Tropas alemanas en noviembre de 1941. Frente de Leningrado, avance hacia Tikhvin
Con el progreso del avance de las fuerzas germanas, la situación alrededor de Leningrado ahora se volvió desesperada. Aunque era la segunda ciudad más grande de la URSS, su interior todavía estaba escasamente habitado. La posición geográfica de Leningrado entre el golfo de Finlandia y el lago Ladoga era a la vez una desventaja y una ventaja. Era relativamente fácil aislar la ciudad de Moscú y el resto de la Unión Soviética, pero Leningrado estaba mejor situada para la defensa que Kiev o Moscú. Los accesos occidentales estaban cubiertos por el golfo de Finlandia, el norte por el estrecho istmo de Carelia, el este por la extensión del lago Ladoga, y el sureste por el río Neva superior. Gran parte de la región que bordeaba la ciudad por el sur era pantanosa y difícil de transitar.
Durante las dos últimas semanas de agosto una tras otra de las posiciones defensivas alrededor de Leningrado, fueron tomados por los ejércitos alemanes acercándose cada vez más a la ciudad. El último enlace ferroviario hacia el sur en Mga quedó bloqueado el 30 de agosto. Desde el norte de Finlandia, las fuerzas empujaron hacia la antigua frontera soviético-finlandesa. 120 km de Leningrado, de donde habían sido obligados a regresar en 1940. Por el este de Leningrado, las fuerzas finlandesas y alemanas se movilizaron para completar la final cerco de la ciudad. Hitler había decidido en agosto que Leningrado no debía ser asaltada sino sometida a un fuerte asedio.
A principios de septiembre, las fuerzas alemanas iniciaron las operaciones para aislar Leningrado del mundo exterior. Estaban 20 a 30 km del centro de la ciudad. Después de otra semana de feroces combates, en la que los defensores, que tenían pocos cañones pesados y casi ninguna reserva de personal entrenado, lucharon con cualquier cosa a mano para frenar el avance alemán. Las principales unidades alemanas estaban a solo 15 km del corazón de la ciudad. El 4 de septiembre cayó el primer proyectil de artillería sobre la zona central de la metrópoli; dos días después cayeron las primeras bombas.
El mismo día en que Stalin envió a Zhúkov de Moscú a Leningrado para investigar la crisis, 8 de septiembre, el ejército alemán al este de Leningrado llegó a la ciudad de Schlüsselburg y bloqueó por completo el último enlace terrestre con el interior. Leningrado quedaba rodeada. Zhúkov se dirigió directamente al Instituto Smolny, donde el Comité Militar de la ciudad estaba en sesión. El comando de la ciudad estaba en crisis. Ninguna de las líneas defensivas se había mantenido. Poco mejor se podía esperar de las nuevas líneas internas de defensa excavadas por batallones de leningradeses que habían estado trabajando desde julio.
La ciudad estaba comandada por Kliment Voroshilov, enviado por Stalin como un solucionador de problemas en agosto. Era considerado por todos como un militar incompetente, incluso por Stalin, pero fue enviado como un viejo comunista para inculcar la voluntad política para seguir luchando. El verdadero trabajo lo hacía el líder del Partido de la ciudad, Andrei Zhdanov, un líder popular con iniciativa, y una inspiración para el pueblo de Leningrado. Zhúkov escuchó, observó y regresó a Moscú. En ese momento, casi con certeza, Stalin sabía por fuentes de inteligencia prosoviéticas en Berlín, que Hitler iba a asediar Leningrado en lugar de asaltarla, aunque nada podía ser seguro. Envió a Zhúkov de regreso como comandante en lugar de Voroshilov, con las órdenes de defender Leningrado hasta el último aliento.
Mientras tanto en la ciudad, los días 8, 9 y 10 de septiembre la ciudad fue objeto de algunos ataques aéreos particularmente feroces. El del 8 de septiembre provocó 178 incendios, incluido el de de las famosas tiendas de alimentos Badayev, sobre cuya destrucción se contaron historias tan exageradas, especialmente después de que la terrible hambruna comenzara. La vigilancia contra incendios estuvo mejor organizada para el 9 de septiembre, y todos menos unos pocos incendios se apagaron rápidamente. Los cañones antiaéreos derribaron cinco aviones, pero los lentos cazas soviéticos Chaika estaban casi indefensos contra los Messerschmidt; fue entonces cuando, desesperados, varios pilotos soviéticos embistieron algunos aviones alemanes [Alexander Werth, 230]
Por su parte, las tropas alemanas, con la estabilización del frente y la suerte sellada [por ahora] para la ex capital de los zares, destinaron un grupo de fuerzas del Grupo de Ejércitos Norte hacia la parte central del Frente. Como sabemos, la principal formación acorazada del mariscal Wilhelm von Leeb, el 4° Grupo Panzer al mando de Erich Hoepner y gran parte del VIII Cuerpo Aéreo fueron destinados más al sur para el ataque pospuesto sobre el eje de Moscú. En cualquier caso, las tropas de Leeb que quedaban allí aguardarían buen tiempo esperando rendirla por hambre. Esto nada más por ahora. A partir de aquí la historia de Leningrado está entretejida con increíbles historias de supervivencia, donde los protagonistas serán, principalmente los civiles de la ciudad…
FUENTES:
https://www.facebook.com/photo/?fbid=501823941949771&set=a.131347705664065
Fuentes:
“Thunder in The East: The Nazi–Soviet War 1941–1945” – de Evan Mawdsley (2005)
“Russia´s War” - de Richard Overy (1997)
“Russia at War- 1941-1945” de Alexander Werth (1964)
https://www.facebook.com/photo/?fbid=193197819760327&set=g.4051594701624543
Pedro Pablo Romero Soriano PS