Partisanos italianos del la 104ª y 177ª Brigadas Garibaldi, reunidas en la estación de Cuneo (Piamonte) al noroeste de Italia en mayo de 1945
Las Brigadas Garibaldi, eran unidades partisanas pertenecientes al Partido Comunista Italiano.
A pesar de que el núcleo estaba formado por comunistas, las brigadas también incluyeron a miembros del Comité de Liberación Nacional (NLC) del Partido Socialista Italiano.
Estas brigadas, las más numerosas de las diversas que había en Italia, estaban comandadas por Luigi Longo y Pietro Secchia.
A pesar de la leyenda que existe detrás de los partisanos italianos, la realidad es que hasta la firma del armisticio por parte de Italia con los Aliados, no hubo una resistencia significativa hacia las fuerzas fascistas italianas y los alemanes.
Fueron creadas en septiembre de 1943 en Milán a iniciativa de Luigi Longo, Pietro Secchia, Antonio Roasso,Francesco Scotti, Humberto Massola y otros dirigentes comunistas, que, meses después, formaron el Mando General de las Brigadas Garibaldinas.
La 575ª Brigada de asalto Garibaldi (210 mil combatientes) presente y activa en todas las regiones italianas ocupadas por los alemanes. La unidad de base de cada brigada era el destacamento (40-50 hombres)m formado por 4-5 escuadras, compuesta cada una por núcleos de 5-6 combatientes.
El partido comunista dió a esta brigada sus mejores cuadros, sin discriminación: la responsabilidad se asignaba en base a la capacidad personal y al espíritu de sacrificio.
El comandante tenía la responsabilidad de velar por la preparación militar, de fijar los objetivos de las operaciones y asegurar su realización práctica. El comisario político debía cuidar la preparación política de la brigada, la moral y la combatividad de los hombres, las buenas relaciones con la población, la propaganda y la agitación. Los garibaldinos lucían el pañuelo rojo en el cuello, y a veces la camisa roja.
La incomprensión del carácter popular de la guerra de Liberación, creó en un primer momento contradicciones entre los dirigentes comunistas de la lucha partisana, con los de las otras corrientes políticas que escogieron preferentemente a oficiales del ejército. Éstos creían que podrían encuadrar y dirigir la lucha con criterios jerárquicos y el reglamento y la disciplina del ejército monárquico. Estaban completamente contra al desarrollo del trabajo político en las unidades partisanas.
Los comisarios políticos enviados por el partido Comunista a los destacamentos y a las Brigadas garibaldinas, eran considerados por los representantes de los partidos burgueses como intrusos, pero poco a poco, aunque las formaciones partisanas dirigidas por los otros partidos empezaron a introducirlos, al principio como “delegados civiles”, terminaron aceptándolos como comisarios políticos.
La constitución de la Brigada de Asalto Garibaldi, fue un viraje de importancia decisiva para la Resistencia italiana. Por su disciplina y organización, se impuso como modelo a las demás formaciones partisanas de combate que adoptaron su estructura y criterios operativos. Todo el movimiento partisano se organizó en brigadas, divisiones y grupos de divisiones; poco a poco el desarrollo de la lucha exigía una unidad operativa cada vez más fuerte y organizada, y llevar a cabo acciones combinadas entre diferentes formaciones partisanas.
En la primavera de 1944, los dirigentes del Partido Socialista Italiano de Unidad Proletaria, organizaron la Brigada Giacomo Matteotti (el diputado socialista asesinado por los fascistas en 1926) Esa Brigada operó principalmente en el Piamonte (en Monferrato, Canavese y en el Langhe). La Brigada “Justicia y Libertad”, formada por militantes del Partido de Acción, fueron activas particularmente en el Val Pellice y en las provincias de Cuneo y de Ivrea.
Aunque de forma autónoma, en la guerra de liberación tomaron parte liberales y monárquicos, así como formaciones de inspiración católica, organizadas en el Partido de la Democracia Cristiana, como la “Llama Verde” en la provincia de Bérgamo, y la Brigada del Pueblo, que operaron sobre todo en el Véneto.
En vísperas de la insurrección, las formaciones partisanas comunistas y accionistas representaban más del 70 % del total, y en las ciudades el porcentaje era aún mayor.
Tras el final de las operaciones militares durante los primeros días de mayo de 1945, Aliados y NLC ordenaron el envío de armas y el desmantelamiento de unidades partisanas.
Las Brigadas Garibaldi, como otras formaciones partidistas, se disolvieron formalmente y entregaron a los Aliados 215.000 rifles, 12.000 metralletas, 5.000 ametralladoras, 5.000 pistolas y 760 bazucas.
Sin embargo, entre los partidarios de Garibaldi, había desconfianza y temor al regreso de las fuerzas reaccionarias, y solo alrededor del 60% de las armas fueron entregadas, mientras que los partisanos comunistas se quedaron con un número conspicuo de armas ligeras, gorras, chaquetas, pañuelos rojos, mochilas y cajas de cartuchos.
El ocultamiento de armas fue parcialmente permitido por algunos líderes Garibaldi del norte en vista de una posible repetición de la guerra de liberación. Durante toda la década del 50, se esperaba un regreso de la guerra en las montañas contra el estado burgués firmemente colocado en el campo capitalista.
FUENTES:
https://www.facebook.com/photo/?fbid=628371202647392&set=pb.100064235526662.-2207520000.
Historia de la Segunda Guerra Mundial
julius.colorization
https://hmong.es/wiki/Garibaldi_Brigades
https://estepais.com/tenden.../el-caminar-de-los-partisanos/
https://desinformemonos.org/la-resistencia-partisana.../
Pedro Pablo Romero Soriano PS