351 miembros del RNZAF No. 6 Flying Boat Squadron (Escuadrón de Hidroaviones No. 6 de la Real Fuerza Aérea de Nueva Zelanda), posando sobre un PBY-5 Catalina en Halavo Bay, Islas Salomón, 1944
El Escuadrón de Hidroaviones No. 6 pasó la mayor parte de su existencia operando desde Guadalcanal, desde donde buscó submarinos japoneses, participó en misiones de rescate aire-mar y actuó como unidad de transporte de emergencia.
La peor amenaza para un submarino viene desde el aire, no desde la superficie. En efecto, durante la Segunda Guerra Mundial, poco más de la mitad de los submarinos del Eje fueron hundidos por aeronaves de distinto tipo, pero los Catalinas fueron los aviones de guerra antisubmarina (ASW) más utilizados en los teatros del Atlántico y el Pacífico, y también se utilizaron en el Océano Índico, volando desde las Seychelles y desde Ceilán (Sri Lanka), sirviendo para el South East Asia Command.
Las características de diseño del PBY le proporcionaron una excelente visibilidad y, combinados con su largo alcance y resistencia, lo hicieron muy adecuado para patrulla y reconocimiento y, en ese rol, participaron en algunos de los enfrentamientos navales más notables de la Segunda Guerra Mundial.
En efecto, un grupo de Catalinas detectó a la flota japonesa acercándose a las islas Midway, dando comienzo a la célebre batalla y otro PBY canadiense frustró los planes japoneses de destruir la flota de la Royal Navy en el Océano Índico el 4 de abril de 1942, cuando detectó que la escuadra de portaaviones nipona se acercaba a Ceilán.
Durante la campaña de Guadalcanal, algunos PBY de la Armada de los EE.UU. fueron pintados de negro mate y enviados en misiones nocturnas de bombardeo, torpedeo y ametrallamiento contra buques de suministro y de guerra japoneses, incluida la realización de redadas de interdicción en el Tokyo Express. Estos PBY se llamaron más tarde "Black Cats".
Volando lentamente por la noche, descendiendo al ras de las olas, los Black Cats bombardearon, ametrallaron y torpedearon todo tipo de embarcaciones japonesas, hundiendo o dañando miles de toneladas de embarcaciones.
La Real Fuerza Aérea Australiana (RAAF) también operó Catalinas como atacantes nocturnos y sembrando minas en el Pacífico suroeste, embotellando puertos y rutas de navegación, forzando a los barcos a navegar en aguas más profundas para convertirse en objetivos de los submarinos estadounidenses.
Las tripulaciones aéreas de la RAAF, al igual que sus contrapartes de la Marina de los EE.UU., utilizaron "terror bombs", que iban desde chatarra y piedras hasta botellas de cerveza vacías con hojas de afeitar insertadas en el cuello, para producir sonidos agudos mientras caían, lo que mantenía a los soldados japoneses despiertos y desesperados por cubrirse.
Un dato interesante: el 7 de diciembre de 1941, antes de los asaltos anfibios japoneses en Kota Bharu, Malasia, la fuerza de invasión fue detectada por un hidroavión Catalina del Escuadrón No. 205 de la RAF. La aeronave fue derribada por cinco cazas Nakajima Ki-27 antes de que pudiera transmitir por radio su informe a Singapur. El flight officer Patrick Bedell, al mando del Catalina, y sus siete tripulantes, se convirtieron en las primeras bajas aliadas en la guerra con Japón.
Autor: Fortis Leader para Fortis Leader - The Pacific & Asia
FUENTE:
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Pedro Pablo Romero Soriano PS