frontera al istmo de Carelia —para poner la ciudad de Leningrado fuera del alcance de la artillería pesada— y los demás territorios mencionados, que suman algo más de 2.700 kilómetros cuadrados, ofreció a Finlandia más de 5.500 kilómetros cuadrados de su propio territorio.

Muchos finlandeses veían en esos acuerdos la vía para reducirse a la situación de las repúblicas bálticas, y confiaban en la ayuda de los occidentales o de sus vecinos de la Escandinavia (inútil, ya que Suecia había avisado de que no les ayudarían en caso de guerra).
La última oportunidad para llegar a un acuerdo fue en octubre de 1939, pero fue un fracaso más. La guerra estaba a un paso.
El casus belli utilizado por la URSS para la declaración de guerra tuvo que ver con el incidente de Mainila (26/11/1939).
el 26 de noviembre de 1939, el fuego de artillería en el pequeño pueblo de Mainila mata a varios civiles y soldados soviéticos. Inmediatamente, los finlandeses y los soviéticos comenzaron a acusarse mutuamente del incidente. Esta es la chispa que desencadena el conflicto.
La fecha es importante: en agosto del mismo año la URSS había firmado con el Tercer Reich el pacto Ribbentrop-Molotov, en septiembre invadía la parte oriental de Polonia en perfecta coordinación con el III Reich y en octubre los soldados soviéticos ya marchaban sobre las repúblicas bálticas.
Solo faltaba una pieza del tablero: Finlandia. Retomando el incidente de Mainila, se trató de un ataque de falsa bandera protagonizado por agentes especiales del NKVD.
Los finlandeses negaron toda responsabilidad, de hecho Mannerheim había retirado sus fuerzas de la zona para ahorrarse problemas de este tipo.
El 29 de noviembre la Unión Soviética rompió las relaciones diplomáticas con Finlandia y al día siguiente ordenó el ataque.
Para más inri, eran los soviéticos los que estaban preparando la invasión de Finlandia tal y como demuestran las acumulaciones de tropas en la frontera finesa. Finlandia no tenía ningún interés en empezar una guerra contra la URSS, una guerra que teóricamente era imposible que ganasen.
El ejército finlandés tenía un tamaño muy pequeño que basó su estrategia en la defensa de la línea Mannerheim (los soviéticos, a raíz de su torpe avance, tendieron a exagerar las dimensiones y capacidades de esta línea defensiva, cuando en realidad era bastante precaria en la mayor parte del territorio que ocupaba), que cubría el istmo de Karelia.
El soldado finlandés estaba muy acostumbrado a moverse por bosques, y ésta era la mejor forma de llevar a cabo emboscadas y acciones guerrilleras contra las lentas y torpes columnas soviéticas que avanzaban por los estrechos caminos sin apenas cobertura o reconocimiento previo.
Cabe añadir que Finlandia era consciente de su debilidad frente a la URSS: no podían ganar, lo único que podían hacer era limitarse a entorpecer los ataques soviéticos y causarle el mayor número de bajas para obligar a Stalin a entablar negociaciones.
Finlandia, desde el minuto uno, intentó recabar ayuda extranjera, entre la cual se encuadraron 8.000 voluntarios suecos, algo que el gobierno de este país no vio con muy buenos ojos, pues no quería verse implicado en el conflicto para evitar futuros problemas con la vecina URSS.
Es importante el hecho de que Finlandia es invadida siendo ésta una democracia, una importante baza a jugar en el tablero internacional, así como también las denuncias por parte de las autoridades finesas a los indiscriminados ataques aéreos soviéticos sobre ciudades que no tenían ningún valor militar.
Es tristemente famoso el ataque aéreo sobre Helsinki, durante los primeros días de la guerra, que se cobra la vida de 200 personas.
Al comienzo del conflicto. Stalin está convencido de que la cuestión finlandesa se resolverá en cuestión de semanas, pero las fuertes derrotas iniciales sufridas por los hombres del Ejército Rojo demuestran que la resistencia finlandesa será obstinada y que el conflicto se prolongará más de lo previsto.
El ataque soviético de finales de noviembre del 39 tuvo considerables repercusiones políticas. Finlandia consiguió reunir a su alrededor no sólo a los países democráticos, sino también a Italia y Alemania. En particular, las humillantes derrotas sufridas por el Ejército Rojo en los primeros meses de la guerra despertaron el interés y el asombro de Hitler.
De hecho, estos episodios dieron una imagen del Ejército Rojo como muy débil, poco preparado y mal entrenado. Para Alemania y la mayor parte del mundo occidental, esto significaba no verse obligado a conceder demasiado a la Unión Soviética.
La dureza de las condiciones de paz impuestas produjo en los finlandeses un deseo de venganza y un endurecimiento de los sentimientos anti rusos que, un año después, en plena Segunda Guerra Mundial, les llevaría a aliarse con el Tercer Reich en la guerra contra la Unión Soviética.



Soldado finlandés mira una ciudad en llamas, 1944

Generalmente se habla de la Operación Barbarossa (Barbarroja), sin mencionar la participación de Finlandia que fue vital para destruir la flota rusa del Báltico. Para reseñar los hechos es conveniente remontarse primero a la Guerra de Invierno, cuando la URSS atacó la frontera finlandesa, sin previa declaración de guerra. A las 6:50 horas del amanecer del 30 de Noviembre de 1939, la Unión Soviética invadió Finlandia en un conflicto que sería conocido como la Guerra Ruso-Finesa, o más popularmente como la Guerra de Invierno.
El 13 de marzo de 1940 terminó la Guerra de Invierno (30-09-1939) entre Finlandia y la Unión Soviética. La agresión rusa fue condenada por la Liga de las Naciones con la expulsión de la URSS, pero los países miembros le negaron todo tipo de ayuda a Finlandia, en especial Gran Bretaña y Suecia a quienes Finlandia les pidió ayuda en varias oportunidades. En América, el primer país que envió ayuda efectiva al gobierno de Helsinki fue Argentina, otros países se unieron, pero ya era demasiado tarde.
La Guerra de Continuación fue el conflicto que estalló entre Finlandia y la Unión Soviética dentro del contexto de la “Operación Barbarroja” durante la invasión de Alemania a Rusia, con la intención por parte del Gobierno de Helsinki de recuperar los territorios perdidos en la Guerra de Invierno. Así fue como el Ejército Finlandés al mando del mariscal Carl Emil Gustav Von Mannerheim, reunió a un total de 500.000.
Aunque la Guerra de Continuación se libró en un área periférica de la Segunda Guerra Mundial e implicando a cantidades relativamente pequeñas de tropas, su historia es interesante, y plantea dudas sobre la certeza moral de los Aliados.(declaración de guerra de el reino unido a Finlandia el 6 de diciembre de 194, por el pacto que mantenían con la Unión soviética)
A las 6:00 horas de la madrugada del 22 de Junio de 1941, el Ejército Finlandés inició la “Operación Kilpapurjehdus” con la invasión de más de medio millón de soldados a la Unión Soviética. La contundencia de la ofensiva fue tal (y el Ejército Rojo además se encontraba distraído en los frentes principales de Ucrania, Bielorrusia y los Países Bálticos contra el Ejército Alemán) que durante las primeras veinticuatro horas los finlandeses tomaron Ahvenanmaa y la Isla de Péstamo en el Océano Glacial Ártico.
Inmediatamente después, comenzó la reconquista de Carelia que los fineses retomaron el 26 de Junio; mientras que dos semanas más tarde, el 2 de Julio, el Ejército Finlandés llevó a cabo un ataque sobre la línea fortificada entre el Lago Ladoga y el Lago Onega que rebasó las posiciones del Ejército Rojo. Gracias a esta ruptura, el día 13 los finlandeses liberaron Laatokka e incluso el 26 de Julio rechazaron una incursión soviética sobre la Isla de Bengtskär en el Mar Báltico. Acto seguido, entre el 10 y 15 de Agosto, las tropas finesas desplegadas en el Lago Ladoga ocuparon Lahdenpoha y Sortevala, el 18 aniquilaron a un contingente ruso en la Batalla de Kairala y el 28 recuperaron el estratégico puerto de Viipuri. De hecho, el 29 de Agosto el Ejército Finlandés cruzó sus fronteras con Estonia y expulsó al Ejército Rojo de la capital de Tallin; al mismo tiempo en que un grupo finlandés acompañado del Batallón Voluntario Sueco tomaba la Base Naval de Hanko.
La situación de las fuerzas rusas en la Península de Hanko era desesperada. Como es de suponer, el avituallamiento es peor que en Leningrado. El Kremlin ordenó rescatar 28 mil efectivos con todo su equipo desde la Península de Hanko para trasladarlos a Leningrado, donde se necesitaban tropas con experiencia de manera urgente.
Los rusos logran rescatar 12 mil hombres de Hanko. En esa última operación desde Hanko fue hundido el Josif Stalin con 6000 hombres a bordo.Ya el invierno congela las aguas del Ladoga impidiendo que Leningrado sea abastecido por la Marina Roja.
Las acciones navales germano-finesas han destruido a la flota naval soviética del Báltico, gracias a lo cual Alemania puede estar libre de ataques navales por su puerta trasera. El control efectivo del Báltico permitiría, que años después, cientos de miles de alemanes salven la vida, al ser evacuados desde la Prusia Oriental hacia zonas más seguras, ante la indetenible ofensiva soviética.
El 6 de diciembre de 1941 día de la Independencia de Finlandia, Inglaterra le declara la guerra al país báltico (como ya comentamos) y un día después, ocurre el ataque japonés a Pearl Harbor con la entrada en guerra de los Estados Unidos, hecho que le daría un vuelco significativo a la guerra en el Frente del Este.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial en Septiembre 1945, el Ejército Finlandés había sufrido un total de 95.000 muertos sumando la Guerra de Invierno, la Guerra de Continuación y la Guerra de Laponia. No obstante y a pesar de esta elevada cifra, las bajas causadas al enemigo superaron en cinco e incluso en más a las propias, lo que sin duda convirtió a las fuerzas armadas de Finlandia en unas de las más mortíferas del siglo XX.




FUENTES:
https://www.facebook.com/photo/?fbid=316378233827677&set=a.131347705664065

Vientos de Guerra: Segunda Guerra Mundial

https://www.facebook.com/photo/?fbid=576206724530507&set=pb.100064235526662.-2207520000.

Historia de la Segunda Guerra Mundial






















Pedro Pablo Romero Soriano PS

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