El "Acantilado del Suicidio"

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La imagen muestra lo que el miedo y la propaganda pueden provocar

Civiles japoneses saltando a la muerte desde acantilados en Saipán. Alrededor de 1.000 civiles se suicidaron de esta manera, saltando desde el "Acantilado del Suicidio" o "Acantilado Banzai" después de que la propaganda les hiciera temer la ocupación bajo los americanos.
Cuando Estados Unidos invadió la Isla de Saipán el 16 de Junio de 1944, se inició la primera campaña de «suicidios forzosos» dentro del Imperio Japonés, en este caso en las Islas Marianas.
El empleo de estos métodos tan inhumanos tuvo su origen en la difusión de falsas advertencias acerca de las tropas del Ejército Estadounidense torturarían a los civiles y violarían a las mujeres, además de la deshonra personal que supondría para los «no combatientes» el que los soldados lanzasen cargas «banzai» contra el enemigo mientras sus familias se rendían, algo que no entraba dentro del ética del Código Bushidô.
Así pues y para evitar la vergüenza como pueblo, los militares organizaron partidas armadas que recorrieron todas las aldeas del territorio insular para incitar al suicidio y persuadir a todos aquellos que tuviesen dudas, a veces violentamente y bajo amenaza de oficiales, por lo que familias enteras terminaron por quitarse la vida.

La batalla de Saipán tuvo lugar entre el 15 de junio y el 9 de julio de 1944, en la mayor de las Islas Marianas, las más septentrionales de la Micronesia en el Océano Pacífico.
Fue un completo desastre para Japón, que vio como los Estados Unidos desembarcaron e iniciaron un avance arrollador, utilizando lanzallamas apoyados por artillería y ametralladoras para despejar los escondites, cuevas y cavernas, desde las que los japoneses lanzaban sus fallidos contraataques nocturnos.
La derrota y pérdida de su aviación naval y de tres de sus portaaviones en la batalla del Mar de Filipinas, que se inició apenas cuatro días después del desembarco aliado de Saipán, dejó a Japón sin opciones de enviar refuerzos y suministros a la isla, condenando a los defensores al desastre.
La propaganda japonesa, además, llevaba mucho tiempo advirtiendo a la población de la brutalidad y el barbarismo de los soldados estadounidenses. Por ello no es extraño que los civiles japoneses de Saipán pensaran que los demonios americanos violarían y devorarían a las mujeres y niños entre otras lindezas, una vez se hicieran con el control de la isla.
De ese modo, una vez que lo vieron todo perdido, entre el 8 y el 12 de julio miles de soldados y civiles japoneses se encaminaron a los acantilados y saltaron al vacío para poner fin a sus vidas.
Al final, de los casi 30.000 muertos japoneses durante la batalla y toma de Saipán, se cree que casi 9.000 lo fueron por suicidio en dos puntos, conocidos como Laderan Banadero y Banzai Cliff, ambos en el extremo norte de la isla, donde los japoneses habían sido empujados ante el avance norteamericano.


FUENTES:
https://www.facebook.com/photo?fbid=324789909653176&set=a.131347705664065

Vientos de Guerra: Segunda Guerra Mundial

Colorización y Fuentes:
https://www.facebook.com/ww2colouringtheeasternfront/photos
https://www.eurasia1945.com/acontecimientos/crimenes/
https://www.labrujulaverde.com/2021/01/los-acantilados






















Pedro Pablo Romero Soriano PS

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