Hasta el último hombre, hasta la última bala

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El 24 de enero de 1943, después de haber perdido todos los aeródromos, la lucha se trasladaba a la ciudad, que estaba completamente en ruinas.
Los soviéticos empezaron a entrar en la urbe y los focos de camaradas que luchaban desde septiembre, se empezaron a unirles para empujar a los alemanes contra el Volga.
Cuando los soviéticos limpiaron o retomaron la acería Octubre Rojo, los alemanes quedaron partidos en 3 bolsas, 2 ubicadas al sur y una al norte.
Para "desgracia" de los asediados teutones, el Stavka había desviado muchos recursos hacia otros sectores del frente, una vez que su presa en Stalingrado era segura. Por lo que una pequeña parte del ejército Don, de Rokossovsky, se encargaba de aniquilar a los alemanes. Digo desgracia porque si Rokossovsky lo hubiese atacado con todo lo disponible, posiblemente la agonía del 6° Ejército no se hubiese prolongado tanto.
A medida que el cerco se iba reduciendo, la moral alemana lo hacía paralelamente, las deserciones estaban a la orden del día, y los suicidios empezaban a hacerse moneda corriente. Además, la locura empezaba a aparecer en aquellos soldados alemanes: los soviéticos empezaron con su guerra psicológica. El famoso TIC-TAC (post ya hecho), las cocinas de campaña en contra viento para que los hambrientos alemanes olieran el aroma de la comida, los altavoces pidiendo la rendición y anunciando el abandono de sus superiores...

Paulus se comunica con el alto mando alemán el 24 de enero y plantea lo siguiente:

"Reporto la situación en base a una discusión con los comandantes con los que puedo contactar. Las tropas no tienen municiones ni comida. La comunicación es posible con solo seis divisiones. Se informaron casos de insubordinación en los frentes sur, norte y oeste. El comando y control unificados es imposible. 18.000 heridos se ven privados de la asistencia más básica debido a la falta de medicamentos e instalaciones. Las divisiones 44ª, 76ª, 100ª, 305ª y 384ª fueron destruidas. Debido a las penetraciones enemigas, el frente se desgarra. El refugio solo es posible dentro de la ciudad, una mayor defensa no tiene sentido. El colapso es inevitable. Por salvar a los hombres, solicito permiso para rendirme de inmediato. Paulus".

La respuesta de Hitler llegó al día siguiente:

"¡Prohibí la rendición! ¡El Ejército debe mantener sus posiciones hasta el último hombre y hasta la última bala!".

Ahora bien, ¿Qué pretendía el Führer, prohibiendo la rendición inevitable?.

Según los testimonios de supervivientes alemanes y de oficiales que intentaron hacerle cambiar de parecer, es que prefería que todo el 6° Ejército fuera aniquilado antes de la "vergüenza de una rendición".
Pretendía que este "acto heroico de los soldados del 6° Ejército, elevaran la moral de los demás soldados, y que combatieran con bravura para que la muerte de sus camaradas no sea en vano".. palabras más, palabras menos.

Lo cierto es que el tiro le salió por la culata. Después de Stalingrado, nadie querría quedar cercado, el temor de padecer un abandono como el que sufrieron las tropas del 6° Ejército hizo que en varias ocasiones se desobedecieran las órdenes de Hitler.
Con respecto a la contestación de este, Paulus se limitó a cumplir con lo expresado por su Jefe.. ojo!, nadie puso el grito en el cielo ante tamaña desfachatez, ni siquiera, Manstein.
Todos se predispusieron a que la carnicería inútil durara 1 semana más; como para agregar una pizca más de dramatismo, a esta crónica de una muerte anunciada.



FUENTE:
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General Invierno


























Pedro Pablo Romero Soriano PS

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