20 de octubre de 1944: Los desembarcos en Leyte

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Imagen: "Desembarco de MacArthur”, colorizada por Kulay Colorization

Tras cuatro horas de intenso fuego de artillería naval, el 20 de octubre de 1944 (Día “A”) las fuerzas del Sexto Ejército del teniente general Walter Krueger, desembarcaron en las playas asignadas de la isla de Leyte, Filipinas.
Los asaltos anfibios fueron realizados y apoyados por la Séptima Flota de los Estados Unidos, comandada por vicealmirante Thomas Kinkaid. A bordo del crucero ligero USS Nashville estaba el Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en el Área del Pacífico Suroccidental, general Douglas MacArthur.
Una hora después de los desembarcos, en la mayoría de los sectores se habían asegurado cabezas de playa lo suficientemente profundas como para recibir vehículos pesados y grandes cantidades de suministros. A las 13:30 horas el comandante supremo avanzó hacia la playa a través del oleaje en Red Beach, mientras la batalla aún se libraba.
Siempre consciente de su papel como figura histórica, MacArthur pronunció el discurso que tenía preparado:
“Pueblo de Filipinas: he regresado. Por la gracia de Dios Todopoderoso, nuestras fuerzas están nuevamente en suelo filipino, suelo consagrado en la sangre de nuestros dos pueblos. Hemos venido dedicados y comprometidos con la tarea de destruir todo vestigio de control enemigo sobre vuestras vidas, y de restaurar sobre una base de fuerza indestructible, las libertades de vuestro pueblo”.
En enero de 1942, los japoneses habían llevado a las fuerzas aliadas a la península de Bataan y la situación era desesperada. MacArthur se vio obligado a trasladar su cuartel general a Corregidor. A medida que la situación se deterioraba, desde Washington se le ordenó al general que se fuera por su propia seguridad. El general, su familia y sus colaboradores más cercanos escaparon en medio de la noche y se trasladaron a Australia. Cuando MacArthur llegó a Australia hizo su famosa declaración: “volveré”
Bataan cayó en abril, y los 70.000 soldados estadounidenses y filipinos capturados allí se vieron obligados a emprender una marcha de la muerte en la que perecieron al menos 7.000 hombres. Luego, en mayo, Corregidor se rindió y fueron capturados 15.000 estadounidenses y filipinos más. Filipinas se perdió y el Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos no tenía planes inmediatos para su liberación.
Después de la victoria estadounidense en la batalla de Midway en junio de 1942, la mayoría de los recursos aliados en el Pacífico fueron asignados al almirante Chester Nimitz, quien, como Comandante de la Flota del Pacífico, planificó una ruta más directa hacia Japón que a través de Filipinas.
Sin desanimarse, MacArthur lanzó una gran ofensiva en Nueva Guinea, obteniendo una serie de victorias con sus limitadas fuerzas. En septiembre de 1944, estaba listo para lanzar la invasión de Filipinas, pero necesitaba el apoyo de la Flota del Pacífico de Nimitz. Después de un período de indecisión sobre si invadir Filipinas o Formosa (Taiwan), el Estado Mayor Conjunto terminó cediendo ante MacArthur.
Comenzaría así una amarga y cruda campaña de varios meses en el infinito archipiélago defendido por el “Tigre de Malasia”, general Tomoyuki Yamashita, uno de los más brillantes militares japoneses.
Solo un tercio de los hombres que dejó MacArthur en marzo de 1942 sobrevivieron para ver su regreso. "Llegué un poco tarde", les dijo, "pero finalmente llegamos".


Autor: Fortis Leader para Fortis Leader - The Pacific & Asia



FUENTE:
https://www.facebook.com/photo/?fbid=418726853764735&set=a.340705901566831

Fortis Leader - The Pacific & Asia




 


















Pedro Pablo Romero Soriano PS

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