Operación "Caza de la Avutarda", la Batalla de la Península de Kerch

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Preliminares de la Operación "Caza de la Avutarda" (Trappenjagd):

Despejar la península de Crimea era para los alemanes, un requisito previo a la ofensiva de verano d 1942, que pretendía asegurar su flanco derecho y hacerse con el control de la base principal de la Flota del mar Negro de la Marina Roja. El General Erich von Manstein, comandante del 11° Ejército alemán del Grupo de Ejércitos Sur, tenía que expulsar a los 44°, 47° y 51° ejércitos del Ejército Rojo de la península de Kerch (el extremo oriental de Crimea) antes de poder derrotar al Ejército Costero Independiente y doblegar sus defensas en la fortaleza de Sebastopol.
El Frente de Crimea del general Kozlov, que defendía la península de Kerch con el 44° Ejército del General Cherniak, el 47° Ejército del General Kolgarov y el 51° Ejército del General Lvov, había embutido a 259.622 hombres, apoyados por 347 tanques, 3.577 cañones y morteros y 400 aviones en un área de sólo 18 km de anchura por 75 km de profundidad. En teoría esta localización era ideal para la defensa, porque los alemanes tendrían que penetrar las fortificaciones por el estrechamiento de la península para luego romper cuatro líneas defensivas sucesivas antes de llegar al puerto de Kerch.
Con todo, las fuerzas de Kozlov, 23 divisiones de fusileros y 2 de caballería, 6 brigadas de fusileros y 2 de tanques, 1 regimiento de fusileros y 1 regimiento de tanques, ambos independientes, y 6 batallones independientes de tanques apoyados por 17 regimientos de artillería y 15 batallones de artillería independientes de diversos tipos, se hallaban apiñadas de manera muy densa mientras hacían preparativos para lanzar su propio ataque; esta orientación ofensiva hacía que estuviesen pobremente desplegadas para poder defenderse. Además, todas las provisiones dirigidas de estas unidades tenían que cruzar el mar de Azov, una línea de abastecimiento que las hacía vulnerables a la acción de las unidades aéreas y de las pequeñas unidades navales alemanas.
La importancia de Kerch era evidente, para los contendientes, pero los soviéticos erraron en su respuesta. Urgido en repetidas ocasiones por la Stavka, Kozlov había enviado un plan detrás de otro desde mediados de enero para la realización de una ofensiva a gran escala con sus ejércitos que liberar al Ejército Costero Independiente, sitiado en Sebastopol. Cuando la primera de esas ofensivas fue abortada a finales de enero después de conseguir unas ganancias insignificantes, los alemanes respondieron derrotando al 44° Ejército de Kozlov y tomando Feodosia, una ciudad portuaria situada al oeste de Kerch. Furioso e impaciente, Stalin intervino en persona.
Durante buena parte de la guerra, la práctica habitual del dictador consistió en enviar lo que se denominaba un representante de la Stavka, al que se revestía de una autoridad absoluta en la supervisión de las operaciones en un frente tan crítico. Sin embargo, a finales de enero, Moscú envió a dos de estos representantes a Crimea, obviamente, con el propósito de comprobar los preparativos de Kozlov de cara a una ofensiva decisiva que levantase el cerco alemán de Sebastopol. En este caso, la persistente desconfianza de Stalin en sus generales hizo que pusiera al frente a un lacayo político en lugar de un soldado experimentado. Para 1942, Lev Zajaróvich Mejlis, jefe del Directorado Político Principal del Ejército Rojo y segundo jefe del Estado Mayor General, atesoraba ya una siniestra reputación por las purgas del cuerpo de oficiales.
Durante los éxitos alemanes de 1941 había enviado a numerosos comandantes derrotados a morir frente a pelotones de fusilamiento improvisados. En Crimea, Mejlis amedrentó de manera abierta a los hombres a su cargo y rompió las relaciones estructurales mediante la reorganización de la estructura de cargos de los oficiales superiores. En particular, sustituyó al experimentado jefe del Estado Mayor de Kozlov, General de Brigada Fiódor Ivanovich Tolbujin, por el otro representante del Stavka, General de Brigada Pável P. Vechniy, segundo jefe del Estado Mayor de la Dirección Principal Sudoeste.
La combinación de un comandante mediocre (Kozlov), con las intromisiones y el carácter dominante del comisario (Mejlis) y un Estado Mayor inexperto resultaron ser fatales para el Frente de Crimea. La confusión resultante, junto con la abarrotada, aunque aislada, posición en la península de Kerch, tuvo unos efectos desastrosos para la operatividad de las tropas.
Para agravar los problemas del comandante del frente, los consternado oficiales de Estado Mayor de Kozlov, pese a haber detectado los preparativos alemanes para un ataque propio, no lograron desentrañar los planes de engaño de von Manstein.





La Operación Trappenjagd (Caza de la Avutarda), dio inicio a las 3.15 horas del 8 de mayo de 1942 con el rugido de la artillería alemana. Además de la artillería de campaña y del apoyo aéreo cercano, von Manstein disponía de lanzaderas múltiples de cohetes Nebelwerfer, los cañones antiaéreos de 88 mm. de la Luftwaffe, y algunas piezas de artillería pesada de sitio traídas para reducir las defensas de Sebastopol. Tras diez minutos de bombardeo, se redirigió el fuego de las piezas más hacia el este y los ingenieros y la infantería alemanes comenzaron la peligrosa tarea de despejar los campos de minas y alambradas para poder penetrar en las posiciones adelantadas soviéticas. El fuego de contrabatería y las ametralladoras del Ejército soviético se unieron al estrépito. El ruido ocultó otra inteligente, aunque arriesgada, maniobra alemana.
Durante la noche anterior, 4 compañías del 436° Regimiento de Infantería habían remado en botes de asalto de ingenieros en la oscuridad del mar de Crimea hasta el extremo sur de la línea del frente. Cuando comenzó el bombardeo, estas tropas, pertenecientes a la 132ª División de Infantería bávara, arrancaron los motores fueraborda y se dirigieron a toda velocidad a un canal artificial creado por unas anchas zanjas anticarro. Los botes de asalto aparecieron de forma inesperada en mitad de los defensores soviéticos, dando al traste con sus planes defensivos y atacando los búnkeres desde una dirección inesperada. Al mediodía del 8 de mayo, la Brigada Motorizada Grodeck germano-rumana comenzó a cruzar un puente tendido a toda prisa sobre las zanjas anticarro, lo que dejó atrás la primera línea defensiva soviética y dio inicio a una alocada carrera hacia el este. En el primer día de la operación fueron capturados 4.514 soldados soviéticos con la pérdida de apenas 104 soldados alemanes muertos y 284 heridos. A última hora de la mañana siguiente del 9 de mayo, la 22ª División Panzer logró penetrar esta misma línea más al norte. En su avance hacia el este, los alemanes sorprendieron a una brigada de tanques soviética en su área de concentración y los cañones de asalto y los Panzer aplastaron a sus oponentes en un breve, pero violento, combate.



Las fuertes lluvias de la madrugada del 9 al 10 de mayo convirtieron la península en un lodazal que estuvo a punto de provocar la detención del avance de von Manstein. No obstante, este respiro no salvó a los pésimamente dirigidos defensores. Mejlis parecía más preocupado por evitar responsabilidad que por detener la huida. Nada más comenzar la ofensiva alemana, el comisario telegrafió a Stalin con la exigencia de que Kozlov fuese sustituido y afirmando que el Frente de Crimea había desoído sus advertencias hasta el último momento. Iósif Stalin reprendería la actitud de Mejlis, haciéndolo responsable de no enderezar la situación.
Mejlis fue degradado y nunca más ejerció de representante de la Stavka, los generales Cherniak y Kolganov, de los 44° y 47° Ejércitos, fueron relevados del mando y degradados al empleo de coronel y el general Lvov, del 51° Ejército, pereció en los combates. En un solo día (15 de mayo), el 213° Regimiento de la 170ª División de Infantería alemana cubrió más de 80 km. hasta alcanzar el puerto, que cayó al día siguiente. En el transcurso de los días 16 y 17 de mayo, los obuses de von Manstein y los bombarderos en picado de Richthofen redujeron a las tropas soviéticas cercadas a una desorganizada y desmoralizada muchedumbre. Solo unos pocos defensores lograron escapar de la trampa, muchos a nado a través de las aguas casi gélidas del estrecho de Kerch, según el recuento alemán, 170.000 hombres se convirtieron en prisioneros de guerra, frente a las 7.558 bajas alemanas.
Esta victoria desproporcionada, una dolorosa repetición de las del año anterior, ratificó la confianza alemana en sus propias capacidades y un marcado desdén por las de los rusos. Luego de este episodio von Manstein quedaba con las manos libres para reanudar el asalto final a la fortaleza de Sebastopol.


FUENTES:
https://www.facebook.com/photo?fbid=622781653206347&set=a.418790153605499
Fuente: "Armagedón en Stalingrado - Vol. 1" - David Glantz y Jonathan House 
https://www.facebook.com/historiasgm/photos/a.105107930962361/565668228239660

Historia de la Segunda Guerra Mundial

Fuente: "A las Puertas de Stalingrado"- David Glantz y Jonathan House 


 
















Pedro Pablo Romero Soriano PS

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