Friedrich Paulus (1890-1957), general, comandante del Sexto Ejército alemán en Stalingrado. A su derecha con binoculares esta el Teniente General Günther Angern (Comandante de la 16.ª División Panzer), quien luchó como subordinado de Paulus en Stalingrado. Aunque en esta foto no lleva la Cruz Alemana dorada, forma parte de un álbum de fotos de un miembro de la 16.ª División Panzer, por lo que se puede concluir que se trata de Angern. Además, el oficial detrás de Paulus es el Teniente General Walther Müller, quien fue Oficial de Primera Clase (Erster Ordonnanzoffizier) de la 16.ª División Panzer. Verano de 1942, Stalingrado. (FGF Colourised) Desde el punto de vista de Paulus, la demostrada capacidad de Chuikov para mantener los efectivos de su ejército significaba que si el Sexto Ejército había de tomar el distrito fabril de Stalingrado, Paulus no tendría otra alternativa que reorganizar y reforzar su grupo de choque, con el propósito de concentrar suficientes fuerzas como para tomar el distrito mediante un asalto planificado (y costoso, probablemente). Además las resueltas ofensivas de Zhúkov y Yeriómenko en la región de Kotluban, que continuaron impidiendo que el Sexto Ejército pudiese hacer valer efectivos de importancia del XIV Cuerpo Panzer de Hube en el flanco norte de las defensas de Chuikov, solo agravó el dilema de Paulus. De hecho, los asaltos en la región de kotluban también desviaron a la 113.ª División de Infantería, que disponía de siete batallones de infantería calificados como estatus de "fuerte" y un batallón de infantería con "mediante mente fuerte", del que debía ser su objetivo, Stalingrado. Para poner de manifiesto los devastadores efectos de estos combates, después de solo dos días de operaciones, uno de los batallones de infantería de la 113.ª División de infantería estaba "agotado" y el 5 de octubre había tres más con el estatus de "débil".
Paulus soportaba también la inmensa presión por parte de Hitler, que quería resultados, en especial a la luz del lento avance del Heeresgruppe A en la región del Cáucaso. El comandante del Sexto Ejército era muy consciente del desgaste sufrido por sus unidades de infantería, pero durante un breve periodo, a finales de septiembre, se volvió optimista. Dados los informes que recibió, sería posible perdonar a Paulus por anunciar, en la tarde del 26 de septiembre, que el centro urbano había quedado asegurado y que "desde el mediodía, la bandera alemana ondeaba sobre los edificios del partido". Sin embargo, consciente de los costes asumidos hasta entonces y de la ardua tarea que se avecinaba, Paulus se hallaba ya inmerso en la concepción de un plan y en la reorganización de sus efectivos para los que se pensaba que serían los asaltos culminantes sobre el distrito fabril de la ciudad, que darían fin a la batalla por Stalingrado.
Las dos semanas de sangrientos combates en las calles y ruinas de Stalingrado entre los días 13 al 26 de septiembre establecieron parámetros para la lucha posterior por la posesión de la ciudad y para la suerte del Heeresgruppe B y la Operación Blau en su totalidad. Weichs y Paulus habían planeado una marcha triunfal al interior de Stalingrado, con sus carros de combate y cañones de asalto acompañados de sus granaderos Panzer y de los Landser arropándolos de norte a sur. En cambio, para el 26 de septiembre, la batalla por la ciudad había degenerado en una refriega dolorosamente, agotadora e inmensamente costosa, manzana a manzana, edificio a edificio, entre las tropas de Paulus y las de Chuikov. Las unidades alemanas tuvieron que abrirse camino a duras penas a través de las calles y solo desde el oeste y sur.
La decisión de Stalin de defender la ciudad privó a los germanos de sus tradicionales ventajas de movilidad y maniobra y de la precisión y superioridad del mortífero fuego de artillería y del apoyo aéreo. Esto forzó a los atacantes a abrirse paso con dificultad a través de la defensas de Chuikov en una batalla que se asemejaba más a los combates del Somme y Verdún de 1916 que a la familiar guerra relámpago de los dos veranos anteriores. Aunque impuesta por Hitler, la decisión de Weichs y Paulus de tomar Stalingrado por asalto neutralizaba todas estas ventajas tradicionales alemanas y empeñaba al Sexto Ejército en una pugna que no podía ganar, en especial porque la cuestión de quién poseía Stalingrado era secundaria para el objetivo principal de la Stavka de Organizar una contraofensiva general que destruyese a las fuerzas de Paulus.
FUENTES:
FGF Colourised
Notas sacadas del libro: Armagedón en STALINGRADO (Vol.2) de David M. Glantz & Jonathan M. House.
Fotografía: Friedrich Paulus (1890-1957), general, comandante del Sexto Ejército alemán en Stalingrado. A su derecha con binoculares esta el Teniente General Günther Angern (Comandante de la 16.ª División Panzer), quien luchó como subordinado de Paulus en Stalingrado. Aunque en esta foto no lleva la Cruz Alemana dorada, forma parte de un álbum de fotos de un miembro de la 16.ª División Panzer, por lo que se puede concluir que se trata de Angern. Además, el oficial detrás de Paulus es el Teniente General Walther Müller, quien fue Oficial de Primera Clase (Erster Ordonnanzoffizier) de la 16.ª División Panzer. Verano de 1942, Stalingrado. (FGF Colourised).
Pedro Pablo Romero Soriano PS

