“Operación Marte” en contexto

0

 


La postura del historiador británico Anthony Beevor en clara oposición a lo postulado por David Glantz, defiende la naturaleza de la "Operación Marte”, manifestando que esta no era más que una ofensiva en respaldo a la “Operación Urano” sobre Stalingrado. Beevor nos dice que el principal objetivo de “Marte” era asegurarse de que ni una sola división alemana pudiera ser “trasladada desde el sector central del frente al sector sur [Stalingrado]”. Aunque Zhúkov era responsable de la supervisión de esta operación como representante del Stavka, dedicó mucho más tiempo a planificar la “Operación Urano” que la “Operación Marte”. Zhúkov pasó los primeros diecinueve días en Moscú, solo ocho y medio en el Frente Kalinin del sector central del frente oriental, y ni más ni menos que cincuenta y dos en el eje de Stalingrado. Solo esta circunstancia indica que “Marte” fue una operación secundaria, a pesar de que en ella se desplegaran seis ejércitos.
A juicio de los especialistas en la historia militar de Rusia, el factor que demuestra de manera concluyente que la “Operación Marte” fue una maniobra de diversión y no, como ha sostenido David Glantz, una operación de la misma categoría que la otra, es la asignación de munición de artillería. Según el general del ejército M. A. Gareev, de la Asociación Rusa de Historiadores de la Segunda Guerra Mundial, la ofensiva “Urano” recibió “entre 2,5 y 4,5 cargas de munición [por cañón] en Stalingrado, frente a las menos de 1 carga asignadas en la Operación Marte”. Este sorprendente desequilibrio nos habla de un curioso desprecio de la vida humana por parte del Stavka, que estaba dispuesta a enviar a seis ejércitos al combate con un apoyo insuficiente de la artillería con el único fin de mantener ocupado al Grupo de Ejércitos Centro durante la maniobra de envolvimiento de Stalingrado.
Según un superespía, el general Pavel Sudoplatov, esa actitud despiadada fue absolutamente cínica. Cuenta cómo los detalles de la inminente Ofensiva de Rzhev fueron comunicados deliberadamente a los alemanes. La Administración de Misiones Especiales del NKVD y los servicios de inteligencia militar del GRU (oficina de inteligencia) habían preparado conjuntamente la Operación Monasterio, consistente en una infiltración en la Abwehr alemana. Aleksander Demyanov, nieto del caudillo de los cosacos de Kubán, había recibido del NKVD la orden de dejarse reclutar por la Abwehr. El Generalmajor Reinhard Gehlen, jefe de los servicios de inteligencia alemanes para el frente oriental, le dio el nombre clave de Max y llegó a decir que era su mejor agente y que había organizado una excelente red de espías. Pero la organización clandestina de simpatizantes anticomunistas de Demyanov estaba controlada completamente por el NKVD. Max hizo “defección” y cruzó las líneas en esquís durante el caos del contraataque soviético de diciembre de 1941. Como los alemanes ya lo habían identificado como probable agente en tiempos del pacto germano-soviético, y además su familia era bien conocida en los círculos de los emigrados Blancos, Gehlen no dudó en confiar ciegamente en él. Max se lanzó entonces en paracaídas detrás de las líneas del Ejército Rojo en febrero de 1942 y no tardó en empezar a transmitir por radio informaciones plausibles, pero inexactas, proporcionadas por los miembros del NKVD que lo controlaban.
A primeros de noviembre ya estaban bastante avanzados los preparativos para la “Operación Urano” en las proximidades de Stalingrado y el ataque diversivo de la “Operación Marte”, cerca de Rzhev. Max recibió entonces la orden de dar a los alemanes detalles sobre “Marte”. “La ofensiva anunciada por Max en el frente del centro cerca de Rzhev”, escribe el general Sudoplatov, jefe de la Administración de Misiones Especiales, “fue planificada por Stalin y Zhúkov para distraer a los alemanes y obligarlos a desplazar sus esfuerzos de Stalingrado. La desinformación entregada por Aleksander fue mantenida en secreto incluso para el general Zhúkov, y a mí me la comunicó personalmente el general Fedor Fedorovich Kuznetsov, del GRU, en un sobre lacrado… Zhúkov, que no sabía que este juego de desinformación estaba jugándose a sus expensas, pagó un alto precio con la pérdida de miles de hombres a su mando”.


FUENTE:

https://www.facebook.com/historiasgm/photos/a.105107930962361/477678173705333/

Historia de la Segunda Guerra Mundial

“La Segunda Guerra Mundial” de Anthony Beevor (2014)























Pedro Pablo Romero Soriano PS

Entradas que pueden interesarte

Sin comentarios