El mito del colapso de Stalin

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En la célebre intervención protagonizada ante el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en febrero de 1956, el primer secretario Nikita Jruschov declaró: “Tras el primer desastre y la primera derrota grave sufrida en el frente, Stalin pensó que había llegado el fin. En uno de los discursos que pronunció en aquel tiempo, aseguró: “¡Hemos perdido para siempre cuanto creó Lenin!”. Después de aquello, estuvo un tiempo sin hacer nada en absoluto”.
Tal cosa ha pasado a convertirse en uno de los mayores malentendidos creados en torno a la operación Barbarroja. Sin embargo, conforme a la investigación sobre los diarios de reuniones de Stalin abordada por Steven Main en la Universidad de Edimburgo, se trata, sin más, de una noticia falsa creada por Jruschov. Resulta interesante, de hecho, que no se repitiera en la autobiografía de posguerra de este, que versa en gran medida sobre las hostilidades y sobre Stalin.
Main demuestra que, el 22 de junio de 1941, el dirigente soviético comenzó su jornada laboral oficial a las 5.45 am. Y la acabó a las 16.45: “Stalin se reunió con una serie de altos cargos gubernamentales y militares que incluía a Molotov (Comisario del Pueblo de Asuntos Exteriores), Timoshenko (Comisario del Pueblo de Defensa). Zhúkov (Jefe de Estado Mayor del Ejército Rojo), Kuznetsov (Comandante de los Distritos Militares del Cáucaso Septentrional y el Báltico) y Sháposhnikov (Vicecomisario del Pueblo de Defensa). En total, el primer día del ataque, Stalin se vio con más de quince miembros individuales del Gobierno y las fuerzas armadas de la Unión Soviética”.
El 23 de junio, cuando, en teoría, sufrió su “colapso” el dictador, estuvo trabajando 22 horas y 35 minutos. A tan extenuante día lo siguió la jornada más breve, pues el 24 apenas trabajó más de cinco horas. Esta debió conformar la base de las alegaciones “del colapso” de Jruschov. Sin embargo, el 25 y 26 de junio mantuvo veinticuatro horas de reuniones en global. El 27, al decir de Main, “la jornada laboral que registró no superó en mucho las diez horas, y quizá la causa de un horario tan agotador, física y mentalmente, la del 28 tampoco duró mucho más de cinco”.
Por lo tanto, lejos de caer en la parálisis, Stalin estuvo muy activo en la semana que fue del 22 al 28 de junio.


FUENTE: 
https://www.facebook.com/historiasgm/photos/a.105107930962361/475449027261581/

Historia de la Segunda Guerra Mundial

Operación Barbarroja - La Invasión Alemana de la Unión Soviética, de Christer Bergström (2016) 

























 








Pedro Pablo Romero Soriano PS

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