Los marinos rusos llamados "Muerte Negra"

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De todas las tropas soviéticas de la Segunda Guerra Mundial, la infantería de marina era de las más resistentes y capaces en el combate. Rindiendo homenaje a su enemigo, los alemanes los apodaron "Muerte Negra".


1. La Operación Kerch-Eltigen (31 de octubre - 11 de diciembre de 1943)


En el otoño de 1943, las tropas soviéticas comenzaron la liberación de Crimea al desembarcar dos poderosas fuerzas de asalto en su parte oriental, al norte y al sur de Kerch, cerca del asentamiento de Eltigen. Los dos grupos se acercarían entre sí, capturarían la ciudad y crearían una cabeza de puente para una posterior ofensiva en la península.
La Operación Kerch-Eltigen fue una de las mayores operaciones anfibias de la Segunda Guerra Mundial, participando en ella hasta 150.000 soldados soviéticos. Se les opusieron 80.000 alemanes, reforzados por la caballería rumana y fusileros montañeros.
Las tropas de la Flota del mar Negro fueron la principal fuerza ofensiva del desembarco. Fueron seguidos por las divisiones de fusileros del Frente del Cáucaso Norte. “¿Quién sino ellos podían ir al frente y dirigir a los hombres que experimentaban por primera vez una operación anfibia y luchaban ferozmente por una franja de costa...” escribió en sus memorias el almirante Nikolái Kuznetsov, comandante de la marina soviética.
En malas condiciones climáticas, bajo un fuerte fuego enemigo, saltaban de sus barcos, superaban los alambre de púas colocados en el agua y en la orilla, y atravesaban campos de minas. Un grupo de combatientes del 386º Batallón Independiente de Infantería Naval, tras capturar una zanja antitanque, repelió 19 ataques de blindados en el transcurso de cuatro horas.
La feroz lucha se prolongó durante un mes. El 6 de diciembre, 1.700 exhaustos y hambrientos soldados cruzaron a escondidas un pantano cerca de Eltigen que era considerado intransitable y llegaron a las afueras del sur de Kerch. Pero debido a la imposibilidad de proporcionarles suministros, pronto tuvieron que ser evacuados.
El segundo grupo de desembarco lo llevó mucho mejor. Se las arreglaron para tomar una vasta cabeza de puente al noreste de la ciudad y atrincherarse allí, repeliendo con éxito todos los ataques enemigos. En la primavera de 1944, las tropas soviéticas lanzaron una ofensiva en este sector, que, junto con una ofensiva desatada al mismo desde el continente a través del Istmo de Perekop, condujo a la rápida derrota de todas las fuerzas alemanas y rumanas en Crimea.

Foto Ministerio de Defensa de la Federación Rusa


2. La Operación Moonsund (27 de septiembre - 24 de noviembre de 1944)


A finales de septiembre de 1944, toda la Estonia continental había sido liberada por el Ejército Rojo. Al mismo tiempo, las islas de Hiiumaa, Saaremaa y Muhu, situadas frente a la costa, seguían en poder de los alemanes, que habían concentrado más de 11.000 soldados allí.
“Nos esforzamos por tomar posesión del archipiélago desde el principio”, escribió el comandante de la Flota del Báltico, el almirante Vladímir Tributs. “La realidad era que, utilizando las fortificaciones de asalto anti-anfibio construidas anteriormente o construyendo otras nuevas, el enemigo podía lograr una defensa prolongada con guarniciones numéricamente pequeñas de fuerzas terrestres. Es más, podía contar con apoyo por mar de una importante fuerza de barcos de superficie. Si se hubiera perdido tiempo, el archipiélago estonio occidental? habría tenido que ser liberado a un gran costo, lo que hubiese implicado enormes pérdidas materiales y, lo más importante, importantes bajas”.
El 27 de septiembre un batallón de infantes de marine, en una operación improvisada, tardó sólo cinco horas en tomar la isla de Ormsö (Vormsi), y el 30 de septiembre la isla de Moon (Muhu) fue liberada. Este giro de los acontecimientos supuso un verdadero shock para los alemanes. Los investigadores del tribunal militar llegarían incluso a Saaremaa, la isla más grande del archipiélago, para determinar quién era el responsable.
Tras la exitosa toma de la isla de Dagö (Hiiumaa) el 2 de octubre, una brigada de infantes de marina, dos cuerpos de infantería y barcos de la Flota del Báltico pudieron concentrarse en la última isla que quedaba en manos del enemigo: Ösel (Saaremaa). El desembarco, que comenzó el 5 de octubre, fue tan exitoso que en 60 horas una gran parte de la isla ya estaba en manos de las tropas soviéticas.
Los alemanes, sin embargo, lograron atrincherarse en la Península de Sirva, creando una profunda defensa aquí. Además, fueron apoyados por más de 100 barcos de la Kriegsmarine y la 1a Flota Aérea de la Luftwaffe.

Hubo un mes y medio de lucha de trincheras, hasta el 18 de noviembre, hasta que las tropas soviéticas rompieron el frente y tomaron las posiciones enemigas. Para el 24 de noviembre, Saaremaa estaba completamente tomada al enemigo, y la Flota Soviética del Báltico se hizo con el control de los golfos de Finlandia y Riga.

Foto Evguéni Jaldey/DF/russiainphoto.ru

3. La Operación Petsamo-Kirkenes (7 de octubre - 29 de octubre de 1944)


Cuando el 19 de septiembre de 1944 Finlandia se retiró de la guerra, la posición de los alemanes en el Ártico soviético se vio afectada a peor. Sin embargo, estaban decididos a defender hasta las últimas zonas cerca de Múrmansk y Petsamo (la actual Pechenga), esta última cedida a la URSS por los finlandeses bajo los términos del Armisticio de Moscú. Estas áreas tenían importantes fuentes de níquel y cobre necesarias para la industria alemana, y puertos libres de hielo importantes para la Kriegsmarine.
“Nuestro reconocimiento informaba constantemente de que las unidades especiales de construcción del enemigo se pasaban perforando en granito las veinticuatro horas del día, construyendo nuevos nidos de ametralladoras y emplazamientos de cañones blindados o de hormigón armado, y creando posiciones defensivas excavadas y trincheras de conexión”, escribió el mariscal Kiril Meretskov, entonces comandante de las tropas del Frente Carelio.

“Ante nosotros, a lo largo de un frente de 90 km, se extendían obstáculos y zanjas anti-tanque, densos campos de minas y enredaderas de alambre de púas. Cubrían todos los pasos de las tierras altas, los valles y las carreteras, y los puestos de mando eran verdaderas fortalezas de montaña”.
Un papel importante en la operación fue desempeñado por la Flota del Norte y sus infantes de marina. Mientras las fuerzas principales avanzaban en tierra, estos desembarcaron a escondidas en la retaguardia de las posiciones enemigas. Así, el 12 de octubre un equipo de comando dirigido por Iván Barchenko-Yemelianov se apoderó de dos baterías alemanas en el Cabo Krestovi, sufriendo pérdidas mínimas, para apoyar el exitoso desembarco de las tropas soviéticas en Liinajamari.
El 22 de octubre, tras liberar el territorio soviético, el Ejército Rojo cruzó la frontera de Noruega. Al igual que antes, su exitoso avance fue asistido por desembarcos en la playa de la infantería de marina. Una semana más tarde, las tropas soviéticas cesaron su avance y la liberando de la parte norte del reino nórdico quedó en manos de contingentes militares noruegos que se habían formado en el exilio, así como de las fuerzas de resistencia locales.
A finales de septiembre de 1944, toda la Estonia continental había sido liberada por el Ejército Rojo. Al mismo tiempo, las islas de Hiiumaa, Saaremaa y Muhu, situadas frente a la costa, seguían en poder de los alemanes, que habían concentrado más de 11.000 soldados allí.

“Nos esforzamos por tomar posesión del archipiélago desde el principio”, escribió el comandante de la Flota del Báltico, el almirante Vladímir Tributs. “La realidad era que, utilizando las fortificaciones de asalto antianfibio construidas anteriormente o construyendo otras nuevas, el enemigo podía lograr una defensa prolongada con guarniciones numéricamente pequeñas de fuerzas terrestres. Es más, podía contar con apoyo por mar de una importante fuerza de barcos de superficie. Si se hubiera perdido tiempo, el archipiélago estonio occidental? habría tenido que ser liberado a un gran costo, lo que hubiese implicado enormes pérdidas materiales y, lo más importante, importantes bajas”.
El 27 de septiembre un batallón de infantes de marine, en una operación improvisada, tardó sólo cinco horas en tomar la isla de Ormsö (Vormsi), y el 30 de septiembre la isla de Moon (Muhu) fue liberada. Este giro de los acontecimientos supuso un verdadero shock para los alemanes. Los investigadores del tribunal militar llegarían incluso a Saaremaa, la isla más grande del archipiélago, para determinar quién era el responsable.
Tras la exitosa toma de la isla de Dagö (Hiiumaa) el 2 de octubre, una brigada de infantes de marina, dos cuerpos de infantería y barcos de la Flota del Báltico pudieron concentrarse en la última isla que quedaba en manos del enemigo: Ösel (Saaremaa). El desembarco, que comenzó el 5 de octubre, fue tan exitoso que en 60 horas una gran parte de la isla ya estaba en manos de las tropas soviéticas.
Los alemanes, sin embargo, lograron atrincherarse en la Península de Sirva, creando una profunda defensa aquí. Además, fueron apoyados por más de 100 barcos de la Kriegsmarine y la 1a Flota Aérea de la Luftwaffe.
Hubo un mes y medio de lucha de trincheras, hasta el 18 de noviembre, hasta que las tropas soviéticas rompieron el frente y tomaron las posiciones enemigas. Para el 24 de noviembre, Saaremaa estaba completamente tomada al enemigo, y la Flota Soviética del Báltico se hizo con el control de los golfos de Finlandia y Riga.

Foto Evguéni Jaldey/russiainphoto.ru





FUENTE:

https://es.rbth.com




































Pedro Pablo Romero Soriano PS

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