Comúnmente se asocian los "excesos" de las tropas alemanas en el Frente Oriental a la participación de algunas de las divisiones de las Waffen SS, lo cual alcanza hasta ahora ribetes de mito.
El autor Jeff Rutherford desgrana en su obra (pie de página) el discurrir de las actividades y proceder de las divisiones 121°,123 y 126° del Heer (Ejército regular alemán), en las cuales ya sea obligadas por las circunstancias (relacionadas a su propia supervivencia), en forma voluntaria o no voluntaria, se vieron inmersas en una espiral de violencia y/o desarraigo de la población civil rusa, en el tiempo que se abocaron a la lucha formando parte del Heeresgruppe Nord alemán.
Durante la crisis provocada por la ofensiva invernal soviética de 1941-1942, el comportamiento de la 123° División de Infantería al igual que el de la Wehrmacht en su conjunto se radicalizó.
El Ejército puso en marcha de un modo implacable todas y cada una de las medidas que consideró necesarias para su efectividad en el combate.
Los civiles ignorados en términos generales, ahora se convirtieron en objetivos y herramientas de la Wehrmacht.
Durante la caótica retirada de la Wehrmacht en el sector central del frente a mediados de diciembre, la destrucción de refugios se convirtió en parte de la rutina diaria del ejército, incluso antes de que Adolf Hitler exigiera que todas las granjas que se dejen atrás tienen que quemarse”.
Tanto la 123° como la 126° Divisiones de Infantería pusieron en práctica esta política.
Dos días después que la principal ofensiva soviética atacara sobre las posiciones del Heeresgruppe Nord, el II Cuerpo de Ejército alemán ordenó a sus formaciones subordinadas que “todas las poblaciones y edificios que encontraran a su paso tenían que ser incendiados y destruidos”.
A finales de enero, quedó claro que: “el reciente resurgir de la actividad partisana en la zona de retaguardia […] exige que se tomen medidas […] con toda la firmeza posible.
Soldado alemán en una trinchera del Frente Oriental
Los partisanos deben ser eliminados dondequiera que se les encuentre, igual que sus madrigueras, si nuestras tropas no las necesitan como refugio”.
Una directiva emitida por la 123° División de Infantería una semana después volvió a ordenar la destrucción de todas las viviendas “sin consideración alguna para con la población civil”.
La división ordenó a sus hombres que “cogieran todas las botas de invierno que encontraran inmediatamente y se las quitaran a la población”.
La división también comenzó a “movilizar sin piedad a los habitantes de los pueblos, incluidos niños y mujeres”, para destinarlos a la construcción de fortificaciones; cualquier amago de resistencia debería ser castigado con la ejecución.
Aunque otras formaciones de la Wehrmacht habían empleado a civiles para realizar trabajos (forzosos) desde los primeros días de la invasión, esta práctica se convirtió en parte de la vida diaria de las unidades de combate cuando se vieron luchando durante la crisis invernal; la 123° División simplemente siguió la costumbre impuesta en el ejército.
Imagen referencial: Soldados alemanes y civiles en Ucrania (1941)
El OKH también intentó convencer a las tropas del frente de que modificaran su conducta en el este.
El 10 de mayo, el Alto Mando despachó una «Guía para el trato de la población civil». Aunque el soldado alemán «debería sentirse como dueño del territorio [...], ese sentido de la propiedad no debería degenerar nunca en desprecio hacia los vencidos indefensos.
El ruso es sumiso y voluntarioso cuando se le trata con firmeza pero adecuadamente».
El ruso es sumiso y voluntarioso cuando se le trata con firmeza pero adecuadamente».
Obviamente, incluso Zossen se daba cuenta de que las políticas del ejército necesitaban una urgente reformulación y esta directiva precisamente revela el acuerdo relativo pero generalizado entre el Alto Mando y los ejércitos en el campo de batalla.
Este pensamiento convergente condujo a unas políticas más equilibradas en 1942 que las que se habían dado en 1941...
En Crimea, por ejemplo, el XI Ejército pidió políticas de ocupación más respetuosas hacia esos sectores de la población que se consideraban anticomunistas o que parecían dispuestos a colaborar.
Ese «trato amigable y educado», sin embargo, se complementaba con una «violencia implacable» contra aquellos que se consideraran una amenaza para los intereses y objetivos alemanes en la región.
Una columna de la Wehrmacht marcha a través de un poblado en el Frente Oriental de la Segunda Guerra Mundial
Este pensamiento convergente condujo a unas políticas más equilibradas en 1942 que las que se habían dado en 1941...
En Crimea, por ejemplo, el XI Ejército pidió políticas de ocupación más respetuosas hacia esos sectores de la población que se consideraban anticomunistas o que parecían dispuestos a colaborar.
Ese «trato amigable y educado», sin embargo, se complementaba con una «violencia implacable» contra aquellos que se consideraran una amenaza para los intereses y objetivos alemanes en la región.
Este pragmatismo apareció incluso antes en la zona de operaciones del XVII Ejército. El 6 de febrero de 1942, en respuesta a las urgentes peticiones de ayuda de uno de sus cuerpos subordinados en nombre de la hambrienta población de Slaviansk, el XVII Ejército envió aquel mismo día trigo y pan de sus propios almacenes a la ciudad, para uso de la población...
Una acción semejante en 1941 habría sido completamente impensable, porque, de acuerdo con la idea del imperativo militar, los civiles eran irrelevantes para la victoria final.
En 1942, sin embargo, la Wehrmacht ya había modificado su idea de los civiles.
El XVII Ejército abasteció a esa ciudad no por un impulso humanitario, sino como un medio para asegurar la zona de retaguardia y, por tanto, dar cobertura a su ejército: «Los mandos veían el abastecimiento de la población de Slaviansk como una necesidad militar».
Este enfoque más conciliador hacia la población civil culminó con los esfuerzos del Primer Ejército Panzer [Acorazado] en el Cáucaso norte a finales de 1942.
El XVII Ejército abasteció a esa ciudad no por un impulso humanitario, sino como un medio para asegurar la zona de retaguardia y, por tanto, dar cobertura a su ejército: «Los mandos veían el abastecimiento de la población de Slaviansk como una necesidad militar».
Este enfoque más conciliador hacia la población civil culminó con los esfuerzos del Primer Ejército Panzer [Acorazado] en el Cáucaso norte a finales de 1942.
La necesidad de los alemanes de conseguir combustible en esta zona, unida a la jerarquía racial nazi que consideraba a los pueblos del Cáucaso como gentes con más «valor» que los rusos o los ucranianos, conllevó una ocupación mucho más conciliadora.
En esta región, «las ideas de los burócratas, los especialistas económicos y los ideólogos raciales se correspondían exactamente con la situación militar: ya en el verano de 1942 estaba claro que Alemania no podría ganar la guerra sin el apoyo de los pueblos ocupados».
En un intento por ganarse la simpatía y la colaboración de la gente de la región, el mariscal de campo Ewald von Kleist y su formación abolieron la colectivización, permitieron la libertad religiosa e incluso reconocieron algunas administraciones locales como gobiernos legales...
En un intento por ganarse la simpatía y la colaboración de la gente de la región, el mariscal de campo Ewald von Kleist y su formación abolieron la colectivización, permitieron la libertad religiosa e incluso reconocieron algunas administraciones locales como gobiernos legales...
La Guerra en la Retaguardia: Accionar de la 123ª División de Infantería alemana en el Frente Oriental
Comúnmente se asocian los "excesos" de las tropas alemanas en el Frente Oriental a la participación de algunas de las divisiones de las Waffen SS, lo cual ni deja de ser un mito aceptado por muchos.
El autor Jeff Rutherford detalla en su obra (pie de página) el discurrir de las actividades y proceder de las divisiones 121°,123 y 126° del Heer (ejército regular alemán), en las cuales ya sea obligadas por las circunstancias (relacionadas a su propia supervivencia), en forma voluntaria o no voluntaria, se vieron inmersas en una espiral de violencia y desarraigo contra la población civil rusa, en el tiempo que se abocaron a la lucha formando parte del Heeresgruppe Nord alemán
Condensado de: “La Guerra de la Infantería Alemana 1941 – 1944” – Jeff Rutherford
*Durante la crisis provocada por la ofensiva invernal soviética de 1941-1942, el comportamiento de la 123ª División de Infantería al igual que el de la Wehrmacht en su conjunto se radicalizó.
El Ejército puso en marcha de un modo implacable todas y cada una de las medidas que consideró necesarias para su efectividad en el combate.
Los civiles ignorados en términos generales, ahora se convirtieron en objetivos y herramientas de la Wehrmacht.
Durante la caótica retirada de la Wehrmacht en el sector central del frente a mediados de diciembre, la destrucción de refugios se convirtió en parte de la rutina diaria del ejército, incluso antes de que Adolf Hitler exigiera que todas las granjas que se dejen atrás tienen que quemarse”.
Tanto la 123° como la 126° Divisiones de Infantería pusieron en práctica esta política. Dos días después que la principal ofensiva soviética atacara sobre las posiciones del Heeresgruppe Nord, el II Cuerpo de Ejército alemán ordenó a sus formaciones subordinadas que “todas las poblaciones y edificios que encontraran a su paso tenían que ser incendiados y destruidos”.*
*A finales de enero, quedó claro que: “el reciente resurgir de la actividad partisana en la zona de retaguardia […] exige que se tomen medidas […] con toda la firmeza posible.
Los partisanos deben ser eliminados dondequiera que se les encuentre, igual que sus madrigueras, si nuestras tropas no las necesitan como refugio”.*
*Una directiva emitida por la 123ª División de Infantería una semana después volvió a ordenar la destrucción de todas las viviendas “sin consideración alguna para con la población civil”.
La división ordenó a sus hombres que “cogieran todas las botas de invierno que encontraran inmediatamente y se las quitaran a la población”.
La división también comenzó a “movilizar sin piedad a los habitantes de los pueblos, incluidos niños y mujeres”, para destinarlos a la construcción de fortificaciones; cualquier amago de resistencia debería ser castigado con la ejecución.*
*Aunque otras formaciones de la Wehrmacht habían empleado a civiles para realizar trabajos (forzosos) desde los primeros días de la invasión, esta práctica se convirtió en parte de la vida diaria de las unidades de combate cuando se vieron luchando durante la crisis inverna; la 123ª División simplemente siguió la costumbre impuesta en el ejército.*
Frente Oriental
Tropas soviéticas cruzando el río en Vorónezh, verano de 1942. Aquella región sería escenario de una encarnizada lucha entre los efectivos del Heeresgruppe B y la feroz resistencia que opusieron los soldados del Ejército Rojo.
La ciudad caería bajo el control alemán desde el cual la infantería y blindados alemanes pivotaron hacia el sur, con la mira puesta en la ciudad fabril de Stalingrad
FUENTE:
https://www.facebook.com/asifuelasgm/photos/a.381874839088424/424697518139489/?type=3&theater
https://www.facebook.com/asifuelasgm/photos/a.381874839088424/465783990697508/?type=3&theater
Pedro Pablo Romero Soriano PS