Fotografía coloreada por FGF Colourised. En ella vemos a tropas italianas en retirada en Scelyakino. Fotografía tomada por el teniente Roberto Cacchi, autor de numerosas y valiosas evidencias fotográficas en color de la trágica expedición a Rusia, un veterano superviviente de la 2ª División Alpina "Tridentine", 6º Regimiento Alpini bajo el mando del Coronel Paolo Signorini, Batallón Verona. URSS, Fotografía, URSS en invierno de 1942. (Foto de Fototeca Gilardi / Getty Images)
El 16 de diciembre de 1942, comienza la️ Operación Pequeño Saturno.
Mientras los alemanes intentaban ayudar al asediado 6° Ejército en Stalingrado; el alto mando soviético notó que podía reaccionar con rapidez ante este movimiento alemán.
Aunque se había subestimado la capacidad de combate de los teutones, Vasilevsky; ideó el nuevo movimiento soviético, llamado "Malvyy Saturn" o Pequeño Saturno: destruir al 8° Ejército italiano, llegar hasta Rostov y así aislar a los Grupos de Ejército Don y Cáucaso.
El 16 de diciembre de 1942, el 1° y 6° Ejército de la Guardia se lanzaban sobre el 8° Ejército italiano. Un día después se le uniría el 3° Ejército de la Guardia. Aunque ante toda creencia, los italianos aguantaron la embestida soviética por 3 días, infligiendo grandes bajas, pero después los soviéticos rompieron las líneas defensivas italianas y los cuerpos blindados soviéticos marchaban hacia el cruce de Kantemirovka, la principal base de suministros de Millernovo, los aeródromos y enlaces ferroviarios en Tatinskaya y Morozovsk.
La situación estaba complicada para los germanos, pero siendo realistas, esta ya venía así de días anteriores. Les digo porqué:
Después de los progresos alemanes en el sector gracias a Wintergewitter, y que los soviéticos salieran de la conmoción inicial, el Svatka decidió mandar fuerzas al área, para contener el avance germano. Se enviaron fuerzas blindadas para desbaratar los planes alemanes. En la aldea Verkhne-Kumsky había un cruce de carretera, el único en la región, lo cual lo hacía un importante punto estratégico.
En inmediaciones había llegado un centenar de tanques de la 6ª División Panzer. Estos fueron atacados por casi la misma cantidad (un poco más, 150 tanques más o menos), pertenecientes a la 55ª Brigada de Tanques y del 4° Cuerpo Mecanizado.
Durante todo el día se libró una intensa batalla, tanto blindada como de infantería. Al final de la jornada, los soviéticos lograron rechazar a los alemanes que tuvieron que retroceder hasta Valivsky. Este traspié fue un duro golpe para los alemanes que acudían a socorrer a sus camaradas en Stalingrado. Era la primera vez que retrocedían. Y, sumado al estancamiento de la 23ª División Panzer en Krugliakov, fue una estocada al plan alemán. Que la punta de lanza no avanzara, significaba que para llegar a Stalingrado le llevaría más tiempo, justamente ese tiempo que no tenían ni las tropas de Manstein, ni la de Paulus.
Esta demora fue como un oasis para los soviéticos, porque si bien de antemano ya habían movilizado fuerzas para detener a los alemanes, este revés les aseguraba que sus tropas llegarían a tiempo, el Frente Stalingrado enviaba al área al 2° Ejército de Guardias (el ejército más poderoso con el que contaban los soviéticos).
Volviendo a la fecha y a Pequeño Saturno, 24° Cuerpo Blindado de Badanov avanza en dirección al aeródromo de Tatsinskaya. Este era el principal punto de partida de los aviones alemanes hacia la Caldera en el famoso "puente aéreo", esta fue una maniobra magistral de los soviéticos.
Ante el peligro que acarreaba Pequeño Saturno (rodear a todo el Grupo de Ejército A), y la posible caída de Tatsinskaya; Manstein, reaccionó a tiempo y ordenó a sus tropas, el día 17, a volver a avanzar hacia Stalingrado.
Para el empuje final llegó la 17ª División Panzer. Esto le da "frescura" al ataque alemán. Pero no el suficiente. Si bien se logra recapturar el terreno perdido ante los soviéticos 48 hrs. atrás (se recaptura Tatsinskaya y se conserva Millernovo), las tropas alemanas están mostrando signo de cansancio. Además las pérdidas materiales son altas y no cuentan con suficientes reemplazos. También la munición y el combustible empieza a escasear. Pese a todo, la maniobra de Manstein estabilizó el flanco izquierdo del Grupo de Ejército Don.
Pequeño Saturno fue un golpe de nocaut. Esta operación logró sembrar la duda en Manstein: elegía la seguridad de su Grupo de Ejército y la situación estratégica en el sur de la URSS o seguía en su camino a salvar el 6° Ejército arriesgándolo todo.
A Manstein le preocupaba los avances soviéticos al oeste y sur, las pocas fuerzas que tenía su Grupo de Ejército y que un envolvimiento soviético significaría el fin de todo los ejércitos alemanes en el sur. La mejor opción; era mantener al 6° Ejército atrapado en Stalingrado y así mantener ocupado a los 7 Ejércitos soviéticos para poder reorganizar el Ejército Don, evitar la toma de Rostov y empezar y cubrir la retirada del Grupo de Ejército A, aunque suene mal, se eligió condenar al 6° Ejército en pos de mejorar la situación alemana de cara al futuro.
Pequeño Saturno terminó de condenar a Paulus y sus tropas, y las consecuencias de este abandono (así lo sintieron varios soldados en "Der Kessel") perdudarían en la cabeza de las futuras tropas que empezarían a ser cercadas por el rodillo soviético.
El 17 de diciembre, el general Vatutin, consciente del escaso progreso de sus tropas, decidió el uso de su reserva blindada, sumando al ataque dos cuerpos de ejército blindados. Al cerrarse el día, el derrumbe de las posiciones italianas era un hecho. Pese a perder cerca del 20% de sus blindados los soviéticos consiguieron romper el frente del Don en una extensión de unos 60 km de ancho y 40 de profundidad. Mientras, los supervivientes italianos se retiraron en desbandada dejando aislado al Panzerkampfgruppe Maempel en Filinovo, que trató en vano de contener el aluvión soviético. Esa noche se ordenó el envío de refuerzos para tratar de cerrar la brecha, la División alpina “Julia”, elementos de la 27ª División Panzer y de las divisiones de infantería alemanas 385ª y 387ª.
Al amanecer del día 18, viendo la situación de huida generalizada de las tropas italianas, el Grupo de Ejércitos B ordenó el repliegue del II Cuerpo de Ejército italiano. Algunas unidades intentaron defender poblaciones en la retaguardia, pero la superioridad de los atacantes, sobre todo en medios blindados, hizo que uno tras otro fueran cayendo todos los puntos de defensa. Ese mismo día los soviéticos iniciaron el ataque sobre la línea del río Cir, defendida por tropas rumanas y alemanas, que se vino abajo. En la mañana del 19 de diciembre, la situación era más difícil. Las divisiones “Ravenna” y “Cosseria” habían sufrido bajas masivas y estaban exhaustas, sus líneas habían quedado rotas integralmente. La mayoría de los supervivientes cruzaron el Kalitva y tomaron refugio con los Alpini, contemplando cómo la máquina de guerra soviética avanzaba imparable hacia el oeste. En una operación brillantemente ejecutada, los tanques de Vatutin causaron el caos mientras atacaban los depósitos de suministros y áreas de mantenimiento. Amenazados de cerco, las cuatro divisiones que aún resistían no tuvieron más remedio que abandonar sus puestos y emprender la fuga.
Para el 20 de diciembre, las divisiones italianas “Célere” y “Sforzesca”, que conformaban el flanco derecho del Grupo de Ejércitos B alemán colapsaron, al igual que dos divisiones rumanas de von Manstein, y la brecha entre los Grupos de Ejércitos B y Don creció a 160 km. Italo Gariboldi (Comandante del ARMIR) ahora perdió totalmente el control cuando las comunicaciones se interrumpieron, y no pudo hacer nada más que ser un espectador mientras su ejército se desintegraba a sus ojos. Las grandes bases italianas alrededor de Millerovo, 80 km detrás del Don, fueron capturadas por las tropas el 1° Ejército de la Guardia soviético en los próximos días, perdiendo el avituallamiento. A partir de este día la desbandada italiana en todo el frente era absoluta. Las condiciones de la retirada fueron por completo dramáticas, con temperaturas promediando los -30°C sin transportes ni la más mínima logística, lo que se convirtió en un auténtico sálvese quien pueda.
Se formaron dos grandes columnas. La Norte estaba formada por los supervivientes de las divisiones “Ravenna”, “Pasubio y “Torino” (unos 25.000 hombres), así como de la 298ª División alemana de infantería y el Panzerkampfgruppe Huffmann (unos 1.500 hombres), cuyos Panzer abrían la marcha de la columna. El drama se consumó cuando el día 21 de diciembre este grupo se encontró con que la localidad de Arbuzovka estaba controlada por la 35ª División de Fusileros de la Guardia, veteranos de Stalingrado, que les cerraba el paso. La historiografía italiana conoce este episodio como la batalla del “Valle de la Muerte”, ya que tras varios días de violentos combates apenas unos pequeños grupos pudieron infiltrarse entre las posiciones soviéticas y contactar el día 26 en Certkovo con la línea defensiva alemana. Se calcula que murieron o fueron capturados unos 20.000 hombres.
La columna Sur estaba conformada por los supervivientes de las divisiones “Celere”, “Sforzesca”, “Cosseria”, la legión croata, alemanes de la brigada Schuldt de la SS y algunos grupos de despavoridos rumanos. La retirada de este grupo fue igual de dramática ya que, el 19 de diciembre, al llegar a Meškovskaja se encontraron con elementos del XVIII Cuerpo Blindado que les cerraban el paso. La lucha por abrirse camino fue desesperada, destacando la fiereza de la legión croata y la valentía los bersaglieri del coronel Longo. Tras romper el bloqueo, el 24 llegaron a Anneskij, el 28 a Skoskyskaja, el 31 a Tatsinskaya y finalmente, el 1 de enero, la columna completamente desorganizada contactó con la nueva línea defensiva alemana en Belaia Kalitva.
Sin tener en cuenta a los “Alpini”, unos 130.000 italianos quedaron atrapados en la Operación "Pequeño Saturno”. Según fuentes italianas, unos 21.000 de esos hombres murieron en los combates o por el frío y las heridas y otros 64.000 fueron hechos prisioneros (muchos de ellos resultaron heridos y no vivieron más de unas horas después de ser capturados; de hecho, sólo uno de cada seis soldados sobrevivió a la rendición y al cautiverio regresando finalmente a Italia). Aproximadamente 45.000 hombres lograron escapar, la mayoría sufría de congelación, hipotermia, hambre y heridas sufridas en la batalla. Tan espantoso fue el aspecto físico de muchos de estos hombres que cuando fueron enviados de regreso a Italia, muchos fueron ocultados en vagones de ferrocarril cubiertos, para ser bajados en horas de la noche, lejos de las miradas indiscretas.
Operación “Pequeño Saturno” en marcha, el Ejército Rojo sobre el 8° Ejército italiano
Esta operación [modificada con respecto a su concepción original] se puso en marcha con el objetivo de destruir al 8° Ejército italiano y llegar hasta la ciudad de Rostov, aislando así a los Grupos de Ejércitos del Don y del Cáucaso, que trataban de socorrer a las tropas cercadas de Paulus. Los soviéticos desplegaron para la ofensiva en este sector, 425.000 hombres, 1.170 carros de combate, 5.000 cañones y morteros, así como 590 aviones. Es decir, 30 divisiones de fusileros, nueve de la Guardia, 17 brigadas blindadas, tres de la Guardia, y 17 brigadas mecanizadas, tres de ellas de la Guardia. Frente a ellos el 8° Ejército italiano, el XXIX y XVII Cuerpos de Ejército alemanes, el I y el II Cuerpos de Ejército rumanos, así como otras divisiones sueltas, incluidas algunas Panzer, que formaban parte de la reserva del Grupo de Ejércitos del Don. En total sumaban 459.000 hombres, sin embargo, el ataque soviético se centró en una zona donde los efectivos eran solamente de 210.000 hombres, 350 carros de combate y unos 500 aviones.
El ataque decisivo comenzó el día 16 de diciembre, centrándose en el sector defendido por las divisiones de infantería "Cosseria" y "Ravenna", del II Cuerpo de Ejército del general Zanghieri. Al amanecer de aquel día, en cuestión de segundos, los proyectiles fueron cayendo a lo largo del frente del 8° Ejército italiano mientras 20.000 proyectiles por minuto llovían sobre las trincheras italianas. No fue tan devastador como cabría esperar. Sin embargo, las bajas de los defensores comenzaron a ser cuantiosas, aunque consiguieron resistir sin derrumbarse durante esa primera jornada, en parte gracias al envío de tropas de refuerzo por parte del mando alemán.
Entonces la infantería soviética lanzó su ataque; el comandante del 1° Ejército de Fusileros de la Guardia Dimitri Lelyushenko, mantuvo unidas sus seis divisiones de fusileros como un gran bloque. Su principal punto de esfuerzo estaba dirigido a la 5ª División de Infantería “Cosseria” de Enrico Gazzale y su vecina, la 3ª División “Ravenna” al mando de Francesco Dupont. Por otro lado, la 9ª División “Pasubio” de Giovannelli a su derecha también estaba siendo atacada. En encarnizado combate sufrieron muchas bajas, pero no hubo mayor avance soviético en el primer día; de todos modos, no habría ningún refuerzo de ellos para el 8° Ejército italiano. A la izquierda de la Cosseria estaban los Alpini (tropas de montaña italianas) de la 4ª División de Montaña “Cuneense”, separados de ellos por el estrecho, pero profundo y rápido río Kalitva, haciendo que cualquier refuerzo inmediato sea imposible. En cualquier caso, los Alpini habían estado bajo ataque casi constante desde la mañana del 12 de diciembre, lo suficiente para quedar inmovilizados en sus trincheras.
Mientras más al sur, esa misma mañana del 16 de diciembre los soviéticos, que estaban a 200 kilómetros de Rostov, reanudaron su marcha hacia esta ciudad mediante el lanzamiento de un ataque masivo del 3° Ejército de Fusileros de la Guardia al mando de Fiodor Kuznetsov contra el Destacamento de Ejército Hollidt recientemente mejorado y el Grupo de Ejércitos B alemán. En la zona de Hollidt, el VII Cuerpo de Tanques soviético atacó a dos divisiones, que emprendieron la retirada rápidamente, pero Karl Hollidt, que había detectado la acumulación de fuerzas soviéticas, comprometió rápidamente a la 294ª División de Infantería alemana y a los catorce tanques restantes de la 22ª División Panzer a la batalla y detuvo temporalmente a los soviéticos, al siguiente día, sin embargo, la unidad vecina de Hollidt, el 8° Ejército italiano, era vapuleado, exponiendo su flanco izquierdo al completo. Destacar la resistencia de los remanentes de tropas rumanas, quienes a pesar de los golpes que habían recibido solo dos semanas antes (Operación Urano), junto con sus camaradas de la 62ª División de Infantería alemana empeñaron una gran resistencia, esta última unidad se había destacado para apoyar al 8° Ejército italiano unas pocas semanas antes.
El trabajo de apoyo tuvo que recaer en las reservas del 8° Ejército italiano. La 17ª División Panzer que estaba destinada a actuar como contragolpe móvil, estaba ahora varios kilómetros al sur, a punto de unirse a la Operación “Tormenta de Invierno” de von Manstein. Italo Gariboldi [comandante máximo del ARMIR] solo tenía una unidad disponible: los reservistas de edad de la 156ª División de Infantería “Vicenza” en tareas de retaguardia. Inadecuadamente entrenada, en mal estado físico y sin un cañón de artillería o un camión disponible, era imposible que el comandante de la División “Vicenza”, Etelvoldo Pascolini, y sus dos regimientos de hombres de mediana edad pudieran trasladarse al sur a toda prisa. Gariboldi pidió ayuda a los alemanes, pero el Ostheer no tenía más reservas. El comandante del 8° Ejército sintió que todo estaba perdido…
FUENTES:
https://www.facebook.com/historiasgm/photos/a.105107930962361/479968596809624/
Historia de la Segunda Guerra Mundial
“Choque de Titanes - la Victoria del Ejército Rojo sobre Hitler” - David M. Glantz (2015)
“Death on the Don - The Destruction of Germany´s Allies on the Eastern Front 1941-44” - Jonathan Trigg (2013)
“Blitzkrieg No Longer - The German Wehrmacht in Battle, 1943” Samuel W. Mitcham, Jr. (2010)
Pál Maléter
https://www.facebook.com/GeneralInviernoww2/photos/a.103202941918233/242902484614944/
General Invierno
https://www.facebook.com/photo/?fbid=600976892034475&set=a.131347705664065
Vientos de Guerra: Segunda Guerra Mundial
Pedro Pablo Romero Soriano PS