Batalla de Budapest: Operación Konrad III

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Soldados del Ejército Rojo en marcha con cañones divisionales ZiS-3 de 76 mm tirados por caballos. Presumiblemente, la foto fue tomada durante la operación Balaton en Hungría, en Marzo de 1945



El 18 de enero de 1945, el IV Cuerpo Panzer de las Waffen SS, cuyo traslado a la región entre el lago Balaton y Székesfehérvár se había completado en el más absoluto secreto el día anterior, fue lanzado a la batalla, poniendo en marcha la tercera fase de la Operación Konrad. Tanques con visores infrarrojos para operaciones nocturnas (Panther) se utilizaron por primera vez. Según los autores soviéticos, “la sección de reconocimiento del Estado Mayor del 4° Ejército de la Guardia no tenía la situación bajo control”. La ofensiva alemana había tomado por sorpresa a sus generales. Los tanques de Herbert Otto Gille (comandante del IV Cuerpo Panzer SS) aplastaron el contraataque del VII Cuerpo Mecanizado soviético, separando el CXXXIII Cuerpo de Fusileros y el XVIII Cuerpo de Tanques desde sus líneas de retaguardia. Solo la falta de infantería alemana permitió a las unidades soviéticas rodeadas salir del cerco germano.
El 19 de enero los tanques alemanes alcanzaron el Danubio en Dunapentele, destrozando el frente transdanubiano soviético. En el cruce del Danubio, en condiciones caóticas, los soviéticos movieron más de 40.000 soldados y grandes cantidades de equipo a la orilla este dentro de unos pocos días, aunque eran constantemente bombardeados por la Luftwaffe. El 22 de enero, los soviéticos perdieron Székesfehérvár tras intensos combates callejeros. El primero en entrar en la ciudad fue el Kampfgruppe Ney (al mando de Károly Ney), que había alcanzado la fuerza de una división, aunque una cuarta parte de sus miembros era muertos, heridos o desaparecidos. El 24 de enero, la División Totenkopf capturó la sección sur de Baracska, a 30 kilómetros de Budapest. Las tropas de Tolbujin desarrollaron una firme defensa a lo largo del río Váli-viz, cuyas orillas heladas los tanques alemanes solo podían escalar con gran dificultad, aunque para el 26 de enero la ofensiva alemana había llegado a un punto a unos 25 kilómetros del anillo alrededor de la capital.
Hacia el final de la guerra, Stalin ya no estaba dispuesto a correr grandes riesgos. Antes, sus órdenes inflexibles de perseverar habían enviado a millones al cautiverio o a la muerte, pero ahora contemplaba evacuar el sur de Transdanubia y le dio a Tolbujin las manos libres, a pesar de que el equipo y los suministros de dos ejércitos habrían tenido que quedar atrás. El 21 de enero, el nervioso comando soviético había volado sus propios puentes de pontones cerca de Dunapentele y Dunaföldvár, deteniendo los suministros a las unidades que aún estaban en acción. Tolbujin eligió ahora una opción más valiente: decidió mantener la cabeza de puente porque creía que sería inútil renunciar a los territorios ocupados con la esperanza de un segundo cruce tranquilo del Danubio. El 27 de enero, habiéndose hecho cargo del CIV Cuerpo de Fusileros y el XXIII Cuerpo de Tanques, que habían sido concentrados cerca del sur de Buda para evitar la fuga alemana, y el XXX Cuerpo de Fusileros, que había sido enviado al sur de Transdanubia como refuerzo, comenzó un contraataque.
Las puntas de lanza alemanas que habían llegado al Danubio ahora podían ser neutralizadas en cualquier momento por las divisiones soviéticas desde el lago Velence en el norte y Simontornya en el sur. Reconociendo esta ventaja, Tolbujin atacó desde ambas direcciones. Aunque los alemanes destruyeron 122 tanques soviéticos el primer día, tuvieron que abandonar muchos de los territorios ocupados, con la notable excepción de Székesfehérvár. Cerca del pueblo de Vereb, solo los restos de 70 tanques y 35 cañones de asalto dieron testimonio del sangriento combate. Eventualmente, las fuerzas soviéticas que contraatacaban implacablemente invadieron el norte de Székesfehérvár, y a principios de febrero los alemanes se vieron obligados a renunciar a la mayor parte de sus conquistas territoriales.
El 28 de enero, Hitler decidió enviar sus últimas reservas: el 6º Ejército Panzer, en proceso de reabastecimiento después de tomar parte en la Ofensiva de las Ardenas, hacia Hungría para realizar un último esfuerzo de socorro, cuyo nombre en código sería Frühlingserwachen (Despertar de Primavera). Sin embargo, a pesar del rimbombante nombre, no habría más primaveras para las operaciones alemanas en el Frente Oriental.


FUENTE:

https://www.facebook.com/historiasgm/photos/a.105107930962361/499470651526085/

Historia de la Segunda Guerra Mundial

“Battle for Budapest - One Hundred Days in World War II” de Krisztián Ungváry (2003)


 












Pedro Pablo Romero Soriano PS

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