T-34-85 Tanque medio soviético de la 55ª Brigada de Tanques de la Guardia, 7° Cuerpo de Tanques de la Guardia, 3° Ejército de Tanques de la Guardia, llevando tropas a través de un río en Polonia. Febrero de 1945
Pasó la Navidad y terminó el año 1944. Una extraña quietud en todo el frente presagiaba la tormenta. El 12 de enero de 1945 a la 01:30 a lo largo de todo el frente se desató la lluvia de fuego. El bombardeo ininterrumpido duró hasta las 7 de la mañana. Los 250 cañones por cada kilómetro de frente arrasaron las líneas de defensa alemanas, en especial en Baránov donde el 4º Ejército Panzer fue virtualmente destruido.
El día 13 de enero el Grupo de Ejércitos Cherniakovski desbordó las defensas del 2º Ejército alemán girando hacia el norte en dirección a Konigsberg y Samland. Más al sur el 2º Frente Bielorruso, al mando del General Rokossovski, cruzaba el río Narev con dirección a Elbing y Danzig, aislando toda la Prusia Oriental del resto del Reich.
El día 14 de enero, el Primer Frente Bielorruso al mando del General Zhukov avanza al norte y sur de Varsovia, cruzando el Vístula, con la intención de embolsar a la ciudad. En una semana, hasta el día 17 de enero, la ofensiva rusa arrolló todo lo que encontró a su paso.
Zhukov hizo rápidos progresos debido a que el Noveno ejército ya no era capaz de ofrecer una resistencia coherente. El XXXVI Cuerpo Panzer, que se ubicaba por detrás de Varsovia, fue empujado al sector del Vístula por el 2º Ejército soviético. Varsovia fue tomada el 17 de enero, la sede del Grupo de Ejércitos A de la ciudad debió ser abandonada; unidades del 2º y el 3º Ejércitos de guardias entraron en la ciudad; la ciudad estaba devastada causada por las fuerzas alemanas después de la Insurrección de Varsovia.
Hitler, por otra parte, estaba furioso por el abandono de la «Fortaleza» deteniendo al coronel Bogislaw von Bonin, jefe de la Subdivisión de Operaciones de OKH, y retiró, tanto a los comandantes del IX Ejército y del XXXVI Cuerpo Panzer, los generales Smilo Freiherr von Lüttwitz y Walter Fries.
El 2º Ejército de blindados de Guardias siguió adelante hasta el Oder, mientras que al sur del 8º Ejército de Guardias alcanzó Lódź el 18 de enero, y se adueñó de la ciudad el 19 de enero. El 1º Ejército de blindados de Guardias rodeó Poznań de 25 de enero y el 8º Ejército de guardias comenzó a abrirse paso en la ciudad al día siguiente, aunque hubo combates intensos y prolongados en Poznań, la ciudad finalmente se conquistaría.
Después de cercar Poznan, el 1º Ejército de blindados de Guardias avanzó profundamente en la región, en torno al río Obra contra la resistencia desigual de una variedad de unidades Volkssturm y las unidades de la Wehrmacht. No era una resistencia de preocupar, sin embargo, en los accesos a la fortaleza de Küstrin esta se volvió muy pesada.
Desde que se inició el ataque y durante el mes de enero, los desaciertos de Hitler continuaron uno detrás de otro. En vez de permitir repliegues ordenados como los sabían hacer los alemanes y que tan buenos resultados dieron en diferentes frentes, Hitler ordenó mantener las posiciones, trasladó al 6º Ejército Panzer de Francia al Frente del Este, nombró a Himmler (un policía, y no de carrera por cierto) comandante en jefe del Grupo de Ejércitos del Vístula. Para colmo de males ordenó crear un Grupo de Ejércitos con todas las fuerzas diezmadas disponibles, incluyendo personal de intendencia, civiles, policías, bomberos y cuanto hombre disponible pudiera empuñar un arma. Himmler y su Estado Mayor, no duraría mucho en el cargo, por la sencilla razón de que no tenían la más mínima idea de cómo manejar la situación. Redondeando la serie de desaciertos, Hitler destituyó al General Harpe en la Alta Silesia, por tomar decisiones con lógica militar, acordes con las limitaciones que su defensa tenía.
En la primera etapa de sus grandiosos planes los comandantes soviéticos tuvieron un desempeño brillante. En 23 días sus tropas vencieron más de 500 kilómetros, eliminando y destruyendo 60 divisiones alemanas.
En los plazos planificados llegaron hasta el Oder. Los que se aproximaron más a Berlín fueran las tropas del Primer Frente Bielorruso. La capital enemiga estaba a pocas decenas de kilómetros de ellos. Parecía que bastaba un salto de las unidades de tanques y se alcanzaría la tan anhelada Victoria... Sin embargo, la tenaz resistencia de las fuerzas alemanas en Silesia y Pomerania, así como la continua lucha en Prusia Oriental, significó que la ofensiva final hacia Berlín se vio retrasada por varios meses, momento en que la Wehrmacht había reconstruido una fuerza importante.
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