La caída del aeródromo de Stalingradsky

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Mapa del área donde se ubicaba el aeródromo

Michael Deiml

Representación artística del último avión en despegar de Stalingrado

Los prisioneros

Después de la caída de Gumrak, también caía Stalingradsky: el fin del 6° Ejército está cerca.
Sin aeródromos con el cuál la Luftwaffe pudiese suministrar a las tropas del 6° Ejército, la esperanza de escapar o de seguir aguantando quedaban totalmente aniquiladas.
Ahora los aviones alemanes lanzarían "bombas de suministros", en las bolsas donde estaban combatiendo sus camaradas. Lamentablemente, para los soldados de Paulus, esas bombas no contenían lo esencial para la supervivencia, y además, muchas de estas caían en territorio dominado por los soviéticos.
El aeródromo de Stalingradsky, era pequeño, se ubicaba al oeste de Stalingrado, cerca de Mamayev Kurgan, y era usado por la escuela de vuelo de dicha ciudad.
No fue tan usado por los alemanes después de haber conquistado el sector, durante su ofensiva de septiembre-octubre de 1942. Con la caída de Tatsinskaya y Pitomnik, durante las operaciones Urano y Koltso; los alemanes se vieron obligados a usar cualquier aeródromo disponible.
Las memorias de Michael Deiml, piloto de un Heinkel 111, nos revela un poco lo que fue la odisea de la Luftwaffe por contener a los soviéticos, aprovisionar a sus camaradas y de la pérdida de Stalingradsky.
"Después de perder Pitomnik, en el período del 17/01 al 21/01 1943, realizamos 10 salidas, día y noche, lanzamos "bombas de comida", atacamos a las tropas rusas, almacenes, posiciones de artillería, incluso en las cercanías de nuestro aeródromo en Novocherkassk y al este de Rostov en el Don. El aeródromo de Gumrak (a unos 10 km al oeste de Stalingrado) lo perdimos en la noche del 22/01/1943. Ahora solo había un aeródromo: "Stalingradsky", donde todavía era posible aterrizar. Fue construido aún más cerca de las afueras de la ciudad.[...]
Haciendo todo eso (descargando suministros), aquel 23 de enero, pasamos una hora y media en el aeropuerto; a las 10:45 pudimos volar de regreso. Mientras estuvimos allí, no vimos ningún otro avión alemán. Si algún avión alemán aterrizó después de nosotros, y si es así, cuántos, no lo sé. Una cosa es segura, el mismo día, 23 de enero de 1943, perdimos el "Stalingradsky" y de él voló el último avión alemán que salió de Stalingrado".
Como pueden ver, aquella jornada fue desastrosa para los alemanes. En cuestión de horas perdieron dos aeródromos. Y siendo realistas, lo que menos pensaban los asediados teutones era que no podrían aprovisionarlos, tenían en mente la certeza de que ya nadie podría salir del caldero.
Como bien relata Deiml, la tarea de la Luftwaffe fue titánica. Ningún soldado del 6° Ejército le reprochó algo a sus camaradas pilotos.
Esta jornada negra, terminó de hundir la endeble moral teutona. Más allá de que sabían que nadie escaparía, también comprendían que sus familiares no sabrían más de ellos: en los aviones además de oficiales y heridos, iban cartas. Para desgracia de los ya condenados alemanes, Goebbels confiscó muchísimas de estas "para un estudio de la moral"... miles fueron quemadas y muchas familias ni supieron lo que pasaba con sus hijos, hermanos o conocidos.
En síntesis, aquel 23 de enero, de Stalingradsky, partió el último avión alemán y ningún avión aterrizaría en Stalingrado, y ningún soldado sería evacuado. Ya nadie podría escapar de las fauces del oso ruso.


FUENTE: https://www.facebook.com/GeneralInviernoww2/photos/a.103202941918233/266570158914843/

General Invierno




















Pedro Pablo Romero Soriano PS

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