Vasili Ivánovich Chuikov

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Teniente General Vasily Ivanovich Chuikov (1900-1982), Comandante del 62.º Ejército, en Stalingrado. Nacido el 12 de febrero de 1900 en Serebryanye Prudy. Fallecido el 18 de marzo de 1982 en Moscú

Retrato de Vasili Ivánovich Chuikov. (FGF Colourised)


El Mariscal soviético Vasily Chuikov, tenazmente comandó al 62º Ejército Rojo, unidad militar que luchó duramente y con gran sufrimiento contra los alemanes por la defensa de la ciudad de Stalingrado. Después de la batalla de Stalingrado, Chuikov llevó sus tropas hasta Polonia durante la Operación Bagration en el verano de 1944 y participó en la ofensiva del Vístula-Óder entre enero y febrero de 1945, antes de avanzar sobre la capital del Reich, Berlín. Tras la dura batalla por la capital, aceptó personalmente la rendición incondicional de los restos de las fuerzas alemanas que combatían en Berlín el 2 de mayo de 1945. Tras ocupar diversos cargos de importancia después de la guerra, falleció en 1982. Fue enterrado en el Memorial de Stalingrado en Mamáyev Kurgán, que había sido escenario de intensos y duros combates contra los alemanes durante la batalla de Stalingrado, siendo el único Mariscal Soviético que está enterrado fuera de la Necrópolis de Moscú, pero si junto a los hombres caídos que el comandó. Recibió numerosas condecoraciones. Fué condecorado cómo Héroe de la Unión Soviética.


Stalingrado: 9 de septiembre de 1942, Vasili Chuikov es designado comandante del 62° Ejército

Exasperado por los reiterados fracasos de sus comandantes a la hora de detener la avalancha de las fuerzas alemanas en torno a Stalingrado, Stalin se mostró de acuerdo en el cambio de mando sólo después de que Yeriómenko respondiese en persona por Chuikov. El 9 de septiembre de 1942, Stalin escogió a Chuikov, segundo al mando del 64° Ejército, como sustituto de Lopatin y al general de brigada N.I. Krylov como jefe de su Estado Mayor. La violencia de los combates que se producían en el área de la ciudad de Stalingrado le impidió a Chuikov llegar al cuartel general del Frente Sudoeste, al este del río Volga, durante casi tres días. En ese tiempo, Krylov se hizo cargo de la ardua tarea de dirigir las tropas del ejército y de prepararlas para hacer frente a los asaltos finales alemanes al interior de la ciudad.
El nuevo comandante del 62° Ejército se presentó a dar novedades al cuartel general del Frente Sudoeste, situado al otro lado del río de la ciudad atacada: “Llegué al Cuartel General del Frente, exactamente a las 10 am del 12 de septiembre, y fui recibido inmediatamente por Andrei Yeriomenko y Nikita Jruschov. La conversación fue breve. Me habían nombrado Comandante del 62° Ejército. Nikita Jruschov agregó algunos comentarios más breves. El tema básico era que los alemanes habían decidido tomar la ciudad a toda costa. No deberíamos y no podríamos perderla, no podíamos retroceder más, no había adónde retroceder. El Comandante del 62° Ejército, El General Lopatin, había sido relevado de su puesto, y el Ejército había sido puesto temporalmente bajo el mando del Jefe de Estado Mayor, General N. I. Krylov. El Consejo Militar del Frente, con el acuerdo de Cuartel General Supremo, propuso que yo tomara el mando del Ejército”.
Finalmente, Jruschov preguntó a Chuikov como interpretaba su misión, Chuikov respondería: “No podemos rendir la ciudad al enemigo, porque es extremadamente valiosa para nosotros, para todo el pueblo soviético, se tomarán todas las medidas posibles para evitar que la ciudad caiga. Por ahora no pediré nada, pero solicitaré al Consejo Militar [del Frente Sudoeste] que no me niegue ayuda cuando la pida y juro que aguantaré firme. Defenderemos la ciudad o moriremos en el intento”.
En retrospectiva, estas palabras parecen tan artificiales y melodramáticas que uno se ve tentado a cuestionar el testimonio que ofrece Chuikov de su discurso. Sin embargo, la determinada y casi fatalista actitud que expresó reflejaba, sin duda, la mentalidad de muchos soldados soviéticos del momento y, por supuesto, su propia resolución. Esa tarde, después de que la caída del sol hubiese detenido los ataques aéreos alemanes, Chuikov y sus asistentes cruzaron el río Volga en un transbordador. A continuación, marchó en un camión por una ciudad fantasma, una serie de ruinas calcinadas donde los civiles revolvían entre los escombros en busca de sus pertenencias. Los fuegos provocados por los bombarderos le iluminaban el camino. Al final, Chuikov localizó su nuevo cuartel general en una ladera de la colina Mamayev.
Anatoly Mereshko, miembro del estado mayor del 62° Ejército soviético, nos describe acerca de la figura del comandante soviético: “Chuikov, sabía entender la naturaleza de un combate y era capaz de tomar decisiones oportunas sin dejarse arredrar por los obstáculos que tuviera en frente. Era persistente, con una vitalidad fuera de lo común, que además resultaba contagiosa, de no haber poseído ese carácter no habría sido capaz de defender la ciudad. La brutalidad constituía un aspecto de su personalidad, si el oficial a cargo de una unidad cualquiera le causaba una desazón, no dudaba en recurrir a la agresión física. Incluso recurría a puñetazos, (a más de uno le rompió la nariz) hecho que le causaría un llamado de atención por parte de Iósif Stalin”, nos narra Mereshko durante postguerra.
Chuikov pertenecía a una nueva generación de comandantes soviéticos, no era el típico adulador que elegiría Stalin a causa de su complacencia, sino un adalid despiadado y competente. Era consciente que se debía defender la ciudad o morir en el intento, en este sentido habría de imponer la disciplina más severa a sus tropas si quería alcanzar el objetivo. Durante aquel periodo de la guerra arrestaría a más de 13 000 soldados y mandaría a fusilar a muchos de ellos. Se decidió combatir al miedo con el miedo, comunicando a las tropas que era imposible retirarse. Chuikov advertiría que en aquella ciudad en ruinas tenía la posibilidad de empeñar una guerra diferente. Las tropas habitarían la ciudad desafiando a los soldados alemanes en enfrentamientos cuerpo a cuerpo.
Mereshko nos vuelve a referir: “la táctica de Chuikov consistía en que debíamos mantenernos muy cerca de las posiciones alemanas en una distancia no mayor a los 50 a 100 metros, mantenernos a tiro de piedra de ellos, si lanzábamos una granada teníamos que estar atentos si los alemanes la devolvían para volverla a lanzar otra vez”. Chuikov perfeccionaría el uso de grupos de asalto para desalojar las viviendas o posiciones ocupadas por los alemanes. Mereshko narra que “estos grupos podían estar conformados tanto por cinco o por cincuenta combatientes, los cuales se movilizaban pertrechados solo por granadas, con la misión de asaltar las casas, después llegaban los grupos encargados de consolidar las posiciones, los primeros levantaban las posiciones alemanas y los segundos rechazaban el contrataque germano”.


Los historiadores occidentales tienen razón al enfatizar que Chuikov tuvo que ganar tiempo para la defensa de Stalingrado, y sus esfuerzos iniciales sin duda costaron muchas vidas de soldados soviéticos. Pero como señaló el veterano Mijaíl Serebryakov: “Ha habido muchas críticas injustas a Chuikov. La política que implementó, uno de defensa agresiva, fue costoso, pero absolutamente necesario. La verdad es que sin los contraataques la lucha por la ciudad no podría haberse sostenido: los alemanes eran simplemente demasiado fuertes. Era vital romper el orden y la cohesión de su ofensiva”.


Vasili Chuikov (1900-1982)

Vasili Ivánovich Chuikov fue uno de los más conocidos y destacados líderes militares soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial. Alcanzó el rango de mariscal de la Unión Soviética y recibió dos veces el título honorífico de Héroe de la Unión Soviética.
Tras la guerra fue nombrado Mariscal de la Unión Soviética. Comandante en Jefe del Grupo de Fuerzas Soviéticas en Alemania, Comandante del Distrito Militar de Kiev, Comandante en Jefe de las Fuerzas Terrestres de la URSS, Viceministro de Defensa de la URSS, Jefe de las Fuerzas de Defensa Civil de la URSS. Fue miembro del Comité Central del PCUS.
Stalingrado (1942 a 1943)
Chuikov fue puesto al mando del 64º Ejército (más tarde 7º de la Guardia) , en la orilla oeste del río Don. El 64º Ejército participó en la retirada de combate a Stalingrado, y poco antes de que comenzara la propia Batalla de Stalingrado , Chuikov fue nombrado comandante general del 62º Ejército más importante , que debía defender Stalingrado, con el 64º en su flanco sur.
Después de la victoria en Stalingrado, el 62º Ejército fue redesignado como el 8º Ejército de la Guardia Soviética . Chuikov luego comandó la 8.ª Guardia como parte del 1.er Frente Bielorruso y lideró su avance a través de Polonia, finalmente encabezando la ofensiva soviética a Berlín en Abril/Mayo de 1945.



FUENTES:

https://www.facebook.com/photo/?fbid=150207734059336&set=gm.4821887131261959

https://www.facebook.com/photo/?fbid=418219590591481&set=g.4051594701624543

Fotografía coloreada por Faku Gastón Filipe (FgF Colourised)

Facundo Colourised


https://www.facebook.com/photo.php?fbid=455671676584013&set=pb.100064235526662.-2207520000..&type=3

Historia de la Segunda Guerra Mundial

Fuentes:
“Una Guerra de Exterminio: Hitler contra Stalin” de Laurence Rees (2006)
“Armagedón en Stalingrado: Tetralogía de Stalingrado– Vol. II” de David Glantz y Jonathan House (2019)
“Stalingrad – How The Red Army Triumphed” de Michael Jones (2007)
“The Battle for Stalingrad” – Mariscal Vasili Ivanovic Chuikov (1968)


























Pedro Pablo Romero Soriano PS

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