Ultimátum de Rokossovsky a Paulus

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Tropas soviéticas comienzan el asalto hacia una posición alemana en inmediaciones de Stalingrado. El cerco empieza a cerrarse

Situándonos en un 9 de enero de 1943, en la gélida ciudad de Stalingrado, estamos ante un evento que a priori, pudo haber evitado un inútil derramamiento de sangre por casi un mes más.
Aquel 9 de enero, Rokossovsky envió unos emisarios a las líneas alemanas para entregarles un ultimátum: la situación alemana era paupérrima, ya no había sentido luchar y, esta campaña había costado muchas vidas para ambos contendientes.
Aquellos "emisarios de paz", partieron bajo la protección de una bandera blanca. Casi al unísono, aviones soviéticos bombardearon las posiciones alemanas con panfletos que les avisa del inminente cese de hostilidades. La noticia se esparció como pólvora por las posiciones alemanas, que leían las ofertas de paz que ofrecían los soviéticos.
Los rusos prometieron que todos los que se rindieran serían alimentados y recibirían atención médica, y que sus vidas y seguridad estarían garantizadas.
El folleto también prometía que "conservarían sus uniformes, insignias de rango y decoraciones, sus pertenencias personales y objetos de valor. Los oficiales superiores pueden retener sus espadas y bayonetas".
Rokossovsky, ansioso por liberar a sus fuerzas atadas alrededor de la ciudad, no dejó dudas sobre sus intenciones si la oferta fuera rechazada: el Ejército Rojo se embarcaría en la aniquilación de las tropas alemanas rodeadas.
Aquel ultimátum delata, lo bien informado que estaba el Ejército Rojo, de la situación de su contrincante. Imaginen la cara de los alemanes al leer al detalle, la situación en que vivían y, que se les estaba dando una oportunidad de acabar con este infierno, a sabiendas que una lucha era, a esta altura, innecesaria. Lo que no entendían aquellos soldados, que ahora, Alemania debía pensar en su supervivencia y, mantener a los rusos lejos de sus fronteras (por más que sea el año 1943) y para eso se debían hacer algunos sacrificios, en aras de salvar a la patria. En palabras de Manstein:
"El 9 de enero el oponente ofreció capitular al 6º Ejército [...] La única justificación para la rendición sería la falta de una misión para el ejército, es decir, la inutilidad total de una mayor resistencia. Tan inútil como podría ser su resistencia en el futuro, el 6º Ejército aún tenía que desempeñar un papel decisivo en el desarrollo de un operativo común. El ejército debería esforzarse el mayor tiempo posible para detener a las fuerzas enemigas que se le oponen. El ejército aún podía dirigir las operaciones, aunque esto ya no tenía remedio.
Pero el hecho de que continuara resistiendo era crucial para la situación de todo el país y para el ala sur del Frente Oriental. Cada día que pudiera retrasar la liberación de las fuerzas enemigas dependía del destino del Frente Oriental en su conjunto".

Palabras más palabras menos, el 6° Ejército fue condenado y usado de cebo para liberar al Grupo de Ejército A y evitar una catástrofe aún mayor.
Así que como ya sabemos, aquel ultimátum fue rechazado por Paulus, siguiendo la línea bajada por Adolfo. Los soviéticos se sorprendieron aunque sabían que era una posibilidad que los alemanes lo rechazaran.

"En la mañana del 9 de enero, nuestros enviados de tregua pudieron alcanzar con seguridad la posición del enemigo, en el lugar designado donde fueron recibidos por los oficiales alemanes. Al negarse a entregarles el paquete, nuestros enviados exigieron ser escoltados al puesto de mando.
Fueron allí con los ojos vendados. Una vez que llegaron se les mostró un grupo de oficiales superiores alemanes. En presencia de nuestros mensajeros, un oficial informó a su comandante por teléfono sobre la llegada de los enviados soviéticos y que necesitaban entregar un paquete al general Paulus en persona.
Después de un tiempo, nuestros emisarios anunciaron que el Alto Mando alemán se negó a aceptar el ultimátum. Los negociadores regresaron. Así terminó un intento para llevar al Comando Alemán a la razón. Después de nuestro informe al Stavka de que el enemigo rechazó el ultimátum, el Alto Mando nos deseó éxito al abordar este problema con las armas...". Memorias de Rokossovsky.
Ojo! Tampoco es que los soviéticos les brillaba la benevolencia hacia su más acérrimo enemigo. No sé si se rendían los alemanes, serían tratados tal cual lo decía el ultimátum. Pero a sabiendas de que los alemanes en Stalingrado no tenían nada que perder, un ultimátum un tanto violento solo haría que los alemanes lo rechazaran, por lo que "había que endulzar los oídos".
Ahora si me preguntan a mí, yo creo que capaz que no hubiesen cumplido. El odio hacia el alemán era el que cualquiera le puede tener a un invasor. Los soviéticos aún no sabían lo que les hacían a sus camaradas capturados (si bien había informes) recordemos que hasta el momento, el ejército Rojo venía en retroceso.
La imagen que les dio el campo en Mamayev Kurgan les abrió la puerta a los soviéticos de desatar su venganza. No por nada, una vez terminada la batalla y mientras festejaban el triunfo, juraron ante Krushev y Zhukov y demases comandantes de "no tomar más prisioneros alemanes" y "vengar a sus camaradas caídos". Se desataría el tristemente famoso "ojo por ojo".
Volviendo al tema central, el ultimátum fue rechazado.. y en pocas horas, Rokossovsky lanzaría el ataque final hacia Stalingrado: la operación Koltso.



Aquel ultimátum decía así:
"Al comandante en jefe del VI Ejército alemán, coronel general Paulus, o su representante, y a todos los oficiales y soldados de las unidades alemanas sitiadas en Stalingrado.
El IV Ejército alemán, formaciones del IV Ejército Panzer y las unidades enviadas a reforzarlo se encuentran totalmente cercadas desde el 23 de noviembre de 1942.
Los soldados del Ejército Rojo han rodeado al grupo de Ejército alemán con un anillo inquebrantable. Todas las esperanzas de rescate de vuestras tropas por una ofensiva alemana desde el sur o el sudoeste se han mostrado vanas. Las unidades alemanas que marchaban en vuestra ayuda fueron derrotadas por el Ejército Rojo y los restos de esa fuerza se retiran ahora hacia Rostov.
La flota aérea de transporte alemana, que proveía a ustedes con una ración de alimentos, municiones y combustible, ha sido obligada por el rápido y victorioso avance del Ejército Rojo, a retirarse repetidamente a aeródromos más lejanos de las tropas sitiadas. Debo agregar que la flota aérea de transporte alemana está sufriendo pérdidas enormes en máquinas y material en manos de la fuerza aérea rusa. La ayuda que ellas pueden llevar a las fuerzas sitiadas se va, rápidamente, convirtiendo en ilusoria.
La situación de vuestras tropas es desesperada. Ellas sufren de hambre, enfermedad y frío. El cruel invierno acaba de empezar. Duras heladas, fríos vientos y temporales pronto habrán de desencadenarse. Vuestros soldados no cuentan con vestuario de invierno y están viviendo en desastrosas condiciones sanitarias.
Usted, como comandante en jefe y todos los oficiales de las fuerzas sitiadas saben bien que no tienen posibilidad alguna de evadirse. Vuestra situación carece de esperanzas y toda ulterior resistencia es insensata.
En vista de la desesperada situación en que usted está colocado, y con el fin de evitar un innecesario derramamiento de sangre, proponemos que acepte los siguientes términos de rendición:

1. Todas las tropas alemanas sitiadas, encabezadas por usted mismo y sus lugartenientes, deben cesar la resistencia.
2. Entregará usted a las personas que serán autorizadas por nosotros, todos los miembros de su fuerza armada, todos los materiales de guerra y todo el equipo del ejército sin destruirlo.
3. Garantizamos la seguridad de todos los oficiales y soldados que dejen de resistir, y su regreso al fin de la guerra a Alemania o cualquier otro país al que estos prisioneros de guerra deseen ir.
4. Todo el personal de las unidades que se rindan, podrá retener sus uniformes militares, las insignias de su rango, condecoraciones, efectos personales y valores y, en el caso de los oficiales de alta graduación, sus espadas.
5. Todos los oficiales, suboficiales y soldados que se rindan, recibirán inmediatamente raciones normales.
6. Todos aquellos que estén heridos, enfermos o afectados por congelamiento recibirán tratamiento médico.
Vuestra respuesta debe ser entregada en forma escrita a las 10 de la mañana hora de Moscú, del 9 de enero de 1943. Debe ser entregada por vuestro representante personal, que viajará en un automóvil provisto de una bandera blanca, por el camino que conduce a la estación Kotlubanj. Vuestro representante será recibido por oficiales rusos plenamente autorizados en el distrito B, a 500 metros al sudeste del desvío 564 a las 10.00 horas del 9 de enero de 1943.
En caso de rechazar nuestra oferta de deponer las armas, ponemos a usted en conocimiento por la presente que las fuerzas del Ejército Rojo y la fuerza aérea roja se verán obligadas a llevar adelante la destrucción de las tropas alemanas cercadas. La responsabilidad por este hecho recaerá sobre usted."
Teniente general Rokossovski.





FUENTE:

https://www.facebook.com/GeneralInviernoww2/photos/a.103202941918233/257627126475813/

General Invierno

 

















Pedro Pablo Romero Soriano PS

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