Legionarios Españoles suben a un soldado herido a uno de los barcos aliados que le devolverán a su país
La Segunda Guerra Mundial incidió en la Barcelona franquista en dos aspectos. En primer lugar, la neutralidad oficial —no real— de la dictadura española permitió que la ciudad fuera el escenario de dos episodios relevantes: los intercambios de prisioneros aliados (sobre todo, británicos y norteamericanos) y alemanes en los meses de octubre de 1943 y mayo de 1944.
En ambos casos, el puerto de Barcelona fue el marco geográfico donde se llevaron a cabo los intercambios, bajo la mirada de las autoridades franquistas provinciales y locales, que en ningún momento escondieron sus simpatías por el bando alemán. Además, las señoras de la alta sociedad local pudieron lucir sus mejores galas y buenos sentimientos, ofreciendo alimentos y consuelo a los heridos, en unas imágenes muy típicas del franquismo local.
El segundo aspecto fue, lógicamente, la misma evolución de la Segunda Guerra Mundial. En julio de 1943, después de la caída del régimen fascista, la presencia italiana en Barcelona casi desapareció. A partir de la primavera de 1944, a medida que se hacía evidente el repliegue alemán, empezaron a ser noticia las actividades culturales de los británicos, de entre las que destacan una exposición de libros y un encuentro organizado por la Cámara de Comercio Británica y presidida por el embajador, Sir Samuel Hoare.
Poco a poco, los franquistas barceloneses se fueron apartando del amigo alemán —aunque no del todo— y empezaron a cultivar las relaciones con británicos y norteamericanos, incrementando los actos públicos, las inauguraciones de cursos, exposiciones, etc. Empezaba a ser la hora de cambiar de amigos.
En total, 2.144 soldados (1.061 alemanes y 1.083 aliados) volvieron a sus países dejando atrás el cautiverio.
Bajo los auspicios de la Cruz Roja Española llegó al puerto de Barcelona el barco de transporte alemán “Aquileia”. En el interior de sus bodegas viajaban un total de 623 prisioneros británicos, 410 heridos y enfermos y 50 heridos de carácter grave. Se organizó el desembarco cuidadosamente y los primeros en poner pie en tierra fueron los australianos del Cuerpo Sanitario, que ayudarían al resto de sus compañeros de cautiverio en las siguientes fases. Tras ellos, les tocó el turno a escoceses y británicos, la mayoría de ellos procedentes de la campaña norteafricana dónde fueron capturados por las tropas de Rommel.
Durante este proceso de desembarco arribó a puerto el barco de transporte francés, con pabellón británico, “Cuba”. Tan pronto amarró comenzó el desembarco de los prisioneros alemanes que viajaban en su interior. En total 1.061 prisioneros y, como en el caso Aliado, casi todos procedentes del Afrika Korps. Las operaciones que se estaban desarrollando en los muelles eran supervisadas por el embajador inglés, sir Samuel Hoare y su esposa, y su homónimo alemán, el doctor Dieckhoff. que también estaba acompañado por su esposa. Como testigos del canje quedó el general Moscardó, el delegado de la Cruz Roja Internacional, doctor Abenz, y diversas autoridades españolas que acudieron a tal fin.
Después del desembarco se procedió a pasar revista comprobando la identidad de los liberados tras lo cual fueron recibidos en sus respectivos barcos con gran júbilo. Himnos y cánticos llenaron el puerto demostrando así la alegría del momento. La organización española tuvo gran cuidado para que ambos grupos de prisioneros no llegaran nunca a verse, como medida de precaución, en su tránsito por los muelles. Todo había sido meticulosamente estudiado para evitar tensiones entre ambos contingentes.
Hubo de esperar a febrero de 1944 para ver el segundo canje realizado en territorio español. Los alemanes entregaron en Irún un grupo de 36 heridos y mutilados ingleses y norteamericanos. Más tarde, el 17 de mayo, se efectuó la segunda parte del canje; de nuevo Barcelona fue el escenario escogido entregándose por parte alemana un total de 1.021 prisionero a cambio de la liberación de 833 de los suyos, entre ellos, el general de división Hans Kramer.
FUENTES:
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