XXXI Battaglione genio Guastatori (zapadores)

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Mucho se ha debatido sobre la conveniencia o no, de que Italia entrara en guerra en junio de 1940, pero sobre lo que no se debería discutir, es sobre el valor de los soldados italianos en el campo de batalla, demostrado a lo largo de casi 3 años de guerra. Muchas fueron las acciones en las que se distinguieron, despertando no solo la admiración de sus aliados alemanes, sino también la de sus enemigos. El propio Rommel se expresaba así respecto a ellos tras la primera Batalla de El Alamein:
"Es para mí un deber, como camarada y en particular como Comandante en Jefe de las unidades italianas, establecer con toda claridad que la culpa de las derrotas sufridas por ellas en los primeros días de julio delante de El Alamein no es de los soldados. El soldado italiano era voluntarioso, generoso, buen camarada y por sus condiciones había dado un rendimiento superior a la medida. Es preciso decir que las prestaciones de todas las unidades italianas, pero especialmente de las unidades motorizadas, superaron con mucho lo que el Ejército italiano ha hecho en los últimos decenios. Muchos generales y oficiales suscitaron nuestra admiración desde el punto de vista humano así como del militar.
La derrota de los italianos fue una consecuencia del entero sistema militar y estatal italiano, del mal armamento y del poco interés que muchas altas personalidades, jefes militares y hombres de estado, tenían por esta guerra. Con frecuencia, la insuficiencia italiana impidió la realización de mis planes. Generalmente, las causas de los inconvenientes que se notaban en el Ejército italiano eran éstas: por término medio, el mando italiano no estaba a la altura de la guerra del desierto, la cual requiere decisiones fulminantes y rapidísima ejecución de las mismas. El adiestramiento de la infantería no se correspondía con las exigencias de una guerra moderna. El armamento de la tropa era tan malo que ya por esta razón no podía sostenerse sin el apoyo alemán. Además de los defectos técnicos de los carros de combate italianos –alcance demasiado corto de los cañones y debilidad de los motores-, sobre todo la artillería, con insuficiente movilidad y longitud de tiro, ofrecía un claro ejemplo de mal armamento.
Las unidades estaban dotadas de armas anticarro en proporción totalmente insuficiente. El avituallamiento de las tropas era tan malo que los italianos con frecuencia tenían que pedir víveres a sus camaradas alemanes. Efectos particularmente nocivos producía la diferencia de trato en todo terreno entre el oficial y el soldado. Mientras la tropa debía alimentarse sin cocinas de campaña, muchos oficiales italianos no renunciaban a hacerse servir varios platos. Bastantes oficiales no consideraban necesario estar con las tropas durante un combate y ser su ejemplo.
Todo unido, no era para maravillarse que en el soldado italiano, por lo demás extraordinariamente sobrio y sin pretensiones, se desarrollaran complejos de inferioridad que en momentos de crisis lo hacían temporalmente inutilizable. En todas estas cosas no era de esperar modificaciones en el tiempo inmediato, aunque muchos comandantes inteligentes se esforzasen en ello con conciencia".


Esta es la historia de una de una de las unidades y de los hombres que la componían más desconocidas de la Guerra, el XXX Batallón de Zapadores.
El 18 de abril de 1941, las cuatro compagnie guastatori (la 1ª "Giaguaro", la 2ª "Lupo" la 7ª "Tigre" e la 8ª "Leone") con base en Civitavecchia con los voluntarios del 1er Curso, se reencuentran y constituyen el XXXI Battaglione Guadtatori (Batallón de Zapadores). Inicialmente operaron en varias zonas del norte de Italia y, posteriormente, durante los primeros días de abril de 1941, participan en la invasión del Reino de Yugoslavia donde tendrán las primeras bajas.
El batallón, con una dotación total de 1.300 hombres permaneció en Yugoslavia, con su cuartel general en Kastav (Croacia), hasta agosto siguiente, cuando regresó a Turín para reorganizarse y equiparse. Ese mismo mes toma el mando el Maggiore Dante Caprini. El 16 de septiembre 1941 el XXXI Batallón se embarca en Tarento en el transporte "Vulcania", desde donde llegan al norte de África desembarcando en Trípoli, siendo destinados al XXI C.A. a El Adem, (Marmarica).
Allí los zapadores, construyeron falsos fuertes rodeados de vallas y zanjas antitanque, realizando una intensa actividad de entrenamiento, que parecía a la antesala de su entrada en acción, y de hecho lo fue. El 18 de noviembre, la 2ª "Lupo" y la 7ª "Tigre" fueron asignadas a la 25ª Divisione fanteria "Bologna" al sureste de Tobruk, mientras que la 1ª "Giaguaro" y la 8ª "Leone" refuerzan la 17ª Divisione fanteria "Pavia" en el sector contiguo. Esa misma mañana, los británicos dieron inicio a la operación "Crusader", lanzando una ofensiva masiva e inesperada (la tercera) con el objetivo de liberar la plaza fuerte de Tobruk del asedio de las fuerzas italo-germanas. Tobruk había quedado rodeada por completo por tropas del Eje el 10 de abril de ese año, tras la victoria de los bersaglieri del colonnello Montemurro sobre la 3.ª Brigada India en El Mechili. Debía prepararse una línea defensiva que fuera sobrepasada por los blindados británicos. La situación era confusa, pero todos las fuerzas italianas, que según el plan enemigo deberían haber sido liquidadas en unas horas, soportan bien la embestida británica, entre ellos las compagnie guastatori, que se alinearon con la infantería y los artilleros, adaptándose a un tipo de combate para el que no habían sido entrenados. Las cargas destinadas a destruir los fuertes, acabarán por detener a los carros de combate británicos.



Por primera vez en Bel Hamed, un bastión en lo alto de una loma, la 7ª "Tigre", reforzada por un pelotón de infantería y cuatro carros de combate ligeros, repele un ataque de algunos carros de combate inmovilizándolos con cargas (cajas de madera llenas de cartuchos explosivos accionados con detonadores y mecha rápida) diseñada por el Sergente Maggiore Angiolo Campanella.
La batalla se vuelve cada vez más violenta, y el 28 de noviembre muchas unidades de la 25.ª Divisione fanteria "Bologne" empiezan a ceder, quedando la 2ª y 7ª Compagnie de quastatori prácticamente solas ante el enemigo. Recibida la orden de replegarse, se dirigen a Bu Hamud, donde el Maggiore Caprini los organiza en dos bastiones, de los que toma el mando, incluidos elementos de los 39° y 40° Regimientos de infantería y el 7° Regimiento Bersaglieri. Tras unos días, a estas fuerzas se les une las 1ª y la 8ª Compagnies guastatori
El 7 de diciembre, el XXXI Bataglione, que a pesar de las pérdidas aún mantiene una fuerza considerable, retrocede a pie hasta Ain el Gazala, a unos 60 km al oeste de Tobruk. El día 18 se ordena la retirada general, conocida como la "2ª retirada" y la XXXI, que se encuentra a unos 10 km al suroeste de la aldea de Berta, deberá llegar a la localidad de Barce a unos 200 km y, para ello, recibe unos camiones de la intendencia, pero son insuficientes para sus necesidades de transporte, en ese momento Caprini decide trasladar al batallón en dos traslados. A las 18 h salen las 7ª y 8ª Compagnies con algunos elementos de las otras dos. A la mañana siguiente, mientras los hombres y los materiales eran cargados en los camiones que regresaban de Barce, un ataque sorpresa llevado a cabo por vehículos blindados británicos provocó el cerco de casi todos los zapadores. Tras resistir e intentar romper el cerco, las 1ª y 2ª Compagnies son hechas prisioneras. Solo en el día 19 de diciembre de 1941, en el XXXI, entre muertos, desaparecidos y capturados, se pierden un total de 8 oficiales, 19 suboficiales y 171 soldados, incluido su comandante, el colonnello Caprini.
El mando lo asume el Capitano Chiolero, el golpe para el Batallón es terrible, pero los guastatori conservan su orgullo y desde el 23 de diciembre vuelven a estar en primera línea junto a la 17ª Divisione fanteria "Pavia". El nuevo comandante procede con la reorganización del batallón que, desde su llegada a Trípoli, ha perdido un total de 362 hombres (15 oficiales, 27 suboficiales y 320 soldados). Con los supervivientes de la 1ª y 2ª Compagnies se forma una nueva, la 1ª "Giaguaro" con efectivos reducidos.


El Bataglione, ahora con tres compañías (la 1ª "Giaguaro", la 7ª "Tigre" y la 8ª "Leone"), puede aprovechar un período de calma para reorganizarse y recuperarse. Pero, casi como si se tratara de una burla del destino, uno de los episodios más trágicos ocurre precisamente en este período. El 3 de abril de 1942, los guastatori descansan en algunas granjas de la aldea de Luigi di Savoia en Mingenes. Un remolque, cargado de armas, municiones y ropa, estacionado cerca de un depósito de municiones, se incendia repentinamente. Algunos zapadores se apresuran a moverlo empujándolo. El tenente Di Lorenzo intenta dirigir el remolque, pero el intento es en vano y ocurre lo peor: una tremenda explosión golpea toda la zona. El Capitano Chiolero, que se dirigía al lugar del accidente, es golpeado en el pecho por un trozo metálico y es arrojado violentamente contra el suelo, muriendo instantáneamente. Otros dos oficiales y 19 suboficiales y soldados mueren con él y muchos más resultan Varios heridos. El golpe es muy duro pero los acontecimientos no permiten lamentos. El mando del batallón lo asume el capitano Renato Amoretti, quien retoma el entrenamiento.
En mayo de 1942, da inicio la ofensiva ítalo-alemana, y tras un período de acciones violentas y alternancia de ataques y contraataques, se avecina el colapso británico. El XXXI Bataglione opera al sur de Tobruch con dos Compañías en línea y una en reserva. La 7ª "Tigre" y la 8ª "Leone", adscritas respectivamente a las 132ª Divisione corazzata "Ariete" y 101ª Divisione motorizzata "Trieste", durante la noche del 20 de junio, tras acercarse a las posiciones enemigas desde el sureste, realizan febrilmente los últimos preparativos para el ataque y al amanecer comienza la acción. Ni el fuego pesado de la artillería, ni el de las armas automáticas, ni los campos de minas, ni ningún otro dispositivo de defensa pueden detenerlos, todos los obstáculos son neutralizados por los zapadores. Abriendo huecos en campos de minas y cercas a pesar de la lluvia de balas, cruzan la zanja antitanque, aplican cargas explosivas a las posiciones de hormigón armado y las hacen estallar. Con el lanzamiento cercano de granadas de mano y los mortíferos lanzallamas eliminan la última resistencia y conquistan tres fuertes de la primera fila, por donde los Bersaglieri y la infantería pueden lanzarse al ataque. A las 7 h del 21 de junio, el bastión de Tobruk, a pesar de la hábil organización defensiva, los profundos campos de minas, las alambradas, las zanjas antitanques, cae. Más de 30.000 hombres de la guarnición son capturados, los guastatori italianos entran en la leyenda. De los boletines de guerra de la época se puede leer:
"... .. para irrumpir en los fuertes de primera línea son los guastatori del XXXI batallón seguidos por la infantería..."
Incluso el muy condecorado capellán del batallón, el padre Luciano Usay, participa en el ataque para apoyar y ayudar a los guastatori. Entre los muchos ejemplos de guastatori que, aunque heridos varias veces, continúan en la acción, cabe mencionar al caporal de diecinueve años del 10° Raggruppamento speciale genio guastatori, Giovanni Leccis que perdió la vida en el ataque final, quien será galardonado con la Medaglia d’Oro al valor militar en memoria con la siguiente motivación:
"De temperamento único por el ardor, la disciplina y el ascendente, siempre voluntario en las hazañas más duras, se distinguió varias veces en la defensa hasta el amargo final, dejando que los elementos enemigos avanzados se acercaran para luego aniquilarlos con el infalible disparo de sus armas y bombas. Elegido para el asalto a una posición fuerte y destinado al sector más delicado, se lanzó generosamente a la cabeza de sus hombres, tranquilo y despectivo en medio de la furiosa reacción enemiga. Después de haber identificado y desarmado varias minas que impedían el acceso a las alambradas, llegó primero debajo de ellas y atrajo el fuego sobre sí mismo creando, con un preciso lanzamiento de granadas de mano, una cortina de humo. Habiendo visto caer a un compañero que llevaba explosivos, tomó posesión de su dispositivo y lo encendió, con el suyo, debajo de la cerca, creando una primera brecha. Luego, con ímpetu vehemente, llevó otro tubo para ensanchar la brecha siendo herido por una bala. Sangrando, reunió con supremo esfuerzo todas sus fuerzas, ya exhaustas, y el compañero que se le había acercado para ayudarlo, rechazando con desdén cualquier tratamiento, le arrebató el tubo explosivo de la mano, se dirigió de nuevo bajo las alambradas y encendió la tercera carga. En la culminación del gesto sublime, un disparo de cañón antitanque lo alcanzó en el pecho, humedeciendo las invocaciones a la Patria en sus labios y aplastando a la ardiente juventud en la visión de la victoria. Brillante ejemplo de un momento digno de los héroes legendarios de la tierra de Cerdeña. Frente Tobruk, 20 de junio de 1942".
A finales de junio de 1942, el Maggiore Paolo Caccia Dominioni asumió el mando del XXXI Battaglione, mientras que el capitano Amoretti volvió a comandar la 8ª Compagnia "Leone". Después del 21 de junio, los guastatori, así como las demás unidades italianas y alemanas, disfrutan del enorme botín de armas, materiales y equipo capturados en la batalla de Tobruk y en la posterior persecución hacia Marsa Matruh.

África del Norte 1940.
Soldados italianos (Bersaglieri), arrían la bandera británica de un puesto en Marsa Matruh luego de ser conquistada

Precisamente en aquellos días, para ayudar a la aviación a diferenciar a los vehículos británicos capturados y utilizados por las tropas del Eje que avanzaban y los utilizados por los británicos en retirada, se ordenó a todos los departamentos de tierra que adoptaran una marca que se colocaría de forma claramente visible en sus vehículos. El XXXI Bataglione quita el verde de una bandera nacional y cubre el capó de uno de sus vehículos con una tela roja y blanca. Esta, enriquecida por el gladius superpuesto a la bomba llameante que embellecen en el brazo izquierdo, será en adelante la insignia de los guastatori del XXXI. El lema "LA VA A POCHI" (va unos pocos) asumido en aquellos días por el batallón, indica que la vida del guastatori es sólo para unos pocos, la vida de unos pocos elegidos.
El 22 de agosto llegan a Tobruk los 72 supervivientes del XXXII Battaglione, disuelto el 1 de agosto al ser prácticamente aniquilado en combate, llevándoles su preciosa flota de vehículos. El 24 de agosto, el XXXI Battaglione, con los nuevos hombres y vehículos, es reasignado al XXI Corpo d'Armata y trasladado al frente. La mitad de la 7ª "Tigre" se une a la "Bologna" y el 1º "Giaguaro" a la "Trento", participandi en un ataque preparado por Rommel para probar la resistencia del oponente. Mientras, la otra mitad del 7ª y la 8ª "en su totalidad," quedan en reserva.
En la noche del 29 al 30 de agosto de 1942 los zapadores de la 1ª Compagnia del Tenente De Rita y de la 7ª del Tenente Santini se abren paso mediante explosivos en los profundos campos de minas británicos, atacandi las posiciones enemigas con cargas explosivas y lanzallamas (utilizados para el primera vez en un ataque nocturno), capturando a unos cincuenta prisioneros. El 31 de agosto los zapadores son retirados y el batallón vuelve a reunirse, su dotación en ese momento es de 22 oficiales y 295 hombres entre suboficiales y tropas, además de 14 vehículos. Por el encomiable y heroico comportamiento de los zapadores a lo largo de este ciclo operativo, el batallón recibió la Medaglia di Bronzo al Valor Militar.
"Durante doce meses de actividad bélica ininterrumpida, siempre primero en el sacrificio, en la defensa indefinida como en el ímpetu del asalto victorioso, encontró en el orgullo de las pérdidas sangrientas sufridas, la más noble consagración del deber y la gloria. (Marmarica, noviembre-diciembre de 1941 ; Tobruk, mayo-junio de 1942; El Alamein, agosto de 1942)".


Nos acercamos a la batalla final, Rommel intenta el último asalto a las líneas británicas, sabe que a estas alturas ya no tiene fuerzas suficientes para atacar y de hecho espera el previsible contraataque. Para compensar, al menos en parte, la disparidad cada vez más marcada entre sus propias fuerzas y las de sus oponentes, decide dar el máximo desarrollo al tendido de minas, rodeadas de gaviones de alambre de púas, llamadas por los alemanes "los jardines del diablo" y por para ello el XXXI Battaglione Guadtatori, que el 16 de octubre pasa a ser asignado al X Corpo d'Armata, empieza a ponerse en tan peligrosa labor. El trabajo es ingrato ya que se trata de manipular minas de todo tipo, a veces desconocidas, muy a menudo recuperadas, a veces dañadas y, siempre, peligrosas y traicioneras. Pero los zapadores, como es su costumbre, se lanzan audazmente a la actividad no deseada, comprendiendo su importancia en un momento tan particular. Cada uno presagia el acercamiento del gran evento, lo que pasará a la historia como la mayor acción de la guerra en el norte de África: la última batalla de El Alamein. Nada, mejor que el informe redactado por el comandante del batallón, mayor Paolo Caccia Dominioni, puede recordar los hechos de aquellos días:
"Durante cuatro días, es decir, desde que llegamos al X Corpo d'Armata, hemos estado instalando campos de minas en posiciones avanzadas. El trabajo se realiza de noche. Durante el día se preparan minas y se realizan algunos reconocimientos en los sectores donde pueden proceder las patrullas de unos pocos hombres sin despertar una reacción enemiga excesiva. Decepción de los zapadores por su uso. La salida del anterior cuartel general había sido ordenada y ejecutada con tanta urgencia como para deducir la posibilidad de una nueva ofensiva súbita, en la que el batallón habría tenido la tarea habitual de asalto. Esto había emocionado a todos los hombres. La euforia de la partida, beligerantemente visible en todos los rostros, nos había hecho olvidar nuestro principal sufrimiento, la disentería".


Desde Italia, los accesorios patentados del 5° Reggimento genio di Banne (Ts) llegan al XXXI Battaglione, cuyo número de efectivos asciende a 610 hombres en total. El 23 de octubre de 1942, precedido por un aterrador bombardeo de la artillería enemiga, el 8.º Ejército británico de Montgomery desató la ofensiva decisiva, apoyándose en una aterradora superioridad en hombres y medios. El batallón está a disposición de la 185ª Divisione paracadutisti "Folgore".
La enérgica defensa logra frustrar cualquier intento enemigo de traspasar las líneas de defensa italo-germanas en ese sector, pero por desgracia, el enemigo irrumpe hacia el norte y comienza el cerco. Por la noche llega la orden de retirada. El XXXI, con 13 camiones sobrecargados de material y una parte de los hombres, inició la retirada. Habiendo llegado 157 hombres al desierto de El Qattara, una parte de los materiales, que excede la capacidad de transporte de los vehículos, debe ser destruido. A las 19 h del 3 de noviembre, el batallón se dirige hacia el norte por una pista desértica en un intento de llegar a la carretera de la costa.
A las dos horas, se descarga más material para dar cabida, en los 12 vehículos, a aproximadamente un tercio de los 511 soldados supervivientes que, hasta ese momento, habían marchado a pie. Perseguido por un grupo de vehículos blindados británicos, el XXXI abandona la pista y se dirige hacia el oeste, hacia el desierto. El 5 de noviembre, en una maniobra desesperada y gracias a una violenta y repentina acción de fuego, consigue escapar de un primer ataque de vehículos británicos. A las 14 h, mientras la columna baja por una loma, unos carros de combate británicos intentan cortarla. La 8º "Leone", un pelotón de la 1ª "Giaguaro" y algunos supervivientes del XXXII Bataglione, que cubren la retaguardia, son interceptados y capturados en movimiento sin posibilidad de combatir. El Maggiore Caccia Dominioni, que se dirigía a inspeccionar la parte trasera de la columna con una camioneta, rápidamente da marcha atrás y, perseguido por ráfagas de ametralladoras, toma los 8 camiones que ya pasaron milagrosamente, y logran escapar de la captura.



Abandonando material, y con el escaso combustible aún disponible, los restos del XXXI se dirigen hacia el noroeste, llegando en la tarde del 6 de noviembre a la carretera de la costa. El día 8 están en Tobruk, la temida fortaleza conquistada solo unos meses antes tras un largo año de asedio. La fuerza del batallón se reduce a 321 hombres, habiendo perdido 99 hombres en el frente de El Alamein y, en la retirada, por captura en movimiento, los restantes. La retirada continúa hasta el 17 de noviembre, cuando el batallón se detiene en Sidi el Azar. El Maggiore Caccia Dominioni, por razones de salud, deja el mando al Capitano Piero Santini y regresa a Italia. En enero de 1943, el XXXI, que ahora enmarca a los supervivientes en sólo dos compañías, la 1ª y la 7ª, inicia el último ciclo operativo en Túnez, donde las fuerzas italo-germanas se ven obligadas a retirarse tras el desembarco angloamericano operación Torch) en África en noviembre de 1942 occidental. .
En marzo de 1943, el batallón, ahora comandado por el Capitano Santoro Secolo, asignado a las divisiones 16ª Divisione fanteria "Pistoia" y la 80ª Divisione fanteria "La Spezia", volvió a estar en línea participando en las operaciones en el frente de Mareth. En la madrugada del 31 de marzo, el campamento de la 1ª Compagnia "Giaguaro" es sometido a la acción de armas automáticas. El comandante de la compañía, el tenente Emmanuele Borgognone, resulta herido en el brazo.
Posteriormente, el batallón, sufre violentos y continuos bombardeos, y se retira hacia el norte. El último grupo, ahora de solo unas pocas docenas de hombres, se ve abrumado en Enfidaville (Túnez) con los indomables combatientes del 1ª Armata del general Giovanni Messe, último en deponer las armas el 13 de mayo de 1943, poniendo fin a dieciocho meses de campaña.
Además de las numerosas recompensas por valor militar otorgadas a nivel individual, el XXXI Battaglione Guadtatori recibió, además de la Medaglia di Bronzo, a Medaglia d'Argento por valor militar demostrado en las acciones de marzo-noviembre de 1942 en el norte de África.



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Pedro Pablo Romero Soriano PS

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