El soldado alemán y el soldado japonés

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El general estadounidense Joseph “Lightning Joe" Lawton Collins fue uno de los pocos generales que luchó tanto en el Pacífico como en Europa en la Segunda Guerra Mundial, y sobre los enemigos que le tocó enfrentar, dijo:
“Eran radicalmente diferentes. El alemán era mucho más profesional que el japonés. La mayoría de los japoneses con los que luchamos no lo eran. (…) Sin embargo, eran valientes soldados. Los japoneses eran hombres muy valientes. Lucharon muy, muy duro, pero no eran tan buenos como los alemanes. Pero el alemán no tenía la tenacidad de los japoneses".
Comparar al combatiente alemán y japonés es difícil, ya que es contrastar “peras con manzanas”. Los circunstanciales aliados lucharon en escenarios y en condiciones drásticamente diferentes y, en cierto modo, la comparación también es injusta, ya que los medios con los que contaban los germanos era muy superiores a los de los orientales (me ciño estrictamente al combate terrestre).
Ambos fueron oponentes extremadamente duros, pero no hay duda que los japoneses fueron mucho, mucho más duros para los estadounidenses que los alemanes. Y también para los británicos, ya que la paliza que les pegaron los japoneses en el sudeste asiático –tanto naval como terrestre- “nadie se la pegó en toda su historia”, según Winston Churchill.
Ahora: ¿Qué pensaban sus oponentes sobre ellos?. El general de brigada Frank Richardson, uno de los oficiales más capaces del Estado Mayor de Montgomery, escribió sobre los alemanes, a los que admiraba sin reservas: “A menudo me he preguntado cómo hicimos para derrotarlos al fin”.
El corresponsal de guerra de la United Press Bob Miller escribió durante la batalla que se desarrollo luego del desembarco en Normandía: “Si comparamos al soldado americano, británico o canadiense medio con el soldado alemán medio, costaría mucho trabajo negar que el soldado alemán era, con mucho, en la mayoría de los casos, un luchador superior”.
Durante la misma batalla, el general del Ejército de los Estados Unidos Raymond Barton aseguró: “Los alemanes aguantan ahí simplemente por las agallas que tienen sus soldados. Los superamos en número de diez a uno en infantería, cincuenta a uno en artillería y en una cantidad infinita en aviación”. Barton exigió a sus comandantes subordinados que “los soldados pelearan por nuestro país con tanto denuedo como los alemanes pelean por el suyo”.
Un soldado veterano en la lucha contra el Ejército alemán, que se convertiría en un prestigioso historiador militar, el inglés Michael Howard admitió, con gran sinceridad, que “las fuerzas terrestres británicas y estadounidenses fueron muy conscientes de que, de enfrentarse con fuerzas alemanas en igualdad de condiciones, era muy probable que sus propias tropas sufrieran una rotunda derrota”. Howard no tenía reparos en admitir la superioridad individual de los soldados alemanes: “Ellos eran mejores que nosotros, nunca haremos demasiado hincapié en esto. Todo soldado aliado que se enfrentaba a ellos lo sabía, y no lo consideraba un hecho humillante”.
Pero…
Como dijo el general Lawton Collins, nadie iguala al combatiente japonés en tenacidad. Los nipones pelearon como leones en los escenarios más inhumanos que uno pueda imaginar, desde el Ártico en las Aleutianas hasta las junglas de Birmania, sufriendo enfermedades, miseria y marchando –y dando pelea- con apenas unos granos de arroz en sus estómagos.
“Cuando recibí mis órdenes de movilizarme, ya había sacrificado mi vida por el país ... no debes esperar que regrese con vida". Esta frase es el fragmento de una carta encontrada en el cadáver de un soldado japonés. De ninguna manera era excepcional e indicaba una concepción fanática del servicio que encuentra su expresión en el desprecio por la seguridad personal y la disposición para luchar hasta el último hombre y el último cartucho. La moral de la que surgen tales sentimientos de auto-sacrificio, se basa en una actitud mental cultivada asiduamente desde una edad muy temprana.
El segundo pilar de la moral japonesa es la profunda devoción personal al Emperador. La última página manchada de sangre de un diario capturado en Birmania garabateaba en ella "Tres hurras por el Emperador". El ejército pertenece al Emperador y su misión es su voluntad divina. Cualquiera sea la situación, su objetivo es matar al enemigo. "Si solo pudiera morir matando a seis o siete enemigos...” escribió un soldado.
El teniente coronel John Masters dio testimonio acerca de la valentía excepcional de los japoneses:
“Los soldados japoneses insistieron en sus ataques cuando ninguna otra tropa en el mundo lo hubiera hecho... Los japoneses simplemente avanzaron, usando toda su habilidad y rabia, hasta que la muerte los detuvo.”
El general William Slim, que comandó las fuerzas británicas e indias en Birmania, también mostró una admiración no disimulada por la valentía de los soldados japoneses:
“No puede haber dudas sobre el coraje supremo y la audacia de los soldados japoneses. No conozco ningún ejército que pudiera haberlos igualado.”
John Masters, un oficial británico que luchó contra los japoneses en Birmania, hizo el siguiente comentario revelador:
“Los japoneses son las personas más valientes que he conocido. En nuestros ejércitos, cualquiera de ellos, casi todos los japoneses hubiesen obtenido una Medalla de Honor o Victoria Cross. Creían en algo, y estaban dispuestos a morir por ello. ¿Qué más es la valentía?
Como puede apreciarse, los alemanes y japoneses fueron soldados excepcionales, y terminaron ganándose el respeto y admiración del enemigo.
Sin embargo…
1. Al final de la batalla de Stalingrado, 91.000 soldados del 6º Ejército alemán más ejércitos de países satélites se rindieron a los soviéticos.
2. Al final de la campaña africana, 130.000 soldados alemanes del Africa Korps más tropas italianas fueron capturados por los aliados.
3. Durante la liberación de Europa Occidental, los aliados capturaron a 200.000 alemanes.
4. En las últimas semanas de la guerra más de 1.500.000 alemanes se rindieron a los Aliados.
5. En el Frente Oriental, a pesar del salvajismo de la lucha, miles de alemanes se rindieron a los soviéticos.
¿Qué pasó en el Pacífico y Asia? Por citar algunos ejemplos.
1. En la Batalla del Tenaru, el destacamento Ichiki de 900 hombres fue aniquilado. Solo 15 sobrevivieron y se convirtieron en prisioneros de guerra; y fueron capturados solo cuando quedaron inconscientes. Tasa de mortalidad = 98.1% .
2. En Guadalcanal, 19.200 japoneses murieron. Solo 1.000 fueron capturados, muchos de los cuales eran tropas de servicio en lugar de tropas de combate.
3. Como vimos hace unos días, al final de la Batalla de Attu, solo 26 de la fuerza inicial de 2.350 hombres de la guarnición japonesa sobrevivieron y fueron capturados. Tasa de mortalidad = 98,8% .
4. Al final de la Batalla de Tarawa, de la fuerza original de 2.571 hombres, solo 8 hombres fueron capturados con vida: una tasa de mortalidad del 99,7%. En la cercana isla de Makin, de la guarnición de 300 hombres, solo1 fue hecho prisionero. Tasa de mortalidad = 99,67% .
5. Al final de la batalla de las Islas Marshall, en Roi Namur, los defensores japoneses sufrieron 3.472 muertos en acción. Solo 51 fueron capturados, una tasa de mortalidad del 98,6%. En la isla de Kwajalein, la guarnición japonesa sufrió 4.938 muertos. Solo 79 hechos prisioneros: tasa de mortalidad = 98,4%.
6. Al final de la Batalla de Saipan, la guarnición japonesa tenía solo 921 sobrevivientes que se convirtieron en prisioneros de guerra de la fuerza inicial de 30.000 hombres. Tasa de mortalidad = 96.93%.
7. Cuando la Batalla de Iwo Jima terminó, de la fuerza original de alrededor de 21.000 hombres, solo 216 se convirtieron en prisioneros de guerra: tasa de mortalidad = 87,5%.
¿Qué implican estos hechos y cifras?
Que mientras los soldados alemanes no dudaron en rendirse en gran número y de manera organizada, la mayoría de los soldados japoneses optaron por luchar hasta la muerte incluso cuando la derrota era inevitable.
Eso solo permite una conclusión: los soldados japoneses en promedio eran mucho más fanáticos y estaban más dispuestos a morir que sus homólogos alemanes. Esto tiene que ver con la diferencia entre las culturas militares de Japón y Europa. En la tradición militar europea y estadounidense, se espera que un soldado luche con valentía y profesionalismo. Pero cuando una mayor resistencia es inútil, puede rendirse sin vergüenza.
Por el contrario, en la cultura militar japonesa, la rendición y la captura eran simplemente impensables.
¿Quiénes eran mejores soldados? Entramos en el terreno de las preferencias personales y subjetividades. Ninguno fue mejor ni peor que el otro, fueron simplemente distintos.


Autor: Fortis Leader y Fortis 2 para Fortis Leader - The Pacific & Asia



FUENTES:
https://www.facebook.com/fortisleaderpacific/photos/a.115526410728720/320655666882459/

Fortis Leader - The Pacific & Asia

 Referencias:

1) "Tales by Japanese Soldiers", de Kazuo Tamayama.
2) Informe de la Dirección de Inteligencia Militar Británica, Cuartel General de la India, mayo de 1943.
3) Artículo del señor Werner Hermann, en Quora.


 


















Pedro Pablo Romero Soriano PS

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