La rendición japonesa final en Papúa Nueva Guinea

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 La rendición japonesa final en Papúa Nueva Guinea, se produjo un mes después de la rendición japonesa, el 15 de agosto de 1945 (se firmaría formalmente el 2 de septiembre a bordo de USS Missouri en la bahía de Tokyo). Marcó el final de la guerra contra Japón en el Pacífico y el final de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, mientras las celebraciones reverberaban en todo el mundo, grupos aislados de japoneses continuaban luchando en Papúa Nueva Guinea.

El 13 de septiembre de 1945 en Cape Wom, Nueva Guinea, cuando el Mayor Douglas Burrows, Ayudante General Adjunto de la 6.ª División australiana acepta las espadas de los oficiales japoneses que se rindieron. El Teniente General H. Adachi, Comandante del 18.º Ejército Japonés, se rinde incondicionalmente al Mayor General Horace Clement Hugh Robertson, Comandante de la 6ª División australiana en una ceremonia celebrada en la pista de aterrizaje de Cape Wom

Hatazō Adachi, el comandante del 18.º Ejército japonés en Wewak, Nueva Guinea, entrega su espada al comandante de la 6.ª División australiana, Horace Robertson. Adachi se suicidó mientras estaba prisionero de los australianos, en 1947

En la región de Aitape-Wewak, el Teniente General Hatazō Adachi, comandante del XVIII Ejército japonés había prometido luchar hasta el final. No fue hasta el 13 de septiembre, que se rendiría al Mayor General Horace C. H. Robertson, de la 6.ª División de Infantería australiana, en una ceremonia en Cabo Wom, cerca de Wewak. Para entonces, el otrora orgulloso Ejército japonés, cuyo número llegó a los 100.000 hombres, se había reducido a unos 13.000. Sus hombres habían muerto en el campo de batalla, de enfermedades y hambre. Anteriormente, los japoneses habían defendido Wewak con sumo heroísmo. Al final, luchando desde las cuevas en los acantilados, muchos japoneses se negaron a rendirse y fueron encerrados en su interior por cargas explosivas que hicieron estallaron en las entradas.
Varios cientos de soldados de la 6ª División estuvieron presentes en la ceremonia de rendición, cuando se ordenó al general Adachi que entregara su espada. En ese momento, Adachi se desconcertó, incluso llegó a dar dos pasos hacia atrás, deteniéndose por unos momentos, para luego entregar su espada al General Robertson. El general Adachi fue escoltado hasta la mesa de rendición por dos policías militares del Ejército australiano.
Después de la guerra, el general Adachi fue declarado culpable de crímenes de guerra y condenado a cadena perpetua. Se suicidó en 1947 después de escribir una carta que fue descrita como "un documento conmovedor de lealtad militar y una condena elocuente de la inutilidad de la guerra".
La campaña de Aitape-Wewak, junto con las campañas en Bougainville y New Britain, fue objeto de considerables críticas por parte de los oficiales australianos y japoneses, a quienes les resultó difícil entender por qué se debían librar acciones tan agresivas cuando la guerra estaba terminando.
Altos oficiales australianos, incluidos el general Vernon A. H. Sturdee y el brigadier Heathcote Howard Hammer, se refirieron a la "inutilidad militar" de las campañas. Los oficiales del estado mayor japonés en Bougainville creían que las campañas eran "absolutamente inútiles" y que el prestigio mundial ganado por Australia no compensaría la pérdida de vidas y equipos. Por otro lado, se argumentó que las campañas estaban justificadas porque existía la obligación de liberar a la gente de Papúa Nueva Guinea lo antes posible del dominio japonés. En muchas áreas, la ocupación japonesa causó estragos terribles. Lo más probable que estas campañas se llevaran a cabo porque el general Thomas Blamey quería continuar al mando de un gran ejército en el campo de batalla, y porque John Curtin, el entonces primer ministro de Australia, y ciertos miembros de su gabinete creían que continuar con su papel activo en la lucha fortalecería su posición en las próximas negociaciones del tratado.

En la fotografía coloreada, firma de los documentos de la rendición japonesa, por el teniente general Hatazo Adachi. El teniente general Hatazo Adachi, comandante del 18° Ejército japonés, entregando su espada al mayor general Robertson, de la 6° División australiana, ante 3 000 soldados australianos durante la ceremonia de rendición en la pista de aterrizaje de Wom cerca de Wewak, Nueva Guinea. (Fotografías del sargento H Halliday, 63° Pelotón de Suministros, 13 de septiembre, 1945. Créditos: Australian War Memorial – 019296. Coloreado por Faku Gastón Filipe (FgF Colourised)


FUENTES:

https://www.facebook.com/photo/?fbid=510080251124140&set=a.131347698997399

Vientos de Guerra: Segunda Guerra Mundial































































Pedro Pablo Romero Soriano PS

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