Rendición de tropas japonesas en Birmania. 1945
En el día de la rendición, las Fuerzas Imperiales Japonesas totalizaron 6.983.000 tropas, un total de 154 divisiones del ejército, 136 brigadas, y unas 20 unidades navales importantes. Las fuerzas del Ejército y la Armada apostadas en las islas de origen ascendían a 3.532.000.
En un informe radial al pueblo estadounidense el 15 de octubre de 1945, el general MacArthur resumió los logros de los objetivos iniciales de la ocupación estadounidense de Imperio:
"Al día de hoy las fuerzas armadas de todo Japón completaron su desmovilización y dejaron de existir como tal. Estas fuerzas ahora están completamente abolidas.
No conozco ninguna desmovilización en la historia, ya sea en la guerra o en la paz, que se haya logrado con tanta rapidez o con menos fricciones.
Todo lo militar, de cualquier rama, está prohibido en Japón. Esto acaba con su poderío militar y su influencia militar en los asuntos internacionales. Ya no se considera una potencia mundial ni grande ni pequeña. Su camino en el futuro, si ha de sobrevivir, debe limitarse a los caminos de la paz.
Aproximadamente siete millones de hombres armados, incluidos los de los teatros periféricos, han depuesto las armas. En la realización de la extraordinariamente difícil y peligrosa rendición de Japón, única en los anales de la historia, no fue necesario un solo disparo, ni siquiera se derramó una gota de sangre aliada.
La reivindicación de la gran decisión de Potsdam es completa. Nada podía superar la abyección, la humillación y la finalidad de esta rendición. No solo es físicamente extenuante, sino que ha sido igualmente destructiva para el espíritu japonés. De la fanfarronería y la arrogancia, los ex militares japoneses han pasado al servilismo y al miedo. Están completamente golpeados y acobardados y tiemblan ante la terrible retribución que las condiciones de rendición imponen a su país en castigo por sus grandes pecados.
Una vez más, deseo rendir homenaje a la magnífica conducta de nuestras tropas. Con pocas excepciones, bien podrían tomarse como modelo para siempre como ejército conquistador. Los historiadores de años posteriores, cuando las pasiones se enfrían, podrán dar testimonio de su conducta.
Nuestros hombres podrían haber emulado tan fácil -y comprensiblemente- la crueldad que su enemigo había practicado cuando las condiciones se invirtieron, pero su perfecto equilibrio entre su implacable firmeza del sentido del deber por un lado y la resuelta moderación de la crueldad y la brutalidad por el otro, ha enseñado una lección para la población civil japonesa que sorprende por su impacto.
Nada ha tendido a impresionar tanto al pensamiento japonés, ni siquiera el hecho catastrófico de la derrota militar en sí. Han visto por primera vez la forma de vida del hombre libre en acción real y los ha asombrado con nuevos pensamientos e ideas."
Autor: Fortis Leader para Fortis Leader - The Pacific & Asia
FUENTE:
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Fortis Leader - The Pacific & Asia
Pedro Pablo Romero Soriano PS
