Market Garden 17 y 25 de septiembre de 1944, desde la perspectiva alemana

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 Un oficial de la 9ª. SS Panzer Division Hohenstaufen se ocupa de la administración el 20 de septiembre de 1944. Fue fotografiado en la casa no. 6 en la calle Dreijenseweg, Oosterbeek, Países Bajos

Prisioneros alemanes de las Waffen-SS, capturados por tropas aerotransportadas británicas durante la Operación Market Garden, Arnhem, Holanda, 18 de septiembre de 1944

En la imagen, paracaidistas de la 82ª División Aerotransportada rumbo a Holanda

Hombres del 1º Batallón de Infantería Ligera de Oxford y Bucks, parte de la 71º Brigada perteneciente a la 53ª División Galesa, en posiciones avanzadas en la carretera de Hertogenbosch, en Holanda, el 24 de octubre de 1944



No hay duda de que el estudio de una batalla adquiere matices diversos según se apoye más en fuentes de uno u otro bando.
Lo ideal, claro está, es que exista cierto equilibrio en eso pero, sobre todo, que el trabajo se haga con rigor y desapasionamiento.
Este post pretende poner sobre la mesa alguna de las actuaciones de las fuerzas alemanes en el desarrollo de la batalla, es inevitable citar como una de las causas del fracaso aliado la capacidad de reacción alemana.
Independientemente de otros factores que inclinaron la victoria hacia el lado alemán, la respuesta inmediata de sus altos mandos, Model, Student, Bittrich, etc, y la capacidad de improvisar grupos de combate (kampfgruppe o “KG”), así como también la eficiencia y valor combativo de las tropas alemanes constituyeron por sí mismos una de las causas de la victoria alemana o derrota aliada. En algunas publicaciones se habla de los errores aliados, omitiendo resaltar los méritos de los alemanes militarmente hablando. 
 Alemania había sufrido una derrota catastrófica. Los ejércitos aliados habían roto el frente de la cabeza de playa de la invasión y diezmado dos ejércitos alemanes en la batalla de Normandía.
Entre el 6 de Junio y el 31 de agosto de 1944 el Westheer sufrió las
siguientes pérdidas: 23.019 muertos, 198.616 soldados desaparecidos o hechos prisioneros y 67.240 heridos.
El Mariscal de Campo Walther Model, recién designado comandante del derrotado Grupo de Ejércitos B opinaba que, de 11
divisiones nominales, podría formar cuatro divisiones completas de infantería.
Estas unidades destrozadas, con el enemigo pisándoles los talones, emprendieron la marcha en sus diversas odiseas, afanándose por alcanzar a la patria, llegando al ajetreado punto de reunión, que terminó siendo un pequeño pueblecito de en las afueras de Arnhem llamado Oosterbeek.

El sargento J. Whawell (izquierda) y el sargento John Turl, ambos del escuadrón E, Ala 2, Regimiento de pilotos de planeadores, buscan francotiradores alemanes en la escuela ULO que resultó gravemente dañada por los morteros cuando el techo de paja se incendió durante la Operación Market Garden. Kneppelhoutweg, Oosterbeek, Países Bajos, 21 de septiembre de 1944

La Hohenstaufen estuvo retirándose hacia el este durante dos semanas. A duras penas consiguió escapar al cerco en Falaise y fue hostigada tanto por los cazabombarderos como por la Resistencia francesa durante todo el camino. Y la 10.ª SS Panzer Division Frundsberg siguiendo los pasos.
Un documento capturado indica que el grado de control ejercido sobre el reagrupamiento y
reunión de los, en apariencia, restos dispersos de un ejército derrotado, fue poco menos que
sobresaliente. Más aún, la capacidad combativa de los nuevos Grupos de Combate formados con los restos de las divisiones maltrechas parece no haber sido afectada. {G2 (Oficial de Inteligencia) 82ªDivisión Aerotransportada americana, 13 Sep 1944}.
En la primera semana de septiembre, Eisenhower ordenó que el 12º Grupo de Ejércitos de Omar Bradley capturara el Sarre y la zona de Fráncfort, y el 21º Grupo de Ejércitos de Montgomery, el Rin.
Pero contra todo pronóstico, a partir del 9 septiembre la resistencia alemana se fue consolidando.
Desde Alemania empezaron a llegar refuerzos a la frontera entre Holanda y Bélgica. Las divisiones 9ª Hohenstaufen y 10ª Frundsberg del II Cuerpo Panzer de las Waffen-SS, aunque muy castigadas por las recientes derrotas, recibieron órdenes del teniente general Wilhelm Bittrich de dirigirse sin demora hacia el norte de Holanda.
A estas fuerzas se unieron los paracaidistas del coronel general Student, dispersos tras las pérdidas sufridas en Creta. Student consiguió reagruparlos, aunque en su mayoría eran bisoños y carecían de transporte y artillería.
De forma casual, un suceso trastocaría todos los planes del Alto Mando aliado. El maltrecho II Cuerpo Panzer que mandaba Bittrich fue desplegado en las proximidades de Arnhem.
Se había retirado lentamente para reorganizarse, y sus unidades estaban camufladas en bosques, campos y pueblos cercanos. Erróneamente, el Cuartel General aliado consideraba que la resistencia sería escasa y se encontraría con un enemigo mal organizado y bajo de moral.
Fue un grave error. Menos de cuarenta y ocho horas antes del inicio del salto aéreo, los servicios de inteligencia del Estado Mayor de Eisenhower habían detectado la presencia en los alrededores de Arnhem de blindados alemanes, pero los informes de algunos oficiales de inteligencia aliados fueron rechazados porque casi nadie quería creer en ellos.
Una vez tomada la decisión, todas las objeciones fueron barridas.
El Grupo de Ejércitos B al mando del general Walter Model, quién por aquel entonces era el mayor experto de las potencias del Eje a la hora de plantear batallas defensivas contra los Aliados, iba a tener la responsabilidad de proteger Holanda y hacer fracasar la «Operación Market-Garden» con un conglomerado de unidades pertenecientes a las Waffen-SS, al Ejército Alemán, a la Marina de Guerra Alemana, al Cuerpo de Paracaidistas «Fallschirmjäger» y a colaboracionistas de los propios Países Bajos.
La improvisación y no la planificación sistemática fue el principal factor de fortalecimiento de la defensa alemana. Las iniciativas particulares podían ser respaldadas, y lo fueron, por un trabajo de Estado Mayor eficaz y preciso.
Se crearon formaciones improvisadas por la presión de los acontecimientos y lanzadas a la línea del frente.
Uno de esos grupos de combate, el Kampfgruppe Walther, muestra un ejemplo típico de «la guerra del pobre» que el Ejército alemán se vio obligado a librar en aquel tiempo.
El General William Bittrich era el comandante del II Panzerkorps SS. Dos divisiones de este Cuerpo, la 9ª y la 10ª Panzerdivisionen, se estaban reorganizando y tomando nuevamente posiciones al norte y este de Arnhem, confirmando así el fundamento de los temores del SHAEF y la veracidad de las informaciones proporcionadas por la Resistencia Holandesa.
Otras unidades escogidas, comparables a la Hermann Goering y a los Alpen Jäger, estaban estacionadas en los suburbios de la ciudad, en los bosques, en los cuarteles del Ejército holandés a lo largo de la carretera de Nimega. En la zona de Arnhem había también tres batallones de infantería, muy fuertes y perfectamente adiestradas; diversos batallones Fliegerhorst, formado por personal de Aviación de los servicios de tierra; bastantes Schiffstanmabteilungen (es decir, el personal de la Marina que había formado parte de las defensas costeras); SS holandeses mandados por un oficial alemán, así como bastantes batería antiaéreas.
Sin embargo, no eran estas unidades las que constituían la verdadera amenaza para el buen resultado de la empresa de la División británica, sino los 8.500 hombres de la 9ª y la 10ª Panzerdivisionen de las Waffen SS, al mando del General Willi Bittrich.
Bittrich, alto, rigido, de buena presencia, dotado de una inteligencia nada común, era uno de los generales de las Waffen SS más apreciado en el Ejército alemán. Tenía gustos refinados, modales distinguidos y un agradable sentido del humor. Era también un hombre de mente muy ágil, y aquel domingo por las tarde, hacia las 15:00, ya había intuido cual era el carácter de la amenaza aliada y tomando las disposiciones necesarias para enfrentarse a ella.
También estaban en movimiento algunas unidades de la 10ª División, pero en dirección a Arnhem.
Bittrich había intuido inmediatamente que tan importante era impedir la previsible intención aliada de realizar el enlace con las vanguardias del 2º Ejército como destruir las tropas aerotransportadas que habían penetrado al Norte del Bajo Rhin. Y como era evidente que el 2º Ejército intentaría avanzar hacia Arnhem a través de Nimega, la 10ª División recibió la orden de trasladarse a esta localidad. “Pronto eliminaremos la amenaza británica al norte del Bajo Rhin”, afirmaba confiadamente Bittrich. “No debemos olvidar que los soldados británicos no obran con iniciativa propia cuando combaten en población y, en consecuencia, cuando sus oficiales tienen dificultades en ejercitar el mando, los soldados se muestran habilísimos en la defensa, pero nada temibles en lo que se refiera al ataque”.
El éxito de este plan estaba condicionado especialmente por la capacidad que tuvieran las unidades que primero estableciesen contacto con los paracaidistas británicos de detener el avance inicial desde las zonas de aterrizaje.
Y en este aspecto Bittrich tuvo la fortuna de poder disponer, para esta operación, de reclutas de refresco y entusiastas, formados en su mayor parte por jovenzuelos de 17 a 19 años, entre los cuales se encontraban también un batallón de reclutas de las SS, al mando del Comandante Sepp Kraft. “El único modo de neutralizar un ataque aerotransportado cuando se dispone de fuerzas menores (según Kraft) era hacerles frente inmediatamente con decisión”.
Y Kraft estaba decidido a llevar a la práctica su máxima.
Destacó una compañía hacia las zonas de aterrizaje a fin de que se empeñase en una acción retardadora; luego, desplegó el resto de sus hombres (unos 400) en una línea defensiva avanzando a través de la carretera que llevaba a Arnhem, con la orden de resistir en las posiciones en espera de los refuerzos de la 9ª División, que intervendrían con las autoametralladoras, los carros de combate ligeros y la artillería.

La victoria del Grupo de Ejércitos B durante la «Operación Market-Garden» fue otra de las hazañas defensivas del general Walter Model y un triunfo que fue celebrado por el propio Adolf Hitler, ya que desde el desembarco de Normandía las fuerzas del Eje por primera vez consiguieron estancar totalmente el avance de los Aliados sobre el Frente Occidental. Gracias a este revés infligido por los germanos a sus oponentes, las fronteras del Tercer Reich estarían a salvo hasta principios de 1945, lo que retrasó de sobremanera la entrada de las tropas de Estados Unidos y el Imperio Británico en Alemania con los consiguientes efectos posteriores para la fase fin
al de la Segunda Guerra Mundial y el devenir del siglo XX.


Stug III alemán tipo G buscando tropas británicas de casa en casa. "Operación Market Garden". 17 de septiembre de 1944



FUENTES:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=505819651550200&set=pb.100063665072371.-2207520000..&type=3

Vientos de Guerra: Segunda Guerra Mundial


Fuentes:
-Nunca nieva en septiembre: la visión alemana de Market-Garden y la batalla de Arnhem, septiembre de 1944 de Robert Kershaw 2012
-Antonio Muñoz Lorente, 75º Aniversario Market-Garden, Whoa mahomet! La Batalla del Puente de Arnhem, Revista Historia de la Guerra Nº13


 


























Pedro Pablo Romero Soriano PS

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