El incidente Gleiwitz

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Franciszek Honiok, de fondo a su retrato, la mencionada estación de radio

El incidente Gleiwitz fue un ataque secreto de la Alemania Nacional Socialista contra la emisora de radio alemana “ender Gleiwitz” en la noche del 31 de agosto de 1939 (hoy Gliwice, Polonia). El ataque es ampliamente considerado como una operación de falsa bandera, organizada con unas dos docenas de incidentes alemanes similares en vísperas de la invasión de Polonia, que desencadenó la Segunda Guerra Mundial en Europa. Gleiwitz fue parte de lo que posteriormente se conoció como “Operación Himmler”, una serie de operaciones especiales emprendidas por Schutzstaffel para servir a la propaganda alemana al estallar la guerra.

Una operación de bandera falsa es una acción de engaño que crea la apariencia de que un partido, grupo o nación en particular, es responsable de alguna actividad, ocultando la fuente real de responsabilidad. En este caso, los atacantes (alemanes) se hicieron pasar como polacos y las fuerzas armadas del Reich invadieron Polonia a la mañana siguiente, utilizando todos estos falsos incidentes fronterizos que venían sucediendo como excusa, después de un largo período de preparativos. Historias como estas, hay muchísimas y de todas las nacionalidades.
Durante su declaración de guerra a Polonia, el canciller alemán no mencionó el incidente de Gleiwitz, pero agrupó todas las provocaciones presentadas por las Schutzstaffel como un presunto asalto polaco contra Alemania. La evidencia del ataque de Gleiwitz por parte de las SS, entre otras, fue proporcionada por el oficial alemán de las Schutzstaffel, Alfred Naujocks en 1945, durante los juicios de Nuremberg, al declarar que organizó el incidente por orden de Reinhard Heydrich y Heinrich Müller, jefe de la Gestapo.
La operación: en la noche del 31 de agosto de 1939, un pequeño grupo agentes alemanes vestidos con uniformes polacos y dirigidos por Naujocks se apoderó de la estación de Gleiwitz y transmitió un breve mensaje antialemán en polaco. Para que el ataque parezca más convincente, la Gestapo asesinó a Franciszek Honiok, un granjero católico silesiano alemán soltero de 43 años, conocido por simpatizar con los polacos. Había sido arrestado el día anterior por la Gestapo y vestido para parecerse a un saboteador, luego asesinado con una inyección letal y herido con balas. Honiok fue dejado muerto en la escena, por lo que parecía haber sido asesinado mientras atacaba la estación. Su cadáver fue presentado a la policía y la prensa como prueba del ataque.


Asimismo, varios prisioneros del campo de concentración de Dachau fueron drogados, asesinados a tiros en el sitio y sus rostros desfigurados para hacer imposible la identificación. En un testimonio oral en los juicios de la posguerra, Erwin von Lahousen declaró que su división de la Abwehr (inteligencia militar) fue una de las dos que tuvieron la tarea de conseguir, equipos y tarjetas de identificación del Ejército Polaco a estos hombres y que más tarde Wilhelm Canaris (jefe de la Abwehr), le dijo que la gente de los campos de concentración había sido vestida con estos uniformes y se le ordenó atacar las estaciones de radio.
Los periódicos y políticos alemanes, incluido el líder, habían hecho acusaciones contra las autoridades polacas durante meses antes de la invasión de 1939 de organizar o tolerar una limpieza étnica violenta de alemanes étnicos viviendo en Polonia.
Estos incidentes armados terminaron de configurar el casus belli y el 1 de septiembre de 1939, el día siguiente al ataque de Gleiwitz, Alemania lanzó Fall Weiss, la invasión a Polonia.


31 de agosto de 1939: Incidente de Gleiwitz, el “casus belli” que necesitaba Alemania

Gran Bretaña y Francia habían manifestado su preocupación de que los alemanes, a través de algún incidente en la frontera, provocarían la represalia de los polacos, lo que daría a Berlín una excelente excusa para declarar guerra. De hecho, Hitler le había dado a esto la máxima prioridad. El 5 de agosto 1939 el jefe del SD (Servicio de Seguridad de las SS), Reinhard Heydrich, confió a Alfred Naujoks, de 28 años, la tarea de poner en marcha tal incidente. Heydrich observó: “Ha habido decenas de pequeños incidentes irritantes todo el tiempo la frontera en los últimos meses [. . .] nada serio, solo un tiro extraño aquí y allá, las quejas diplomáticas habituales. Pero nada lo suficientemente grande, nada fabricado en una gran escala. Nada, de hecho, para hacer estallar el barril de pólvora. [Fuente: G. Peis, pág. 115.] “
Para "hacer estallar el barril de pólvora", Heydrich esbozó un complejo plan para volar la estación de radio alemana en Gleiwitz (Gliwice), Alta Silesia. Un equipo de seis comandos alemanes se disfrazaría de soldados polacos y se apoderarían de la emisora de radio, haciendo prisioneros a sus ocupantes. Entonces un locutor especialmente escogido que podía hablar polaco debía dar un discurso provocativo, alardeando del éxito de Polonia en hacerse cargo de la estación de radio. Un ingeniero de Radio Berlín se encargaría de que esto fuera transmitido a toda Alemania. Para añadir un detalle realista a la operación, un preso de un campo de concentración iba a ser vestido como soldado, sería muerto a tiros y dejado frente a la estación de radio.
En la noche del 31 de agosto, el ataque tuvo éxito, pero el experto en la red inalámbrica entró en pánico y no pudo encontrar el interruptor de línea fija correcto, y, por lo tanto, solo pudo transmitir en el programa local. Heydrich, sin embargo, no se molestó, ya que ya había filtrado detalles del incidente al periódico nacionalsocialista, el Völkischer Beobachter. Esa noche hubo otros dos incidentes. A las 4 am, la “Operación Agathe” fue lanzada contra una aduana en Hochlinden y la casa de un guardabosques en Pitschau, por un grupo de hombres de las SS alemanas disfrazados de saqueadores polacos ebrios. Gleiwitz, y en mucha menor medida los otros dos incidentes, permitió a Hitler afirmar que Alemania solo iba a la guerra en defensa propia cuando transmitió su declaración de guerra a las 5.40 am: “el estado polaco se ha negado a la solución pacífica de las relaciones que deseé y apelé a las armas. Los alemanes en Polonia son perseguidos con terror sangriento y expulsados de sus hogares. Una serie de violaciones, intolerables para una gran potencia, prueban que Polonia ya no está dispuesta a respetar la frontera del Reich. Para poner fin a esta locura yo no tengo otra opción que hacer frente a la fuerza con la fuerza; el Ejército alemán luchará por el honor y los derechos de una renacida Alemania. [Fuente: N. Bethel, p. 2.]
En la noche del 31 de agosto, la radio alemana informó que soldados polacos habían atacado la estación de radio alemana en Gleiwitz (Gliwice) en la Alta Silesia matando a varios alemanes. De hecho, los atacantes eran soldados de las SS vestidos con uniformes del ejército polaco y las "víctimas" eran prisioneros de campos de concentración que habían sido asesinados antes. Luego que los “atacantes” se retiraron, quedaron los cadáveres manchados de sangre siendo dispuestos para ser exhibidos a corresponsales extranjeros como evidencia de la agresión polaca.
Con la madrugada del 1 de setiembre, Alemania lanzaría la invasión de Polonia. Los retrasos de la movilización polaca significaron que no todos los reservistas habían llegado a sus cuarteles, y muchos de los que habían llegado no habían recibido su equipo y armas. En total, 10 divisiones polacas no estaban preparadas para el ataque que estaba a punto de empezar...




FUENTES:

https://www.facebook.com/GeneralInviernoww2/photos/a.103202941918233/174767671428426/
Crédito al amigo Fortis Leader - The Pacific & Asia

1- Christopher J. Ailsby, "The Third Reich Day by Day", Zenith Imprint, 2001.
2- James J. Wirtz, Roy Godson, "Strategic Denial and Deception: The Twenty-First Century Challenge", Transaction Publishers, 2002.

Imagen: Franciszek Honiok, de fondo a su retrato, la mencionada estación de radio
Fuentes:
“The Eagle Unbowed Poland and The Poles in The Second War” de Halik Kochanski (2012)
“Poland Betrayed – The Nazi-Soviets Invasions of 1939” de David G. Williamson (2009)
“All Hell Let Loose – The World at War 1939 – 1945” de Max Hastings (2011)




























Pedro Pablo Romero Soriano PS

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