Alguien hizo sonar un silbato sólo una vez, a las 05.35 am del 10 de mayo, en Wallendorf junto a la frontera con Luxemburgo, y una escuadra de soldados alemanes se apresuró en atravesar el puente sobre el río Sauer para desarmar a los guardias fronterizos luxemburgueses. Este acontecimiento fue el que puso en marcha la maquinaria de la 1ª División Panzer alemana. A partir de entonces el reloj empezó a correr y dictaría todas las acciones futuras. Como lo importante era perder la menor cantidad de tiempo posible mientras se cruzaban las barreras fronterizas; los ingenieros alemanes, durante los preparativos para la ofensiva, habían construido modelos de barrera de cemento ubicada sobre el puente que cruzaba el río Sauer para practicar la operación de voladura y poder dosificar las cargas de demolición de modo que solo la barrera, y no el puente, fuera destruida.
Nada más iniciarse el ataque, un destacamento de avanzadilla compuesto por una compañía motociclista y tres blindados de reconocimiento cruzó el río Our por un vado; exactamente tres horas después habían cruzado Luxemburgo y se acercaban a Martelange, en la frontera belga. Cuando el primer blindado de reconocimiento se acercó al destruido puente sobre el río Sauer, recibió fuego enemigo. Alrededor de cinco minutos después el Oberstleutnant Hermann Balck, comandante del Schützenregiment 1 (1º Regimiento de Fusileros), llegó al lugar de la acción. Balck ordenó a la compañía motociclista, la cual acababa de caer bajo el fuego enemigo, que pasara a atacar al otro lado del río inmediatamente y que llevara a cabo un asalto frontal para expulsar al enemigo de sus posiciones de la colina por encima de la localidad.
Esta “misión suicida” se convirtió en un éxito rotundo. Cuando los alemanes asaltaron la cuesta de forma repentina, los belgas simplemente huyeron desbordados por el sorpresivo ataque y apenas poco después, la compañía entera de Chasseurs Ardennais empezó a retirarse. Este primer combate iba a servir de modelo durante todo el transcurso de la campaña en lo que se denomina el Frente Occidental. La receta del éxito en el asalto pudo enunciarse, principalmente, con dos palabras: velocidad y sorpresa. En este sentido toda la operación del “corte de hoz” fue en realidad un raid de dimensiones operacionales, con divisiones Panzer enteras siendo usadas como destacamentos de asalto.
FUENTE:
https://www.facebook.com/historiasgm/photos/a.105107930962361/566907074782442/
Historia de la Segunda Guerra Mundial
Condensado de: “El Mito de la Blitzkrieg” – La Campaña de 1940 en el Oeste – Karl-Heinz Friesser
Pedro Pablo Romero Soriano PS