Fin del Asedio de Budapest, 13 de febrero de 1945

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El 15 de octubre de 1944, los alemanes sacaron del poder al almirante Miklós Horthy en Budapest, y la milicia fascista húngara de la Cruz Flechada inició una matanza de 40.000 judíos y 28.000 gitanos. A esto siguió la ofensiva soviética de Budapest, que comenzó el 29 de octubre de 1944. En la víspera de Navidad de 1944, los soviéticos casi habían rodeado Budapest. El asedio duró hasta la caída de Budapest el 13 de febrero de 1945.
El 11 de febrero de 1945, temprano en la mañana, la primera avanzada soviética se acercaba al Hotel Gellért en el Danubio al final de la vía Miklós Horthy. El mando de la 10ª División de Infantería húngara, alojada en el 16 de la vía Miklós Horthy, para entonces había recogido todas las armas disponibles, y grandes números de soldados húngaros salían arrastrándose de los sótanos para tambalearse hacia Budafok y ser hechos prisioneros. Más tarde, aun en la mañana, los defensores del terraplén de la vía férrea de Lágymányos izaron la bandera blanca por orden del mayor Gyula Viharos. Al sur de la colina Gellért-hegy, la resistencia fue esporádica y la mayoría de los alemanes se retiraron al Distrito del Castillo. En el Distrito XI las armas quedaron silenciadas al mediodía, aunque un jeep soviético conducido descuidadamente a la plaza Szent Imre (hoy plaza Móric Zsigmond) fue eliminada con un panzerfaust por un soldado que aparentemente continuaba una guerra privada.
En el Hotel Gellért, el coronel József Kozma, comandante de la Artillería Antiaérea Húngara, explicó al personal del 102° Batallón Antiaéreo húngaro que consideraba inútil ofrecer una mayor resistencia o un intento de ruptura. Al mediodía, después de desarmar conjuntamente a la mayoría de los alemanes, levantaron la bandera blanca en el edificio, y por la tarde los alemanes que se habían negado a rendirse habían sido muertos por los hombres de Kozma y tropas soviéticas en lucha cuerpo a cuerpo en los pasajes subterráneos. A 19:00 horas los soviéticos también capturaron el hospital de emergencia de Sziklakápolna Capilla. La resistencia había cesado en todo Buda. En la mañana del 12 de febrero, una densa niebla descendió hacia los valles alrededor de Buda. Varios grupos de entre 2.000 y 3.000, incluidos civiles, aprovecharon esto para hacer su camino hacia las colinas de Svábhegy, Remete-hegy y Hármashatár-hegy. Así, unas 16.000 personas escaparon de la ciudad a través de las colinas.
La captura de la guarnición de Buda fue una de las empresas más inútiles de la Segunda Guerra Mundial. El 11 de febrero, Pfeffer-Wildenbruch tenía 43.900 soldados. Para el 15 de febrero, 22.350 eran prisioneros y unos 17.000 habían sido muertos, principalmente entre la plaza Széll Kálmán y el valle de Huvösvölgy en las primeras seis horas. Un máximo de 3.000 soldados se escondía en las colinas, pero para el 17 de febrero, la mayoría de estos también habían sido capturados. Alrededor de 700 soldados llegaron a las líneas alemanas y un número similar lograron esconderse en la ciudad.
Los alemanes perdieron todo o la mayor parte de la 13ª División Panzer y la 60ª División Panzergrenadier Feldherrnhalle, la controvertida 8ª SS-División de Caballería “Florian Geyer” y la 22ª SS-División de Caballería “Maria Theresa” compuesta principalmente por Volksdeutsche húngaro. El I Cuerpo Real de Hungría fue completamente destruido. Budapest estaba en ruinas, con más del 80% de sus edificios destruidos o dañados.
La batalla por Budapest es recordada en la historia como uno de los más sangrientos asedios de ciudades de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Según las estadísticas soviéticas, las bajas del Ejército Rojo en la lucha por la capital y en las acciones, incluidas las contra los intentos de socorro alemanes, ascendieron a 240.056 heridos y 80.026 muertos. Las pérdidas de material fueron de un orden similar. En los 108 días de operaciones sobre Budapest, que datan del asedio, como hicieron los soviéticos, del 29 de octubre 1944, el 2° Frente ucraniano de Malinovski y 3° Frente ucraniano de Tolbujin perdieron un total de 135.100 armas pequeñas, 1.766 tanques y cañones de asalto, 4.127 piezas de artillería pesada y 293 aviones. En las estadísticas soviéticas, las pérdidas totales del 2° Frente ucraniano (29 de octubre de 1944-13 de febrero de 1945) y el 3° Frente ucraniano (12 de diciembre de 1944-13 de febrero de 1945) se atribuyen a la operación en Budapest, incluso si ocurrieron en Ercsi, Hatvan o la región de Nagybajom. Por tanto, es extremadamente difícil comparar las pérdidas de los dos lados, particularmente como cifras dadas para los de los alemanes y los húngaros durante las operaciones en cuestión son solo aproximados.
No sería la última batalla en tierras húngaras. Llegaría marzo y los alemanes pondrían en marcha la denominada Ofensiva del Lago Balatón.

Soldados soviéticos colocan su bandera patria en lo alto de unos edificios de Budapest

Los combates en Budapest fueron muy intensos. Durante semanas, atacantes y defensores lucharon casa por casa, por cada edificio, por la estación o hasta en el cementerio.
Desde octubre hasta el 13 de febrero que duró el asedio soviético, la lucha cobró una violencia extremadamente inimaginable.
Por citar un ejemplo, en el sector sur de las defensas del terraplén ferroviario, que era atacado por la 83ª Brigada de Infantería de Marina, fue denominado por estos mismos como "Damba".
"El término Damba se volvió cada día más ominoso para nosotros. Arrastrábamos a nuestros heridos por la nieve gris, llena de hollín por efecto de la pólvora y agujereada por los proyectiles; hacia atrás por calles en ruinas, y a la pregunta que que entonces se planteaba '¿de dónde?' sólo respondíamos, cada vez, entre el continuo tabañeo de las armas: 'de Damba'. Esta palabra nos sonaba amenazante y tétrica".
Las fuerzas del Eje mucho no podían hacer ante la presión soviética. Pero nuevamente Hitler negó cualquier retirada prematura. "Para mí esta ahora claro que quieren quemar a nuestros hombres en Budapest", diría muy enojado un oficial de las Schutzstaffel.
El combate encarnizado dio escenas un poco grotescas.
"[...] en otro sitio, había un camión que ardía ya que había recibido un impacto directo de artillería y era difícil rodearlo. Había cadáveres diseminados por todas partes. Algunos de ellos aplastados por los vehículos que habían rodado sobre ellos en varias ocasione". Testimonio del Teniente Coronel Alajos Vajda, jefe de intendencia de la 1ª División Acorazada húngara.
La defensa de Budapest fue una de las empresas más inútiles de la Segunda Guerra Mundial. El 11 de febrero, Pfeffer-Wildenbruch, comandante de las fuerzas del Eje en la zona; tenía 43.900 soldados. Para el 15 de febrero, 22.350 eran prisioneros y unos 17.000 habían sido muertos.
Un máximo de 3.000 soldados se escondía en las colinas, pero para el 17 de febrero, la mayoría de estos también habían sido capturados. Alrededor de 700 soldados llegaron a las líneas alemanas y un número similar lograron esconderse en la ciudad.
Las Divisiones alemanas quedaron virtualmente aniquiladas. El I Cuerpo Real de Hungría fue completamente destruido.
Las pérdidas soviéticas también fueron elevadas: 240.056 heridos y 80.026 muertos. 135. 100 armas pequeñas, 1.766 tanques y cañones de asalto, 4.127 piezas de artillería pesada y 293 aviones.
El 80% de la capital húngara fue destruida.

La población civil húngara durante el asedio de Budapest (1944-1945)

La cantidad de alimentos que se entregaban a cambio de cupones se redujo varias veces tras la toma del poder por la Cruz Flechada (caída del almirante Horthy). A mediados de diciembre de 1944 ya solo se obtenían 150 gramos de pan al día, mientras que en Navidad se recibieron 120 gramos de carne. Sin embargo, muchas familias húngaras disponían de grandes reservas gracias a que, incluso en el otoño de 1944, se entregaban muchos alimentos sin cupón. Sólo los judíos estaban catastróficamente desabastecidos; en el gueto, la cantidad de alimentos asignada no reunía las 900 calorías al día.
Budapest se había considerado un lugar de huida seguro, de modo que muchos prefirieron abandonar el campo y esperar allí el final de la guerra. Pero debido a que la mayoría de las centrales de suministro vitales (de aguas, gas y electricidad) se encontraban fuera de la ciudad o en los suburbios y cayeron en manos soviéticas en diferentes momentos, los logros de la civilización característicos de una urbe se apagaron uno tras otro. El suministro de gas cesó el 28 de diciembre de 1944, el de agua definitivamente lo hizo el 3 de enero, las líneas telefónicas funcionaron hasta finales de diciembre, y en algunos lugares, en especial en el entorno de las centrales telefónicas de Buda, incluso hasta el inicio de la escapada. El 30 de diciembre también cesó el suministro de electricidad tras caer la zona de Kelenföld y la calle Révész. Además, durante los bombardeos de artillería se dañaron una y otra vez los conductos de gas; por ejemplo, la tubería a presión principal que pasaba bajo el parque Vérmezö se incendió y el fuego fatuo del gas titilante que salía del suelo ofreció durante días un espectáculo fantasmal.
Los sótanos de los grandes bloques de viviendas se convirtieron durante semanas en el hogar de innumerables personas, estallando conflicto entre ellos principalmente por la cocina, el acarreo de agua y la lavandería. Normalmente, sólo se disponía de una cocina económica para cada quince o veinte familias y en ellas había que cocinar y calentar agua para lavar. La interrupción del suministro de agua también puso fin al uso de los retretes y si pese a ello se intentaban utilizar, a los pocos días la canalización seca emitía una pestilencia asfixiante. Debido a la presencia de los desechos orgánicos por todo lado, en enero de 1945 se produjo un riesgo de epidemia.
Después de la Navidad, el suministro organizado de alimentos casi había desaparecido y muchos debieron su salvación de la muerte gracias a la inanición de los más de 30.000 caballos encerrados en la ciudad, allí concentrados porque la mayor parte de las unidades húngaras, las dos divisiones alemanas de caballería y la artillería, se desplazaban con ellos. Cuando a principios de enero se acabó el forraje para los équidos ya también se hubo cortado el aprovisionamiento, fue necesario sacrificar a los famélicos animales. Para finales de enero también pasaban hambre los soldados, cuyo único alimento para ese momento consistía en carne de caballo y algunos guisantes y zanahorias.
La población tenía estrictamente prohibido utilizar el contenido de los contenedores lanzados con paracaídas bajo pena de fusilamiento, que algunas unidades alemanas llevaron a cabo, y en muchos casos la falta de agua sólo se podía paliar recogiendo nieve, con lo cual se arriesgaba también la vida pues los militares de ambos bandos a veces abatían sin discriminación a los civiles que aparecían por las calles. Además, muchos murieron por granadas de mano lanzadas por las ventanas de los sótanos, porque los contendientes no podían hacer distingos entre combatientes y no combatientes, y a veces ni lo pretendían siquiera.

FUENTES:
https://www.facebook.com/photo?fbid=497928198437695&set=gm.1346346369167762
Apocalipsis: la Segunda Guerra Mundial™
Pál Maléter
Fuente: “Battle for Budapest, 100 Days in World War II” de Krisztián Ungváry (2003)
https://www.facebook.com/GeneralInviernoww2/photos/a.103202941918233/279799260925266/

General Invierno

Budapest (1944-1945). Desperta Ferro. N°28.
“Battle for Budapest, 100 Days in World War II” de Krisztián Ungváry (2003).
https://www.facebook.com/photo?fbid=590311986453314&set=a.418790153605499

Historia de la Segunda Guerra Mundial

 Fuente: Sándor Márai – “Memoir of Hungary 1944-1948” (2002)














Pedro Pablo Romero Soriano PS

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