8 de diciembre de 1941: La Invasión de Filipinas

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Avance japonés en el sudeste asiático

Es el 12 de diciembre de 1941. Por primera vez, el Ejército japonés amplía la guerra a Birmania cuando una pequeña fuerza ingresa a la colonia británica desde Tailandia sin ser observada. Los japoneses esperan que el deseo generalizado en Birmania, encabezado por el ex primer ministro y primer ministro Ba Maw, facilite la conquista del país. Sin embargo, los británicos también tienen un fuerte apoyo dentro del país, particularmente de las minorías étnicas, y una base de poder importante en la vecina India. El escuadrón del Tercer Grupo de Voluntarios Americanos (AVG) se traslada hoy a Rangún para unirse a la RAF en la defensa de Birmania.
En Filipinas, la situación militar estadounidense se está deteriorando rápidamente. Bombarderos japoneses atacan Clark Field, Batangas y Olongapo en la isla de Luzón. En Legazpi, en el sur de Luzón, cerca de 2.500 soldados japoneses de la 16ª División de Palau en las Islas Carolinas aterrizan en un área no defendida, apoyados por aviones que vuelan desde el portaaviones Ryujo. Están a unos 240 km de la base militar más cercana y la fuerza japonesa es libre de consolidar su posición y expandirse. En Aparri, en el norte de Luzón, otras tropas japonesas toman el aeródromo de Tuguegarao. Los japoneses han creado las bases para un movimiento de pinzas masivo en Manila, aunque llevará bastante tiempo realizarlo.

En Hong Kong, los británicos continúan retirando todas las tropas (incluidos elementos del Ejército indio) a la isla de Hong Kong. Usan todas las embarcaciones disponibles para evacuar Kowloon y, cuando parten, los ingenieros reales se involucran en la demolición de todas las instalaciones en el lado norte.

El teniente general Arthur Percival decide retirar sus fuerzas en la península malaya después de la pérdida del aeródromo de Kelantan el día 11. El III Cuerpo indio comienza a dirigirse hacia el sur, llevándose consigo tantos suministros como sea posible. La 11ª División india retrocede hasta el río Kedah, y una fuerza separada en la carretera Kroh-Patani también se retira. Hay una falta de transporte, lo que significa que habrá que dejar una gran cantidad de equipo.
Un submarino japonés sale a la superficie cerca de Johnston y el atolón de Palmira y dispara cúmulos de proyectiles sobre la base de la Marina de los EE. UU. en Johnson. Estos no causan daños apreciables. Los marines, bajo el mando del mayor Francis B. Loomis Jr. devuelven el fuego con sus cañones costeros de 5 pulgadas, lo que hace que el submarino se retire. Hay numerosos obreros civiles en la isla que rápidamente la están fortificando y esperan ser evacuados muy pronto.





Los estadounidenses sabían que el enfrentamiento con el Imperio del Japón era inevitable y esperaban ataques en Midway, Wake y Filipinas, y no se equivocaron. Midway fue bombardeada el 7 de diciembre de 1941 y al día siguiente, hace exactamente 80 años, fueron atacadas Wake y Filipinas.
Para los japoneses, Filipinas era estratégicamente importante por varias razones. Tomar el infinito archipiélago, privaría a Estados Unidos de una base avanzada en la región. También proporcionaría una base japonesa para los ataques a las Indias Orientales Neerlandesas, y aseguraría las líneas de suministro y comunicación entre el corazón del Imperio sus territorios conquistados.
Desde el año 1935, la Commonwealth de Filipinas era un estado libre asociado a los Estados Unidos y se había convertido en el bastión más importante del país americano frente a los vientos de guerra que soplaban en el Pacífico. Filipinas era además la base principal de la recientemente creada Fuerza Aérea del Lejano Oriente (FEAF), quizás el más grande obstáculo que se interponía en los planes japoneses de la conquista de los puntos estratégicos en el Pacífico.
Las Fuerzas de Defensa
Las fuerzas aliadas en Filipinas rondaban los 130.000 efectivos, aunque habían sido recientemente movilizados y prácticamente no tenían entrenamiento. La flota asiática estadounidense consistía en un crucero pesado, un crucero ligero, 14 destructores (la mayoría de la PGM) casi 30 submarinos y un número indeterminado de lanchas torpederas. La fuerza aérea disponía de 35 bombarderos B-17 Flying Fortress y 107 cazas Curtiss P-40 Warhawk. El comandante en jefe estadounidense, el general Douglas MacArthur, previendo lo que se avecinaba, había solicitado al ejecutivo aumentar las fuerzas a 200.000 efectivos y también duplicar los bombarderos y los cazas.
Las Fuerzas atacantes
El plan de ataque japonés estaba definido desde principios de noviembre de 1941. El teniente general Masaharu Homma comandaría el 14º Ejército, compuesto de 43.000 efectivos incluidos dos regimientos de tanques. El alto mando nipón estimó que la campaña no duraría más de cincuenta días por lo que a fines de febrero de 1943, las fuerzas de Homma deberían continuar su campaña teniendo como siguiente objetivo las Indias Orientales Neerlandesas (principalmente actual Indonesia)
El 5º Grupo Aéreo del Ejercito Imperial, al mando del teniente general Hideoshi Obata, compuesto por dos regimientos de cazas, dos de bombarderos ligeros y uno de bombarderos pesados, constaba en total de 500 aviones. La 11ª Flota Aeronaval comandada por el vicealmirante Nishizo Tsukahara, debería atacar y neutralizar en tierra a los aviones de FEAF y además apoyar el asalto anfibio.
Desde el mar, la 3ª Flota japonesa al mando de almirante Ibo Takahashi, debería proteger los desembarcos y controlar el mar en torno a estos. La 4ª División de portaaviones fue asignada como apoyo a los desembarcos y al ataque a tierra. Las fuerzas japonesas eran muy superiores cuantitativa y cualitativamente a las estadounidenses.
El Ataque
Las noticias del ataque a Pearl Harbor llegaron a Filipinas a las 02:20 hora local del 8 de diciembre de 1941. El general Lewis H. Brereton, comandante de la FEAF, sugirió a MacArthur que todos los aviones en Filipinas despegaran y ataquen las bases japonesas en Formosa, pero MacArthur se negó pero ordenó que todos los aviones despegaran para no ser sorprendidos en tierra. Para el mediodía, MacArthur cambió de criterio y todos los aviones del Campo Clark estaban preparándose para el ataque a Formosa.
Tarde. La primera oleada japonesa compuesta por 27 bombarderos Mitsubishi G3M2 “Nell”, descargó sus bombas contra los aviones estadounidenses en tierra. A esta oleada le siguió otra que bombardeó desde gran altura, lejos del alcance de las defensas antiaéreas. Por si fuera poco, después de la segunda oleada de bombarderos, aparecieron 34 cazas Mitsubishi A6M “Zero”, que en vuelo rasante terminaron de sembrar el caos y la destrucción en el indefenso campo Clark. Tres cazas Curtiss P-40 lograron despegar, siendo inmediatamente derribados y otros cinco lo fueron mientras despegaban. Aparecieron entonces cazas P-35 Seversky, que siendo más antiguos que los P-40 lograron derribar tres cazas Zero.
Los tres ataques japoneses fueron tremendamente efectivos, pues redujeron casi a la mitad el poder de la FEAF el primer día de la campaña. Los estadounidenses perdieron 17 de 35 bombarderos B-17, 53 cazas P-40 y 3 cazas P-35, así como también 30 aviones de entrenamiento. Las bajas estadounidenses fueron de 80 muertos y 150 heridos. El Campo Clark quedó seriamente dañado y casi inoperable. Las bajas japonesas fueron de 7 cazas.
El mismo día 8 de diciembre al mediodía, el almirante Hart fue consciente de que la defensa de Filipinas quedaba en sus manos, pues la Flota del Pacífico había sido neutralizada en Pearl Harbor horas antes. Entonces tomó la decisión de hacer zarpar no solo a los buques de guerra, sino también a la flota mercante y sacarlas de Filipinas, pues Japón controlaba el aire y el mar. Manila ya no era una base naval segura y no tardaría en ser bombardeada. En Filipinas solo quedaron 2 destructores, 25 submarinos y cerca de 25 lanchas torpederas.
Hace 80 años, la avanzada de las fuerzas japonesas desembarcó en seis puntos distintos de la isla de Luzón, principal isla del archipiélago filipino, con un total de 8.000 efectivos que aseguraron sus posiciones prácticamente sin oposición. La sorpresa había sido total.
La campaña de Filipinas recién comenzaba, pero contrariamente a lo que estimaba el alto mando nipón y especialmente el teniente general Homma, la campaña no duraría cincuenta días sino seis largos meses, donde se escribirían notables y tremendas páginas de la historia de la Gran Guerra de Asia Oriental.


Autor: Fortis 7 para Fortis Leader - The Pacific & Asia




FUENTES:
https://www.facebook.com/historiasgm/photos/a.105107930962361/476628077143676/

Historia de la Segunda Guerra Mundial


https://www.facebook.com/fortisleaderpacific/photos/a.115526410728720/217789233835770/

Fortis Leader - The Pacific & Asia


 





















Pedro Pablo Romero Soriano PS

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