Schlacht im Hürtgenwald, Hürtgen, la batalla del bosque 'maldito'

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Esta foto estaba en la portada de la revista 'YANK', edición continental del 14 de enero de 1945, titulada "PRESENT ARMS" que presentaba al Pfc. Robert Leigh y su colección de armas enemigas tomadas por la 83ª División de Infantería durante la Batalla de Hürtgen. (MP. 38 y MP. 40's, un MG. 34 y un MG42)
El soldado de la portada:
Soldado de primera clase Robert E. Leigh, de Washington DC, nació el 15 de septiembre de 1919. Tuvo una educación primaria y su ocupación fue catalogada como "Plomeros, instaladores de gas y instaladores de vapor".
Robert Leigh (# 33044651) se alistó en el servicio el 22 de mayo de 1941 en Richmond, Virginia.
En el Teatro Europeo de la Operación (ETO), fue un fusilero, soldado de primera clase en la 83ª División de Infantería, 329º Regimiento de Infantería, 1.er Batallón de la Compañía B, donde fue asignado el 24 de julio de 1944, mientras que la Compañía estaba en las inmediaciones de Sainteny, Normandía, Francia.
La foto de portada de Yank fue tomada en Gurzenich (Düren), Alemania, probablemente justo después de que el 1er y 2º Batallón del 329º Regimiento de Infantería hubiese tomado Gurzenic durante la sangrienta Batalla del Bosque de Hürtgen.
Robert E. Leigh murió a los 76 años, el 26 de enero de 1996.
(Coloreado por Paul Reynolds)

Miembros de la 8ª División de Infantería del Ejército de los EE. UU. durante la Batalla del Bosque de Hürtgen, que tuvo lugar en Alemania en una zona densamente boscosa al este de la frontera belga-alemana. En primer plano, el operador de una ametralladora pesada estadounidense Browning M1917 de 7,62 mm refrigerado por agua. Alemania, bosque de Hürtgen, en algún momento entre el 19 de septiembre de 1944 y el 10 de febrero de 1945.
En menos de tres meses, seis divisiones de infantería del Ejército de los EE. UU. serían arrojadas al Bosque de Hürtgen, además de una brigada blindada, un batallón de guardabosques y varias otras unidades. La escasa comprensión de los comandantes aliados de la importancia de asegurar las presas, para que se pudiera saltar el Roer, alcanzar el Rin y capturar el Ruhr, volvería para perseguirlos.
El Urft finalmente cayó a principios de febrero, pero solo porque los defensores alemanes se habían reunido en torno a la presa de Schwammenauel. Durante casi una semana, la 78° División, reforzada por un regimiento de la 82° División Aerotransportada y, finalmente, la veterana 9° División, había retenido terreno ganado y que luego perdería en las batallas de finales del otoño: cuando los estadounidenses presionaron para cruzar el Roer, los alemanes, que para entonces habían tenido mucho tiempo para prepararse para esta exigencia, abrieron las válvulas del Schwammenauel, lo que, junto con el deshielo y la lluvia, hizo que el Roer fuera imposible de cruzar. Quince divisiones estadounidenses que de otro modo estarían preparadas para conducir sobre Berlín quedaron varadas en el lado oeste del río durante otras dos semanas.
En total, 120.000 soldados sufrieron 33.000 bajas en lo que el historiador Carlo D’Este llamaría "la serie de batallas más ineptamente librada de la guerra en Occidente". Un documento alemán capturado informaba que “en combate en áreas boscosas, el estadounidense se mostró completamente incapacitado”, un juicio severo que tenía una pizca de legitimidad con respecto a la generalidad estadounidense.
Mientras el ataque en Hürtgen continuaba a finales de noviembre, el propio Hodges mostró la tensión. "Continuó hablando de cómo podríamos perder la guerra", dijo el general de división Pete Quesada, comandante del IX Comando Aéreo Táctico, después de una conferencia infeliz.
Un soldado-poeta compuso un verso que terminaba así: "Pensamos que los bosques eran sabios, pero nunca implicados, nunca involucrados". Sin embargo, en Hürtgen sin duda el terreno y la flora eran cómplices, la tierra siempre estaba implicada. Un zapador observó que el bosque "representaba no tanto un área como una forma de luchar y morir". Una brutalidad brutal se apoderó de las filas aliadas, cada vez más común en toda Europa. Los cazabombarderos incineraron pueblos recalcitrantes con napalm, y una aldea de patatas tras otra fue destruida por la artillería. Entre los enviados a la retaguardia para un examen psiquiátrico había dos recolectores de terror, uno con un alijo de orejas cortadas de alemanes muertos y otro con una bolsa de dientes de recuerdo. Durante el largo invierno, los cánidos salvajes del bosque se alimentaban de cadáveres quemados por el fósforo blanco. "Este era mi valle de las sombras personal", escribió un médico. “Me fui con un alivio increíble y con una tristeza que nunca antes había conocido”

La contienda, que costó 30.000 bajas, fue la más larga en la que ha participado el Ejército estadounidense
La lucha se desarrolló entre barro y frío. Los alemanes, beneficiados por defenderse en una arboleda, lograron resistir el avance de un inmenso contingente aliado durante seis meses.
Supuso un auténtico descalabro para los hombres de las «stars and stripes» y una vergüenza para el Teniente General Courtney Hodges, a cargo de la operación. Casi una humillación. Y es que, el oficial norteamericano se empeñó en usar a todos los combatientes que fuesen necesarios para expulsar de sus posiciones a los germanos. Eso, a pesar de que los árboles favorecían a los defensores y de que, en principio, la región carecía de importancia militar para el avance aliado.
Aunque Hodges logró conquistar finalmente el bosque de Hürtgen, lo hizo a costa de miles de vidas. Y es que, en la batalla (la más larga del Ejército norteamericano en toda su historia), los estadounidenses se enfrentaron no solo a las balas alemanass, sino también a la meteorología y a la ingente cantidad de trampas que los alemanes habían ubicado en el territorio. Y todo ello, acompañado de los continuos bombardeos lanzados por unos enemigos que -a pesar de su inexperiencia- habían recibido la orden de Hitler de contener a los Aliados.
En principio, al mandamás americano no le pareció difícil superar aquel obstáculo. Al fin y al cabo, la única resistencia germana a tener en cuenta le podía llegar de un lugar que creía fácil de conquistar: el bosque de Hürtgen.
Al ser esta región la única desde la cual podían recibir un ataque, Courtney estableció que lo mejor sería ubicar su cuartel general en las proximidades y entrar por las bravas en la zona.
«En el avance hacia el Rin, en el otoño de 1944, el bosque de Hürtgen representaba una amenaza para el flanco derecho, aunque en verdad esa amenaza era sólo sobre el mapa. Los alemanes no podían lanzar un ataque de entidad desde allí, pero los Aliados estimaron que no había que correr ese riesgo. Además, en el bosque había varias presas del río Rur -no confundir con el Ruhr, el de la conocida cuenca- que los alemanes podían desembalsar en cualquier momento cuando los norteamericanos avanzaron sobre ese río»
La ofensiva iniciada el 16 de noviembre fue la definitiva, pero también la más extensa. Y es que, los americanos se vieron detenidos (de nuevo) por la artillería alemana, el punzante frío que hacía en aquel bosque, y las penosas condiciones de combate (entre ellas, el molesto barro y las continuas lluvias -expertas en oxidar las armas-). Esto provocó multitud de bajas entre los hombres, los cuales sufrieron desde hipotermia, hasta congelación. Además, entre los combatientes empezó a generalizarse la «fatiga de combate» o agotamiento mental. A pesar de que la meteorología y la artillería destrozaron a los soldados americanos, estos no dejaron de avanzar. De nada sirvió que los alemanes enviasen regimiento tras regimiento al bosque, pues -a partir del 23 de noviembre- los aliados conquistaron Kleinhau y Grosshau.
Finalmente la 8ª División capturó la localidad de Hürtgen.

Todos conocemos famosas batallas de la Segunda Guerra Mundial glorificadas por los libros de historia: Iwo Jima, Stalingrado, Normandía, etc. Pero no todas las batallas son iguales. Algunas quedan enterradas y solo están en la mente de los que participaron en ellas. Esta es una de esas batallas.
La batalla del Bosque de Hürtgen (en alemán, Schlacht im Hürtgenwald) es el nombre de una de las batallas más feroces libradas entre las tropas estadounidenses y las fuerzas alemanas Wehrmacht durante la Segunda Guerra Mundial en el Bosque de Hürtgen, y que se convertiría en la más larga disputada por el Ejército de los Estados Unidos no solo durante la guerra, sino en toda su historia. Se disputó entre el 14 de septiembre de 1944, y el 10 de febrero de 1945, sobre un pequeño territorio de apenas 129 km², al este de la frontera belga-alemana.
La pretensión inicial de los comandantes estadounidenses era inmovilizar a las fuerzas alemanas en la zona para impedir que reforzaran las líneas del frente más al norte en Aquisgrán, donde los aliados estaban combatiendo en una guerra de trincheras en medio de una red de ciudades y pueblos fortificados conectados con fortificaciones de campo, trampas para tanques y campos minados. Un objetivo secundario podría haber sido rebasar por el flanco la línea del frente.
Los objetivos iniciales de los estadounidenses eran tomar Schmidt y limpiar Monschau. En una segunda fase los Aliados querían avanzar hasta el Ruhr como parte de la Operación Queen. El mariscal Walter Model pretendía que el empuje aliado llegara a un punto muerto. Aunque intervino menos en los movimientos de unidades diarios que en Arnhem, aun así se mantuvo plenamente informado sobre la situación, ralentizando el progreso aliado, infligiendo grandes bajas y aprovechándose plenamente las fortificaciones que los alemanes llamaban el Westwall, más conocida por los aliados como la línea Sigfrido.
El bosque de Hürtgen costó al Primer Ejército de los Estados Unidos al menos 33.000 muertos e incapacitados, incluyendo pérdidas tanto de combatientes como de no combatientes; las bajas alemanas fueron 28.000. Al final Aquisgrán cayó el 22 de octubre, de nuevo con un alto coste para el Noveno ejército. El empuje del 9.º Ejército hacia el Ruhr no lo hizo mejor, y no logró cruzar el río o arrancar el control de sus presas a los alemanes. Posteriormente (del 14 al 26 de enero de 1945), el triángulo del Río Ruhr fue limpiado durante la operación Blackcock.
Tras la guerra la batalla de Hürtgen fue enterrada en el olvido; era una vergüenza para los aliados y una demostración de incapacidad bélica. Oficialmente se intentaron equilibrar las bajas para hacer menos llamativa la derrota: 33.000 aliados y 28.000 alemanes. No obstante, cerca de 50.000 estadounidenses perdieron la vida en esta batalla, y 15.000 alemanes jamás volvieron a sus casas.
A pesar de todo, esta poco conocida batalla, provocó casi el mismo número de bajas a Estados Unidos que muertos durante toda la Guerra del Vietnam (1965-1972), con la diferencia de que aquella lucha sólo duró dos meses y la del Vietnam siete años.



La estrategia de los mandos de los EE.UU. era la de evitar que las fuerzas alemanas reforzaran las líneas del frente más al norte, entre Aquisgrán y el Ruhr. La primera unidad que entra en el Bosque de Hürtgen es la 1ª División de Infantería al mando del Teniente Coronel William Lovelady, la famosa Uno Rojo. Al día siguiente, se encuentran la Línea Sigfrido al norte de Roetgen y un día después con la 9ª División, que cubre el flanco derecho de Lovelady, penetran en el centro del Bosque de Hürtgen enfrentándose al 74º Cuerpo alemán, que los desaloja y ocupa el pueblo de Schevenhütte.









US troops march through Hurtgen Forest, Germany, 1944


La División de las dos cabezas de caballo


La 272ª Volksgrenadierdivision se formó a partir de los restos de la 272ª División de Infantería de reserva, tras haber sido casi aniquilada en la Bolsa de Falaise al final de la batalla por Normandía. Absorbieron a la 575ª Volksgrenadierdivision y se nombró a un nuevo comandante, el coronel Georg Kosmalla, veterano del Frente del Este
En noviembre de 1944 la división entró en combate en la batalla por el bosque de Hürtgen, que duró hasta que la Ofensiva de las Ardenas obligó a los americanos a cesar sus ataques en la zona.
Durante la batalla de las Ardenas la 272ª Volksgrenadierdivision sólo jugó un papel secundario manteniendo sus posiciones en el bosque de Hürtgen, trabándose únicamente en combates defensivos contra la 78ª División de Infantería americana en Kesternich. Durante estos combates el coronel Kosmalla fue herido de gravedad y el general Eugen König de la 12ª Volksgrenadierdivision asumió el mando.

Tras las Ardenas la división se vio obligada a retirarse hacia el este frente al avance aliado hacia Alemania. En febrero de 1945 se habían atrincherado al otro lado del río Rin. Al igual que para muchas otras unidades alemanas, la guerra terminó para ellos con su rendición en la Bolsa del Ruhr.





La Batalla del Bosque de Hürtgen fue una de las más feroces batallas libradas entre los EE.UU y las fuerzas alemanas, y que se convertiría en la batalla más larga librada solo por el Ejército de los EE.UU. en su historia. La batalla se llevó a cabo entre el 14 de septiembre 1944, y 10 de febrero de 1945, en pequeño territorio de apenas 129 km2 al este de la frontera entre Bélgica y Alemania.

Un memorial en Vossenack dedicado a la batalla por el bosque de Hürtgen



Monumento dedicado a Friedrich Lengfeld. Nadie tiene mayor amor que el que su vida da por su enemigo.

“Hechos no palabras”.

Aquí en Huertgen Bosque el 12 de noviembre de 1944,
el teniente Lengfeld, un oficial alemán, dió su vida
al intentar salvar la vida de un soldado americano
que yacía gravemente herido en el campo de minas “Wilde Sau” pidiendo ayuda médica


Esta foto fue portada de la revista Yank en la edición del 14 de enero de 1945 se contó para ella con la inestimable colaboración del Private First Class Robert E. Leigh de la 83ª División de Infantería de los EE.UU. de Norteamérica durante la batalla del bosque de Hürtgen

Placa conmemorativa de la batalla del bosque de Hürtgen. La batalla del Bosque de Hürtgen (en alemán: Schlacht im Hürtgenwald) es el nombre de una de las batallas más feroces libradas entre las tropas estadounidenses y las fuerzas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial en el Bosque de Hürtgen, y que se convertiría en la más larga disputada por el Ejército de los Estados Unidos no solo durante la guerra, sino en toda su historia. Se disputó entre el 14 de septiembre de 1944, y el 10 de febrero de 1945, sobre un pequeño territorio de apenas 129 km², al este de la frontera belga-alemana


El Leutnant Friedrich Lengfeld, era un oficial alemán de la Wehrmacht, que murió en noviembre de 1944 durante la Batalla del Bosque Hürtgen (“Hürtgenwald”) tratando de salvar la vida de un soldado estadounidense. Fue el Kompanieführer de 2. Kompanie / Divisiones-Füsilier-Bataillon 275

Friedrich Lengfeld está enterrado en Kriegsgräberstätte Düren-Rolsdorf, lápidas no. 38, sin embargo su monumento (erigido por el ex soldado de los EEUU) se coloca en Kriegsgräbertätte (alemán cementerio militar) Hürtgenwald. Lengfeld su Erkennungsmarke era – 1406 – 1. Geb.Jäg.Ers.Btl. 98


Un mortero pesado alemán de infantería disparando en defensa de un ataque estadounidense el 22 de noviembre de 1944 en el bosque de Hürtgen



Los objetivos iniciales de los estadounidenses eran tomar Schmidt y limpiar Monschau. En una segunda fase los Aliados querían avanzar hasta el Rur como parte de la Operación Queen. El mariscal Walter Model pretendía que el empuje aliado llegara a un punto muerto. Aunque intervino menos en los movimientos de unidades diarios que en Arnhem, aun así se mantuvo plenamente informado sobre la situación, ralentizando el progreso aliado, infligiendo grandes bajas y aprovechándose plenamente las fortificaciones que los alemanes llamaban el Westwall, más conocida por los aliados como la línea Sigfrido.



El bosque de Hürtgen costó al Primer Ejército de los Estados Unidos al menos 33.000 muertos e incapacitados, incluyendo pérdidas tanto de combatientes como de no combatientes; las bajas alemanas fueron 28.000. Al final Aquisgrán cayó el 22 de octubre, de nuevo con un alto coste para el Noveno ejército. El empuje del 9.º Ejército hacia el Rur no lo hizo mejor, y no logró cruzar el río o arrancar el control de sus presas a los alemanes. Posteriormente (del 14 al 26 de enero de 1945), el triángulo del Río Rur fue limpiado durante la operación Blackcock.



Los alemanes defendieron ferozmente el área por dos razones: servía como una zona de preparación de la ofensiva de las Ardenas (lo que se convertiría en la batalla de las Ardenas) que estaba entonces preparándose, y el acceso a la presa de Schwammenauel en la cabecera del lago Rur (Rurstausee) que, si se abriera, fluiría hacia las zonas llanas corriente abajo e impediría el cruce del río. Los Aliados sólo reconocieron esto después de varios contratiempos serios, y los alemanes fueron capaces de conservar la región hasta que lanzaron su última y desesperada ofensiva en el Frente Occidental hacia las Ardenas.


Hürtgen fue tan costoso que se ha considerado una “derrota aliada de primera magnitud”, reconociéndole un crédito específico a Model



La pretensión inicial de los comandantes estadounidenses era inmovilizar a las fuerzas alemanas en la zona para impedir que reforzaran las líneas del frente más al norte en Aquisgrán, donde los aliados estaban combatiendo en una guerra de trincheras en medio de una red de ciudades y pueblos fortificados conectados con fortificaciones de campo, trampas para tanques y campos minados. Un objetivo secundario podría haber sido rebasar por el flanco la línea del frente. Hürtgen fue tan costoso que se ha considerado una “derrota aliada de primera magnitud”, reconociéndole un crédito específico a Model.

Un par de soldados del 311° Infantry Regiment de la 78ª División “Lightning” del US Army caminan por las calles de Kesternich, Alemania, poco después de lograr la victoria en la 2da. batalla ocurrida en esta localidad alemana muy cercana a la frontera con Bélgica. Atrás de ellos, un par de Jagdpanzer Hetzer puestos fuera de combate, que sirvieron de apoyo a los defensores, soldados pertenecientes a la 272ª Volksgrenadier Division y la 326ª Volksgrenadier Division

 Y así se ve el lugar a día de hoy, en Kesternich











FUENTES y  Bibliografía:
Wilson, George, If you survive. Nueva York, Ballantine Books, 1987; la versión en tapa blanda (bolsillo) de 1988 lleva como ISBN 978-0-8041-0003-8. Relato de un testigo visual de la 4.ª División de Infantería.
Whiting, Charles, The Battle of Hurtgen Forest. Orion Books, Nueva York, 1989.
Miller, Edward, A Dark and Bloody Ground: The Hürtgen Forest and the Roer River Dams, 1944 – 1945. College Station, TX: Texas A & M University Press, 1995.
Nash, Douglas, Victory was Beyond Their Grasp: with the 272nd Volks-Grenadier Division from the Hürtgen Forest to the Heart of the Reich. Bedford: The Aberjona Press, 2008.
Astor, Gerald. The Bloody Forest: Battle for Huertgen September 1944—January 1945. Presidio Press, 2000.
Un artículo por el hijo de un soldado estadounidense que murió en la batalla del bosque de Hürtgen: “His Dad, The WWII Soldier, Is Resting in Flanders Fields”. Mobile Register. 16 de octubre de 2004: A19.
Rush, Robert Sterling, Hell in Hürtgen Forest: The Ordeal and Triumph of an American Infantry Regiment. University Press of Kansas, Lawrence, KS (2001) [2]
MacDonald, Charles B., The Siegfried Line campaign. Center of Military History, United States Army, 1984.
MacDonald, Charles B., y Sidney T. Mathews, Three battles: Arneville, Altuzzo, and Schmidt. Center of Military History, United States Army, 1993.
We owe our freedom to GIs who fought by Peter Thomas, veterano de las batallas del bosque de Hürtgen y las Ardenas.
Regan, G. More Military Blunders. Carlton Books, 1993.
Zaloga, Steven J. (2007). Siegfried Line 1944-45: Battles on the German frontier. Osprey Publishing Ltd. ISBN 1-84603-121-4.
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=200563415409160&set=pb.100063665072371.-2207520000..&type=3
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Pedro Pablo Romero Soriano PS

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