El Rey Víctor Manuel III y Mariscal Pietro Badoglio, culpables de la traición al Eje y de la desgracia posterior de Italia ante su mala gestión
Dos soldados estadounidenses de la 36ª División de Infantería del Quinto Ejército inspeccionan el subfusil Beretta Modelo 38 de un soldado italiano "bersaglieri", Mignano Monte Lungo, Italia, diciembre de 1943
Posado para las cámaras despues de firmar el Armisticio de Italia en Cassibile, Sicilia, el 3 de septiembre de 1943.
De izquierda a derecha: Kenneth Strong (UK.), Giuseppe Castellano (Italia), Walter Bedell Smith (EE.UU.) y Franco Montanari (Italia)
De izquierda a derecha: Kenneth Strong (UK.), Giuseppe Castellano (Italia), Walter Bedell Smith (EE.UU.) y Franco Montanari (Italia)
El Armisticio con Italia fue un armisticio, firmado el 3 de septiembre y declarado públicamente el 8 de septiembre de 1943, entre Italia y las fuerzas armadas Aliadas, que habían ido ocupando el extremo sur del país, lo que conllevó la capitulación italiana.
El armisticio conllevó una serie de condiciones impuestas a Italia en virtud de la autoridad que se le ha conferido por los Gobiernos de los Estados Unidos y de la Gran Bretaña, en interés de las Naciones Unidas, y aceptadas por el Mariscal Pietro Badoglio, Jefe del Gobierno italiano.
Entre las condiciones que se establecieron estaba la obligación de no ayudar más al Ejército alemán, entregar a todos los prisioneros y regresar inmediatamente a Italia dejando allí a los alemanes.
Como era de esperar, Hitler se tomó aquello como una traición a la causa fascista y respondió con la mayor crueldad contra sus aliados de la 33ª División Acqui, con la que los Alemanes se cebaron haciendo una masacre entre sus filas.
El 18 de septiembre morían en combate los primeros 400 soldados italianos. Y el día 21, otros 800.
Desde el mediodía del 21 de setiembre hasta el mediodía del 22, un total de 189 oficiales y más de 5.000 soldados fueron fusilados en diferentes puntos de la isla. De Cefalonia en el mar Jónico.
Lo peor, sin embargo, estaba por llegar. El 24 de septiembre fueron ejecutados otros 129 oficiales en San Teodoro, entre los que se encontraba el mismo Gandin.
Al día siguiente, otros siete oficiales enfermos y heridos corrieron esa suerte en el hospital de campo donde se encontraban ingresados. Y la masacre se extendió luego a la mayoría de municipios de la isla: en Troianata fueron fusilados 631 prisioneros; en Frangata , 461; en Pharsa , 350; en Kuruklata , 300; en Valsamata , otros 300; en Prokopata , 148, y en Kardakata , 114 más.
Los Alemanes pusieron fin a la escabechina el 26 de septiembre con la ejecución de otros 600 soldados y 20 oficiales más en Corfú.
Sin embargo por el lado aliado tras el armisticio, una parte de las fuerzas italianas luchó junto a los aliados contra los alemanes.
La unidad incluía elementos de la 58ª División de Infantería de Legnano y Bersaglieri.
El 3 de diciembre el grupo fue agregado operativamente a la 36ª División Americana de Texas y se le encargó inicialmente participar en la ruptura de la Línea Bernhardt, en el sector de Caserta. El primer enfrentamiento en el que participó el nuevo ejército fue la batalla de Montelungo, sufriendo sin embargo grandes pérdidas y sobre todo un elevado número de desaparecidos.
El 8 de diciembre de 1943 se llevó a cabo un primer asalto, que fracasó debido a la mala coordinación con los americanos, a la falta de información precisa sobre la consistencia real de las defensas alemanas y a la adecuada preparación y cobertura artillera, le costó a la 12ª compañía de oficiales cadetes Bersaglieri 32 muertos, 40 heridos y 12 desaparecidos, con 4 oficiales de 5 muertos, así como diversas pérdidas entre los dos batallones de infantería del 67º regimiento implicado.
El Grupo pudo conquistar Montelungo el 16 de diciembre siguiente. El balance total de pérdidas entre las dos acciones fue de 80 muertos, 190 heridos y 160 desaparecidos pero impresionó a los aliados que perdieron gran parte de su desconfianza en la voluntad política, si no en las capacidades operativas italianas con juicios positivos sobre el comportamiento.
Nótese el logo de la 36ª división en un casco M1, el parche del 5º Ejército y el hermoso M38 M.a.b. un subfusil italiano de Beretta que fue tan admirado tanto por alemanes como por americanos.
Los resultados para Italia en este tiempo fue desastroso.
El 8 de diciembre de 1943 se llevó a cabo un primer asalto, que fracasó debido a la mala coordinación con los americanos, a la falta de información precisa sobre la consistencia real de las defensas alemanas y a la adecuada preparación y cobertura artillera, le costó a la 12ª compañía de oficiales cadetes Bersaglieri 32 muertos, 40 heridos y 12 desaparecidos, con 4 oficiales de 5 muertos, así como diversas pérdidas entre los dos batallones de infantería del 67º regimiento implicado.
El Grupo pudo conquistar Montelungo el 16 de diciembre siguiente. El balance total de pérdidas entre las dos acciones fue de 80 muertos, 190 heridos y 160 desaparecidos pero impresionó a los aliados que perdieron gran parte de su desconfianza en la voluntad política, si no en las capacidades operativas italianas con juicios positivos sobre el comportamiento.
Nótese el logo de la 36ª división en un casco M1, el parche del 5º Ejército y el hermoso M38 M.a.b. un subfusil italiano de Beretta que fue tan admirado tanto por alemanes como por americanos.
Los resultados para Italia en este tiempo fue desastroso.
Soldados estadounidenses equipados con detectores de minas buscan el camino en Italia, 1944
Oficialmente el 11 de Septiembre de 1943, Italia pasó a estar ocupada por dos potencias extranjeras: el Tercer Reich al norte y los Aliados al sur. Muy posiblemente aquella humillación fue el mayor desastre de todos los cosechados por el Reino de Italia hasta la fecha en la Segunda Guerra Mundial. La razón de ello fueron los 45 días de Gobierno del mariscal Pietro Badoglio y sus políticos, quienes pensando más bien en sus propios intereses jugando a dos bandas, abandonaron al pueblo italiano a su suerte y lo condenaron a vivir un auténtico infierno.
El general Giuseppe Castellano, representante del nuevo gobierno italiano en los tratos con los Aliados
A la catástrofe política, militar y social, se añadió que Italia se dividió en dos mitades tras la liberación de Benito Mussolini del Gran Sasso por parte de comandos alemanes liderados por Otto Skorzeny, algo que tras el fracaso del Armisticio, significó la reinstauración del fascismo y el estallido de la Guerra Civil Italiana.
Este conflicto que se libró durante 600 días desde 1943 hasta 1945 entre la República Social Italiana (República de Saló) apoyada por el Eje; contra la otra Italia Cobeligerante a la cabeza del Rey Víctor Manuel III que apoyaban los Aliados; generó una contienda entre hermanos (fascistas contra monárquicos y partisanos comunistas) que devastó completamente la nación, destruyó las ciudades, hundió la industria y dejó 200.000 compatriotas muertos entre los caídos en batalla y los asesinados en matanzas.
Otro de los aspectos de la tragedia italiana fue el reparto territorial de muchos de sus dominios en favor de las potencias del Eje que como compensación por la traición terminaron por anexionarse.
También fracasaron los Aliados en su intento por volver a Italia contra las potencias del Eje, básicamente por la casi nula comunicación entre los conspiradores y unos anglo-estadounidenses que prefirieron sacar beneficios de los vencidos antes que lanzarlos contra los alemanes. De hecho, fueron los germanos los únicos que sabían lo que tenían que hacer tras el anuncio del Armisticio, lo que les facilitó adelantarse a todos sus enemigos, desarmar a los italianos, invadir Roma y establecer una zona de ocupación que incluía a más del 65% del país.
Por último, todos aquellos monárquicos y militares que formaban parte de la lista de los «conspiradores del 9 de Septiembre», incluyendo a la Dinastía Saboya, fueron derrocados por su traición y en 1946 obligados a marchar al exilio tras la instauración de la República de Italia que se estableció según unos principios democráticos, cristiano-católicos y liberal-capitalistas.
Curiosamente al terminar la Segunda Guerra Mundial y al mismo tiempo la Guerra Civil Italiana en Mayo de 1945, ninguno de los bandos enfrentados dentro de la propia Italia salió beneficiado. Primeramente los fascistas serían derrotados militarmente por la superioridad material de los Aliados contra el Eje, siendo Benito Mussolini ejecutado. Acto seguido los partisanos comunistas también fueron apartados del poder y desarmados por miedo a una revolución.
Este conflicto que se libró durante 600 días desde 1943 hasta 1945 entre la República Social Italiana (República de Saló) apoyada por el Eje; contra la otra Italia Cobeligerante a la cabeza del Rey Víctor Manuel III que apoyaban los Aliados; generó una contienda entre hermanos (fascistas contra monárquicos y partisanos comunistas) que devastó completamente la nación, destruyó las ciudades, hundió la industria y dejó 200.000 compatriotas muertos entre los caídos en batalla y los asesinados en matanzas.
Otro de los aspectos de la tragedia italiana fue el reparto territorial de muchos de sus dominios en favor de las potencias del Eje que como compensación por la traición terminaron por anexionarse.
También fracasaron los Aliados en su intento por volver a Italia contra las potencias del Eje, básicamente por la casi nula comunicación entre los conspiradores y unos anglo-estadounidenses que prefirieron sacar beneficios de los vencidos antes que lanzarlos contra los alemanes. De hecho, fueron los germanos los únicos que sabían lo que tenían que hacer tras el anuncio del Armisticio, lo que les facilitó adelantarse a todos sus enemigos, desarmar a los italianos, invadir Roma y establecer una zona de ocupación que incluía a más del 65% del país.
Por último, todos aquellos monárquicos y militares que formaban parte de la lista de los «conspiradores del 9 de Septiembre», incluyendo a la Dinastía Saboya, fueron derrocados por su traición y en 1946 obligados a marchar al exilio tras la instauración de la República de Italia que se estableció según unos principios democráticos, cristiano-católicos y liberal-capitalistas.
Curiosamente al terminar la Segunda Guerra Mundial y al mismo tiempo la Guerra Civil Italiana en Mayo de 1945, ninguno de los bandos enfrentados dentro de la propia Italia salió beneficiado. Primeramente los fascistas serían derrotados militarmente por la superioridad material de los Aliados contra el Eje, siendo Benito Mussolini ejecutado. Acto seguido los partisanos comunistas también fueron apartados del poder y desarmados por miedo a una revolución.
Un sargento del Ejército Británico saluda a un oficial estadounidense en Fogliano, en Italia, 25 de mayo de 1944
FUENTES:
https://www.facebook.com/photo?fbid=475521261265721&set=a.418790153605499
Historia de la Segunda Guerra Mundial
Fuentes;
Coloreado por: Ghost Of Past - Colourizations
Crónica Política y Militar de la Segunda Guerra Mundial. «La escuadra italiana se refugia en Malta», S.A.R.P.E. (1978)
Alfonso Marina, Objetivo: Hundir el Roma, Revista Serga Nº98 (2015)
Pedro Pablo Romero Soriano PS
