La imagen

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En la imagen vemos a dos marineros estadounidenses exhaustos, luego de celebrar el anuncio de la rendición de Japón con una botella de gin "Dixie Belle". La portada del periódico corresponde al ejemplar del San Francisco Chronicle del miércoles 15 de agosto de 1945


Cuando terminó la guerra, hubo una gran sensación de alivio y júbilo en la sociedad estadounidense, en especial entre los jóvenes. La policía militar del Ejército, de la Armada y la policía de San Francisco recibieron órdenes oficiales: "Dejen que la gente haga cualquier cosa dentro de lo razonable", informó más adelante el diario The Chronicle, "y mantengan bajos los daños a la propiedad".

Pero durante la noche del 14 al 15 de agosto de 1945 y las posteriores, la ciudad de San Francisco estuvo fuera de control: las celebraciones dejaron muertos, mujeres violadas, heridos y la reputación de la ciudad manchada.
Los incidentes se limitaron principalmente al centro de San Francisco e involucraron a miles de soldados y marineros borrachos, la mayoría de ellos adolescentes, que rompieron vidrieras, atacaron a mujeres, detuvieron todo el tráfico, destrozaron tranvías y mataron a un trabajador del tranvía. Los alborotadores tomaron Market Street y no se fueron hasta que la policía militar y civil los ahuyentó luego de muchas horas de caos.

"Si quitas todas las restricciones y agregas licor, eso es lo que sucede", dijo el ex subjefe de policía de San Francisco. “Todos se volvieron locos. No eran veteranos, eran jóvenes que no habían estado en la guerra."

No habían visto la guerra, y ahora no tendrían que hacerlo. No habría invasión de Japón, ni largas listas de bajas. Los jóvenes se emborracharon y descontrolaron la ciudad haciéndola tierra de nadie.
Cuando los “disturbios de la paz” se extinguieron el viernes 17 por la mañana, 13 personas habían muerto, al menos seis mujeres habían sido violadas, 1.059 personas resultaron heridas y una cantidad incalculable de daños se habían producido en comercios, edificios públicos, tranvías, autos, semáforos, letreros, marquesinas y todo lo demás que los alborotadores habían tenido en sus manos.
Fueron los disturbios más mortíferos en la historia de la ciudad. Pese a ello, ningún marinero o civil fue jamás acusado de asesinato, violación, saqueo o cualquier otro delito grave. Aunque seis mujeres fueron tratadas por violación en el Hospital Central de Emergencias, la policía no presentó informe alguno. Ningún funcionario, civil o militar, fue jamás castigado o incluso apercibido.
En la euforia de la posguerra, todo el asunto se olvidó rápidamente y la ciudad simplemente trató de fingir que los disturbios nunca sucedieron.

Autor: Fortis Leader para Fortis Leader - The Pacific & Asia


FUENTES:
https://www.facebook.com/photo?fbid=383324767304944&set=pb.100068822701632.-2207520000..

Fortis Leader - The Pacific & Asia

 Referencias:
https://www.sfgate.com/.../Peace-Riots-left-trail-of...
https://www.sfgate.com/.../SAN-FRANCISCO-The-dark-side-of...


























Pedro Pablo Romero Soriano PS
 

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