Relatos de Otto Rühle, médico alemán en Stalingrado

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El biplano U-2 era un avión obsoleto para 1942; pero los soviéticos aún los seguían usando y sacando su máximo provecho; como el famoso escuadrón apodado "las brujas de la noche". Pero más allá de esto, los alemanes no le daban mucha importancia a "la máquina de coser", apodo alemán a dicho avión.. pero ya estamos en "Der kessel" en diciembre de 1942, y en "Der Kessel" la muerte llega de maneras insólitas.
Mientras las tropas alemanas se refugiaban en la ciudad, algo que molestaba y era inentendible para las tropas alemanas (aunque este pensamiento se expresaba en vos bajas o en cartas que después fueron confiscadas para estudiar la moral de la tropa según Himmler), los soviéticos hostigaban a las tropas cercadas... día y noche.. artillería y aviones.
Otto Rühle, era un Sanitäter, atrapado en Stalingrado (les recomiendo leer su libro Genesung in Jelabuga, del cual he sacado su testimonio y verán más en los próximos post); y era uno de aquellos que se replanteaba si quedarse ahí era buena idea, más viendo que a medida que las horas pasaban, las posibilidades se consumían.
Y vio en persona los padecimientos de sus camaradas y de cómo morían de forma "grotesca u originales".. según como se vea.
Estaba llegando la Navidad y los alemanes, incluidos Otto, creían tener la fuerzas para romper el cerco.. pero sus comandantes ya habían decidido.. la Navidad la pasarían en Stalingrado.
"Después de hablar con el Coronel, el comandante de nuestro regimiento médico tomó algunas medidas. Se cavaron refugios para vehículos, se reforzaron losas de dugout. Y sin embargo, la gente murió de todos modos, no importa qué se hiciera. A veces, muy originalmente, como lo hizo, por ejemplo, un oficial y cinco soldados.
Construyeron un refugio, realmente pusieron sus corazones en ello; incluso trajeron rieles para el techo, troncos y tablas. Y sucedió que este mismo refugio iba a ser bombardeado. Y no por una bomba pesada de aviación, sino por una pequeña bomba de metralla, que el piloto soviético dejó caer a mano desde un lento biplano U-2. Esta pequeña bomba golpeó el refugio. No lo golpeó directamente, cayó al lado.
Pero la pared enmarcada en troncos se derrumbó y enterró vivos a los "constructores" dormidos. Los soldados de la columna de evacuación cavaron el dugout derrumbado con tal determinación, como si sus propias vidas estuvieran en juego. Aún así, solo uno de los seis fue salvado. El resto se sofocó. En shock, escuchamos la historia del sobreviviente. Resulta que escuchó el sonido de las palas, escuchó todo lo que decían los soldados, pero el miedo lo paralizó tanto que ni siquiera pudo decir una palabra."
Esa vivencia, Otto no se la olvidó jamás... hasta esa fecha nadie quería morir... pero pronto eso cambiaría. Ante tal abandono y sufrimiento algunos deseaban estar muerto... otros esperaban que alguien muriera para tener un poco más de alimento... sea la ración que sobraba o el propio camarada muerto.



FUENTE: https://www.facebook.com/GeneralInviernoww2/photos/a.103202941918233/254700983435094/

General Invierno























 








Pedro Pablo Romero Soriano PS

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