Cerco de Kiev: Mikhail Kirponós muere con las botas puestas (1941)

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Nos acercamos al final de la batalla de Kiev, la Stavka desautorizaba cualquier repliegue, luego cambiaría la decisión cuando ya sería muy tarde. Con los ejércitos soviéticos cercados, en las últimas horas, Nikita Jruschov y Semión Timoshenko salvan el pellejo y logran zafar del caldero. Pero Mikhaíl Kirponós no. El comandante del frente y su Estado Mayor intentarán romper el cerco...
Al general soviético Mikhail Kirponós la segunda guerra lo encontró en la línea del frente como Comandante del Frente Sudoeste con sede en Kiev. El ataque sorpresa de Alemania contra la Unión Soviética jugó un papel trágico. A mediados de septiembre de 1941, las tropas alemanas, en un colosal movimiento de pinzas alrededor de Kiev habían embolsado una gran cantidad de tropas rusas.
Cuando era más que obvio la necesidad de entregar la ciudad a los invasores, llegó la orden de ejecutar una retirada bien organizada, dictada por la Stavka. Pero la decisión del comando Supremo llegó muy tarde. Como resultado de la sangrienta batalla en el corazón de Ucrania quedaba un saldo de cientos de miles de bajas rusas. Más de 600.000 soldados soviéticos quedaron atrapados en el cerco de Kiev. Esta sería la mayor catástrofe militar de 1941, la razón no radicó tanto en la capacidad de respuesta, sino en la lentitud para la toma de decisiones cruciales.
En la noche del 19 de septiembre, Mikhail Kirponós ordena a todas las tropas, actuando con decisión, tratar de salir del "cerco". Para complicar la situación, se pierde la conexión con otros ejércitos y con el staff del general. Kirponós recibió la orden de organizar varios grupos de avance bajo el mando de oficiales de personal: I. Bagramyan, Rogachev, etc. en el área del asentamiento Sencha-2.

La noche del comienzo del movimiento de las tropas que iban con Kirponós, con los comandantes, personal, equipo militar: vehículos blindados, cañones, ametralladoras, conformaban una extensa columna. Pero al mover un gran convoy militar, su movimiento fue registrado por el reconocimiento aéreo alemán. Entonces Se decidió establecerse al sudeste de la granja de Drukowane (región de Poltava) en un área boscosa con un gran barranco. Por la mañana, sin embargo, las posiciones soviéticas fueron atacadas por 16 tanques alemanes. En apenas en un breve lapso de tiempo, se destruyeron vehículos blindados y cañones rusos. Avanzó la infantería alemana, que abrió fuego de mortero pesado en todo el barranco. Lo que sucedía para aquel momento tenía tintes de carnicería.
Los acontecimientos dramáticos en la granja Drukowane continuaron desarrollándose desfavorablemente para los rusos. El fuerte bombardeo no deja ninguna posibilidad de sobrevivir en este infierno de fuego. Mikhail Kirponos, encontró la única salida, contraatacar con todo el personal disponible. "Los generales con fusiles, granadas y cócteles molotov junto con todas las tropas que quedaban fueron a la carga irremediablemente destinada al sacrificio. Pero las fuerzas eran desiguales. Bajo el fuego fulminante de los alemanes varias veces tuvieron que retroceder hacia el barranco", recordaría el comisario político V. Zhadovskij. En esta batalla, la muerte reclamó al mismo comandante General Kirponós del Frente Suroeste, al jefe de Estado Mayor de Kirponós, al General V. Tupikov, al Presidente del Soviet Supremo de la SSR ucraniana M. Burmistenko, y otros oficiales de alto rango. Esta sería quizás el único ejemplo de participación del generalato, en lucha a pie, durante la historia de la Segunda Guerra Mundial.

Los oficiales supervivientes, antes del entierro del comandante, rasgaron todas las insignias del general y les prendieron fuego junto con un abrigo de lana. Los alemanes a ese momento no sabían que habían caído en combate altos cargos de la oficialidad soviética...



Liquidación de la Bolsa de Kiev: La muerte de Mijaíl Kirponós, 20 de septiembre de 1941

Pasamos de mediados de septiembre de 1941. Nos acercamos al final de la batalla de Kiev, el Stavka desautorizaba cualquier repliegue, en la hora postrera llegaría la autorización, pero ya era muy tarde. Con los ejércitos soviéticos cercados, en las últimas horas, Nikita Jruschov y Semión Timoshenko salvan de milagro y logran zafar del cerco. Pero Mijaíl Kirponós no. El comandante del Frente Sudoeste y su Estado Mayor intentarán romper el cerco. Cuando era más que obvio la necesidad de entregar la ciudad a los invasores, llegó la orden de ejecutar una retirada bien organizada, dictada por el Stavka. Pero la decisión del Comando Supremo llegó muy tarde.
En la noche del 19 de septiembre, Kirponós decidió actuar por su propia voluntad y ordenó a los rodeados ejércitos 5°, 21°, 26° y 37° que atacaran hacia el este a través del cordón blindado de los alemanes, mientras que los Ejércitos 38° y 40° protegían los flancos del cordón atacando hacia Romny y Lubny. Sin embargo, una retirada organizada era imposible ya que las fuerzas de Kirponós estaban siendo atacadas por todos lados. Sufriendo fuertes pérdidas, privados de suministros y sin mando ni control, las fuerzas de Kirponós fueron separados en segmentos aislados y hechas trizas por el cada vez más férreo cerco alemán. Los restos del 26° Ejército de Kostenko fueron los que más resistieron cercados en la región de Orzhitsa hasta el 26 de septiembre. Mientras tanto, el 37° Ejército de Vlasov se sostuvo luchando cercado hasta los días 21 y 23 de septiembre, en dos sectores, uno entre a 10 y 15 kilómetros al sureste de Kiev y el otro a entre 40 y 50 kilómetros en la misma dirección. El Grupo Piriatin, compuesto por 5° Ejército de Potapov y el 21° Ejército del teniente general V. I. Kuznetsov lucharon hasta el 25 de septiembre. A partir de entonces, una parte del 5° Ejército con el estado mayor de Potapov contactó con el estado mayor de Kirponós y trató de penetrar hasta Piriatin, mientras que los remanentes de los demás ejércitos trataban de escapar de la trampa como podían en pequeños grupos.
Mientras se desarrollaba el drama de los pantanos y las ciénagas al este de Kiev, el Stavka despachaba mensajes frenéticos exigiéndole al infortunado Kirponós que aclarase la situación: “Directiva 002202 del Stavka VGH al Consejo Militar del Frente Sudoeste, 21 de septiembre de 1941, el Stavka del Mando Supremo exige que usted informe inmediatamente: 1.- ¿Sus fuerzas han abandonado Kiev o no?, 2.- Si Kiev ha sido abandonada ¿se han destruido o no los puentes?, 3.- Si los puentes han sido destruidos, entonces ¿Quién asume la responsabilidad de esa destrucción?...firmado: Shaposhnikov.
La respuesta fue un silencio absoluto. Habiendo perdido todas las comunicaciones con sus ejércitos subordinados, el cuartel general de Kirponós y las tropas del 5° Ejército que marchaban con él lograron llegar a la granja Driukovshchina, 15 km al suroeste de Lojvitsa a última hora del 20 de septiembre. Allí, la 3° División Panzer atacó a la columna soviética, capturando al General V. N. Sotensky, comandante de artillería del 5° Ejército, y empujando al resto de la columna hacia el cercano bosque de Shumeikovo. Lo que siguió allí fue una terrible batalla, Kirponós, Potapov, sus principales oficiales de estado mayor y unos 2 000 soldados lucharon durante casi cinco horas. El nutrido fuego alemán sobre las posiciones soviéticas no dejaba ninguna posibilidad de sobrevivir en este ataque demoledor. Mijaíl Kirponós, en una medida desesperada contraatacaba con toda la tropa disponible. “Los generales con fusiles, granadas y cócteles molotov junto con todas las tropas que quedaban fueron a la carga irremediablemente destinada al sacrificio. Pero las fuerzas eran desiguales. Bajo el fuego fulminante de los alemanes varias veces tuvieron que retroceder hacia el barranco”, recordaría el comisario político V. Zhadovskij.
Proyectiles de mortero alemanes explotaban por todas partes, y, aunque Kirponós rápidamente resultó herido, continuó dirigiendo sus magras fuerzas en la batalla. De pronto Kirponós fue impactado por un fragmento de proyectil, en el pecho [otra versión indica que fue en el costado del cuerpo] cuando se encontraba junto al miembro del Consejo [comisario], M. A. Burmistenko, desplomándose en el acto. Kirponós murió en dos minutos. Los oficiales supervivientes, antes del entierro del comandante, rasgaron todas las insignias del general y les prendieron fuego junto con un abrigo de lana. Los alemanes en aquel primer momento no sabían que habían caído en combate altos cargos de la oficialidad soviética. Aparte de la muerte del comandante del Frente Sudoeste soviético, también murieron el jefe de Estado Mayor de Kirponós, al General V. Tupikov, al Presidente del Soviet Supremo de la SSR ucraniana M. Burmistenko, y otros oficiales de alto rango. Este fue un raro episodio de participación del generalato, en lucha a pie, durante la Segunda Guerra Mundial.


Soldados de las Waffen SS cerca de una ametralladora MG-34 durante los combates de la Batalla de Kiev. Ucrania, septiembre de 1941


Dos soldados alemanes miran a Kiev desde el tercer nivel del campanario de Kiev-Pechersk Lavra. En el fondo está el puente Navodnitsky destruido que cruza el Dnieper. Ucrania, 22 de septiembre de 1941





FUENTES:
https://www.facebook.com/photo/?fbid=463799232437924&set=a.418790153605499
https://m.facebook.com/historiasgm/photos/a.105107930962361/184502103022943/?type=3
(Historia de la Segunda Guerra Mundial)
Fuentes:
“Fallen Soviets General – Soviet General Officers Killed in Battle” de Aleksander A. Maslov (2016)
“Operation Barbarossa – Hitler´s Invasion of Russia 1941” de David Glantz (2011)




























Pedro Pablo Romero Soriano PS

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