Entre el 18 y el 23 de diciembre la isla fue nuevamente bombardeada destruyendo los aviones que quedaban y las piezas antiaéreas. Los cañones de costa estaban muy debilitados y no pudieron hacer frente al desembarco. Los japoneses pisaron tierra el día 23. La última hazaña de los resistentes fue el hundimiento de un viejo destructor. Las bajas entre los norteamericanos fueron de 122 hombres, el resto fueron hechos prisioneros. Los japoneses por su parte perdieron 820 hombres
En la mañana del 22, los dos aviones supervivientes del VMF-211 estaban de patrulla cuando aparecieron 33 bombarderos y 6 cazas procedentes de la flota japonesa. En la escaramuza que tuvo lugar seguidamente, uno de los F4F hizo un aterrizaje forzoso y del otro nunca más se supo. Con estas dos pérdidas la isla se había quedado sin cobertura aérea y sin aparatos, por lo que el personal de tierra del VMF-211 se unió al Batallón de Defensa como tropa de infantería
Cazas Grumman F4F-3 Wildcat destruidos en el aeródromo de Wake, 25 de diciembre de 1941
El crucero japonés Yubari, nave insignia del contralmirante Kajioka
Después de varios intentos y desembarcos, el 23 de diciembre de 1941 los japoneses recuperan la isla de Wake ocupada por tropas americanas. Lo primero que hacen es tomar a 98 prisioneros americanos y los ponen a trabajar en la reconstrucción de la isla. Un par de años después, el comandante de las tropas japonesas, el contraalmirante Shigematsu Sakaibara ordena ejecutarlos y son ametrallados en el norte de la isla. Uno de ellos, el nombre del cual se desconoce, logra huir y graba en una roca de coral este mensaje: 98 US POW 5-10-43 (98 prisioneros de guerra 05-octubre-1943). Posteriormente es capturado y Sakaibara lo decapita con su Katana
Al inicio de las hostilidades entre Japón y Estados Unidos en Diciembre de 1941, el Atolón de Wake se convirtió en un objetivo prioritario dentro del contexto de la expansión del Imperio del Sol Naciente sobre la vastedad del Océano Pacífico. A medio camino entre las Islas Marianas y las Islas Hawaii, las fuerzas norteamericanas que componían la diminuta guarnición resistirían heroicamente los bombarderos y la invasión japonesa, inaugurando una de las batallas más famosas del Lejano Oriente justo al principio de la Segunda Guerra Mundial en Oceanía.
Repentinamente la 1:00 horas de la madrugada del 23 de Diciembre de 1941, las naves de la 2ª División de Portaaviones que acababan de anclar frente al Atolón de Wake, encendieron los focos reflectores y abrieron fuego con ametralladoras contra la costa mientras los soldados descendían por las redes de los transportes a las barcazas. Completamente confundidos los miembros de la guarnición por el ataque nocturno, a la 1:45 horas corrió el rumor de que los japoneses habían desembarcado en el Islote de Pelae, por lo que con efecto inmediato los marines ocuparon el sector sin saber que todavía el enemigo estaba en pleno proceso de embarque (y se le hubiese podido hacer mucho daño porque todavía era vulnerable).
La victoria de Japón a la hora de conquistar la Isla de Wake fue muy importante a nivel estratégico, pues los nipones obtuvieron una posición clave en medio del Océano Pacífico con el que controlar el triángulo entre la Micronesia, las Islas Hawaii y las Islas Bonin, así como futuros accesos a las Islas Marianas y las Filipinas. Respecto al futuro de los prisioneros, cinco fueron ejecutados en el acto por razones de indisciplina, mientras que los 2.019 cautivos restantes entre militares y civiles se los envió a campos de concentración ubicados por distintos lugares del Imperio Japonés, salvo por la excepción de 99 que trabajaron como esclavos en la base (quienes serían asesinados en 1943). Curiosamente el lugar, bautizado como la «Isla de los Pájaros», permanecería bajo dominio de las potencias del Eje durante toda la Segunda Guerra Mundial hasta su devolución a Estados Unidos en 1945.
Aproximadamente Japón sufrió 700 muertos entre marineros, soldados y pilotos, así como el hundimiento de 4 navíos entre 2 destructores (Kisagari y Hayate) 1 submarino, (RO-62) y 1 transporte (Nº33), más el derribo de 9 aviones (7 bombarderos Mitsubishi G3M, 1 hidroavión Kawanishi H8K y 1 caza Zero). Aproximadamente Estados Unidos sufrió 2.296 bajas entre 122 muertos, 49 heridos y 2.125 prisioneros, así como la pérdida material de 58 cañones y 12 aviones de caza Wildcat.
La Batalla del Atolón de Wake constituyó uno de los primeros enfrentamientos terrestres, aéreos y navales de Estados Unidos con Japón dentro de la Segunda Guerra Mundial. Sorprendentemente y a diferencia de los desastres cosechados en la Isla de Guam o en Filipinas, las tropas norteamericanas vendieron cara su derrota, provocando a los invasores bajas muy elevadas tanto entre los soldados como entre la marinería, sin obviar los buques hundidos y aviones abatidos.
A raíz de este suceso, cuando en 1942 la prensa preguntó a los responsables de las Fuerzas Armadas Estadounidenses por qué en todos los frentes se había producido el colapso o la rendición de sus compatriotas sin apenas combatir, mientras que en Wake los defensores habían mantenido intacto el honor peleando hasta morir, un oficial del Cuerpo de Marines interrumpió y dijo: «¿Qué otra cosa podría esperarse de los Marines?»
FUENTES:
https://www.facebook.com/photo?fbid=4583383908377338&set=pcb.1312491689219897
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Apocalipsis: la Segunda Guerra Mundial™
(Claudio A Aguirre)
Pedro Pablo Romero Soriano PS