El color de las lápidas

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El Sr. Jezek, veterano alemán, rinde honores a un camarada durante la ceremonia conmemorativa del 75 aniversario del desembarco de Normandía. Cementerio de La Cambe, Francia

Los visitantes de un cementerio militar alemán de la Segunda Guerra Mundial después de haber visitado uno estadounidense (o aliado), seguramente se preguntarán: ¿por qué las lápidas del primero son de piedra oscura y las de los otros blancas? Esta diferencia también se aprecia en los cementerios de la Gran Guerra.
El ejemplo más conocido y citado con mayor frecuencia es el del cementerio de La Cambe, cerca de Caen, en Normandía.
La de los aliados es fácil: adoptaron el clasicismo europeo. Pero como suele suceder con todo lo alemán, aparecen las respuestas pasionales y, cuanto más pasionales, más falsas son. El espectro es amplio y algunos sugieren que las lápidas alemanas son negras "como signo de duelo porque perdieron la guerra", y otros afirman absurdos de este calibre: "¡como castigo! ¡Fue el Tratado de Versalles el que lo impuso a los vencidos!"
Para resolver la pregunta alcanza simplemente una pequeña investigación.
Empecemos por el Tratado de Versalles. Los artículos 225 y 226 establecieron que los gobiernos aliados y el alemán, harán que se respeten y se mantengan las tumbas de los caídos enterrados en sus respectivos territorios, que se permita a las partes la correcta identificación y/o repatriación de los cuerpos y erigir monumentos adecuados en su memoria.
No parece ser entonces que la respuesta al color de las tumbas corresponda a la “justicia de los vencedores”...
Alemania comenzó a lidiar con el problema de las tumbas a partir de 1925 con la "Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge" (VDK), literalmente “Comisión Alemana de Tumbas de Guerra”. Para comprender la dificultad de su misión, el Volksbund -al día de la fecha- mantiene las tumbas de más de 2.7 millones de muertos durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, en 832 cementerios en 46 países.
Al principio, la mayoría de las tumbas alemanas en territorio extranjero, fueron identificadas con simples cruces de madera, a menudo pintadas con alquitrán para resistir los embates del clima. A partir de este hecho, otra teoría sostiene que las posteriores cruces en piedra oscura imitaron los anteriores de madera, pero tampoco es correcto.
Entonces, ¿cuál es la explicación? La misma reside en la obra del arquitecto en jefe del "VDK" Robert Tischler, veterano de la Gran Guerra, quien en 1926, con el objetivo de conmemorar pero también estigmatizar la masacre, quiso crear un escenario sobrio y lúgubre, dando colores oscuros a las tumbas, colocando solo la fecha, nombre, grado y regimiento de los caídos, evitando otros escritos o dedicatorias en las lápidas.
Dijo Tischler: “Comencé mi trabajo con una búsqueda en los cementerios de soldados de todos los países, busqué en vano inspiraciones para mis nuevas tareas, y a través de este proceso tomé conciencia de que la tumba adecuada para los soldados combatientes era y sigue siendo la Kameradengrab (Tumba de los camaradas)”. Básicamente, Tischler se propuso crear una atmósfera de hermandad de los soldados en la muerte, en la naturaleza, pero que recuerde el horror de la guerra.
Tal es así que incluso los árboles y la vegetación tuvieron que plantarse evitando la geometría y cualquier poda con fines estéticos, con el fin de mantener un aspecto desolado pero natural al entorno. Estas elecciones estuvieron influenciadas por el concepto de comunión entre el hombre y la naturaleza de la mitología alemana.
Durante mucho tiempo se le negó al estado alemán el mantenimiento de las tumbas de guerra en otros estados. Con la aprobación del gobierno, el Volksbund se hizo cargo del cuidado de las tumbas de guerra alemanas en el extranjero como asociación privada.
Obviamente, la obra de Tischler, que incluye fosas comunes y grupales, fue criticada porque, al inspirarse en las raíces mitológicas, recordarían la ideología nacionalsocialista. Personalmente creo que se deben atribuir más bien a la visión germánica (nibelunga, luterana) de la vida, la batalla y la muerte.
Y tal vez, no esté fuera de lugar dejar a los derrotados en la batalla -y a sus seres queridos- al menos el consuelo de encontrarlos reunidos, manteniendo su identidad cultural.



Autor: Alberto Nani & Fortis Leader



FUENTES:
Fuente, con notas propias: "German and United States Second World War Military Cemeteries in Italy. Cultural Perspectives.", Birgit Urmson.
https://www.facebook.com/photo/?fbid=243752837457782&set=gm.800357463938513
Historia de la Segunda Guerra Mundial





































Pedro Pablo Romero Soriano PS

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