Con posterioridad a la Primera Guerra Mundial, el pensamiento militar del generalato francés se había ido restringiendo y haciendo cada vez más dogmático. Dos de las doctrinas más funestas enunciadas entonces tenían que ver con el sector Ardenas-Sedán. Eran: “Les Ardennes sont impermeables aux chars”: (Las Ardenas son impenetrables para los carros de combate) y “La Meuse est infranchisable” (Es imposible cruzar el río Mosa).
Estas ideas se convirtieron en principios inamovibles y el hecho de que una autoridad como el Maréchal Henri Pétain, vencedor de Verdún, hubiera considerado a las Ardenas como impenetrables, ayudó a ello. Del mismo modo, el Comandante Supremo Francés, Gamelin, describió el Mosa como “el mejor obstáculo contracarro de Europa” (Brausch, Sedan 1940, pág. 82). El doble obstáculo geográfico “Ardenas-Mosa” parecía ser una barrera estratégica alrededor de la cual se podía pasar, pero no cruzar y; en consecuencia, la zona de Sedán debía hallarse perfectamente protegida de los acontecimientos. Estos fueron los motivos por los que la mejora de las fortificaciones en este lugar se descuidó a favor de otros sectores del frente y por los que fueron asignadas tropas de segunda fila. El mando francés juzgaba, que si a pesar de todo, los alemanes organizaban una gran ofensiva a través de las Ardenas, tendrían tiempo suficiente para enviar refuerzos.
El alto mando francés calculó que serían necesarios al menos entre cinco y nueve días para la ejecución de una penetración enemiga en ese sector, cuando la realidad fue que los primeros panzers alemanes estaban sobre el río Mosa después de solo dos días y medio. Sin duda los franceses aún estaban centrados en las ideas heredadas de la última guerra que habían sido modeladas para la artillería. A pesar de todas las críticas que puedan hacerse al atrasado modo de pensar de los generales franceses, no se debe olvidar que la mayoría de representantes de más alto rango del Cuerpo Alemán de Oficiales Generales no diferían mucho de ellos en su forma de pensar. Originalmente, Halder creía que cruzar el Mosa sería posible, como muy pronto, el noveno día de la ofensiva.
Durante los años de entreguerras había habido advertencias que cuestionaban el mito de la “impenetrabilidad de las Ardenas”. El teórico militar británico Lidell Hart había viajado por esa región en 1928, y se extrañó de la ilusoria creencia del ejército francés de que “el terreno se defendería a sí mismo”. También el ejército francés había llevado a cabo investigaciones, durante los años 30, sobre el valor real de las Ardenas como obstáculo. Por ejemplo, el Coronel Bourguignon llegó a la conclusión de que una penetración sorpresa con carros de combate a través de las Ardenas podía ser muy posible (Travail de reconnaisance de frontiere exécuté par le Colonel Bourguignon). Aún más alarmante fue el resultado de un ejercicio cartográfico, dirigido en mayo a junio de 1938 por el General André Prételat, entonces Comandante en Jefe del 2émé Armée.
El escenario descrito en el ejercicio se parecía al de la ofensiva del Panzerkorps Guderian en mayo de 1940, para sorpresa de sus superiores. Cuando Gamelin conoció el alarmante resultado del ejercicio de planificación, acusó a Prételat de pesimismo (jouer le pire, “apostar a lo peor”). Debido a esto, la única conclusión a la que llegó el Alto Mando del Ejército Francés fue de la necesidad de mantener en secreto el resultado de este ejercicio sobre el mapa. Anteriormente, en 1936 Gamelin había dirigido un “juego de guerra” similar. Mostraba que el Ejército Francés, incluso en el caso de que los alemanes penetraran a través del Mosa, estaría perfectamente en posición de resolver la crisis empleando reservas.
FUENTE:
https://www.facebook.com/historiasgm/photos/a.105107930962361/566910621448754
Historia de la Segunda Guerra Mundial
Condensado de: “El Mito de la Blitzkrieg” – La Campaña de 1940 en el Oeste, Karl-Heinz Friesser
Pedro Pablo Romero Soriano PS
