El origen de la Calavera de las Schutzstaffel

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 Generalfeldmarschall August von Mackensen, vestido con el uniforme de los Húsares de la Muerte. Luchó en la Primera Guerra Mundial, destacándose en el Frente Oriental

Si hay un símbolo que sea conocido por todo el mundo es indudablemente la Totenkopf, la siniestra y sonriente calavera que fue el emblema de las tristemente célebres Schutzstaffel, creadas a comienzos de 1925 como guardia corps de Adolf Hitler una vez que el ex-cabo del Ejército Imperial alemán empezó a hacerse famosete en las cervecerías muniquesas, donde acababan a palos, cuando no a tiros, con los socialistas y comunistas a los que aquel desaforado austriaco empezaba a preocuparles seriamente.

Tal fue la fama adquirida por este símbolo que mucha gente no repara en que la calavera también era el emblema de otra serie de unidades, pero es un hecho que la totenkopf es asociada de forma sistemática con la no menos famosa organización paramilitar liderada durante casi toda su existencia por Heinrich Himmler, al que todo lo referente a la exaltación de los añejos valores patrios producía espasmos de placer, por lo que no dudó en asesorarse a base de bien para que su unidad de élite estuviera representada precisamente por una compleja simbología extraída del más profundo acervo y de las más arraigadas leyendas germánicas.
Contrariamente a lo que se suele pensar, la adopción de la calavera no tenía relación alguna con las siniestras connotaciones del cuerpo negro, ni tampoco se tomó para querer avisar a la gente que eran unos malotes.
La realidad es que la elección de este símbolo se debía, como ya hemos anticipado, al deseo de rodear el cuerpo de élite con todo lo relacionado con las leyendas, mitos y, por supuesto, unidades militares más prestigiosas del antiguo Ejército prusiano.
De hecho, el distintivo original empleado por las Schutzstaffel en sus orígenes no era la citada calavera, sino una vistosa águila, datada hacia 1925.
En cambio, una pequeña unidad creada en marzo de 1923 por orden expresa de Hitler a modo de guardia personal ya que en aquellos tiempos empezaba a cuestionarse la fidelidad de las SA, totalmente leales a su jefe, el capitán Ernst Röhm, usaron como símbolo la Totenkopf.
Para hallar el origen de este símbolo, tenemos que remontarnos a 1740, cuando se usó una calavera para adornar el catafalco del rey Federico Guillermo I de Prusia. Esta calavera se presentaba, como era y es habitual en cuestiones funerarias, sin mandíbula inferior, terciada hacia su derecha y con dos tibias cruzadas, todo ello bordado en plata sobre terciopelo negro.
En memoria suya, en 1741 se creó el 5º Rgto. de Húsares, llamados Húsares Negros o Húsares de la Muerte. Esta unidad se formó con escuadrones del 1er. Rgto. Preussisches Husaren y del 2º Rgto. Leib Husaren, dos unidades de élite de la caballería prusiana creadas en 1721 y 1730 respectivamente. Está de más decir que la alusión a la muerte era debida a la vistosa calavera que lucían en sus mirlitones, copia fiel de las bordadas en el catafalco regio, y la referencia a la negrura era a causa del color del dolman que, por cierto, también sirvió de inspiración al uniforme negro de las Schutzstaffel. El emblema tuvo éxito ya que años más tarde, concretamente en 1809, la misma calavera fue usada como distintivo por el 3er. Batallón del Rgto. de Infantería nº 93 de Brunswick.
A partir de ahí, la calavera tuvo bastante predicamento. Durante la Gran Guerra, la totenkopf fue usada por unidades de stormtruppen, lanzallamas e incluso algún que otro aviador que, procedentes de unidades de caballería, le había tomado cariño a las calaveras. Además, mostrarla era como hacer saber a todo el mundo que uno provenía de un cuerpo de postín. Un ejemplo lo podemos ver en el Albatros D. V del teniente Georg von Hantelmann, que antes de dedicarse a pilotar aviones había sido oficial del regimiento de Húsares de la Muerte y no dudó en mandar pintar la calavera en el fuselaje de los aparatos que pilotó.
Una vez adoptada por las Schutzstaffel se encargó su producción a la firma Deschler & Sohn de Munich, especializados en la manufactura de quincallería militar como condecoraciones, botones, emblemas y demás parafernalia.
En aquella época aún se empleaba la antigua calavera estilo prusiano sin mandíbula inferior.
Sin embargo, en 1934 la flamante arma acorazada alemana, como legítimos herederos de la tradición militar de la caballería prusiana, adoptaron la totenkopf como emblema. Por ese motivo, el distintivo de las SS fue modificado añadiéndole la mandíbula inferior, mientras que el arma acorazada de la Wehrmacht se reservó para sí el privilegio de usar la totenkopf original, que para eso eran militares de verdad y no una unidad paramilitar creada por un partido político.
En fin, esta es el curioso origen de la controvertida calavera que, como vemos, no fue ni ideada ni mucho menos usada en exclusiva por el temido y odiado cuerpo negro. No obstante, cierto es que si alguien le dio la fama mundial que aún conserva la totenkopf fueron los Schutzstaffel que la pasearon por casi toda Europa, convirtiendo un añejo emblema militar en el símbolo de la maldad absoluta.



FUENTE:
https://www.facebook.com/GeneralInviernoww2/photos/a.103202941918233/196710232567503/
Crédito del post:
Amodelcastillo.blogspot.com.



























Pedro Pablo Romero Soriano PS

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